Siempre es ingrato tener que dar una noticia tan amarga como es la desaparición de un grupo de rock local. Pero esa es la noticia que os voy a dar con este artículo, porque ayer anunciaron su despedida Bittersweet con un comunicado oficial que, haciendo honor a su nombre, resultaba agridulce; con el componente amargo del anuncio del adiós definitivo y el dulce de la esperanza de que los tiempos futuros les traerán nuevos retos plenos de ilusión: «Estamos seguros de que el futuro nos traerá algo mucho más bonito y más fuerte, una segunda vida sin prisa. Creemos que es lo mejor ya que estamos viviendo y componiendo desde otro punto de vista, otras referencias, otra manera de trabajar y sobre todo queremos dedicarle tiempo a la investigación y producción reposada de sea lo que cojones hagamos en los próximos tiempos«.
Las primeras noticias que tuvimos de Bittersweet llegaron a finales de 2013, cuando Fran Montaño y Álex Fernández, todavía como dúo, se unieron para componer las canciones que apenas un año más tarde vieron la luz en el EP Extranjeros. Cuando un par de años después editaron su segundo EP, Ribadeo, ya se les había unido José Ángel Ortiz a la batería y se habían convertido en el grupo revelación del panorama musical sevillano, e incluso nacional, al resultar vencedores del concurso del Festival de Música Independiente Granada Sound, lo que les dio derecho a participar en él y tener la visibilidad suficiente como para que les fichase el sello Lunar Discos, que editó este segundo EP que el propio grupo había autoproducido algunos meses antes. Pasaron otros dos años más hasta que Bittersweet publicó su único disco largo, llamado como ellos, al que siguió el single de No soy yo, extraído de él, con una versión del Barco a Venus de Mecano, que apareció en noviembre de 2018.
Fue por entonces, diciembre del pasado año, cuando tuvimos las primeras noticias inquietantes del grupo, que ya hablaba de hacer un parón para centrarse en la puesta en marcha de la productora Purple Moon. En marzo de este año sacaron a la luz un nuevo tema, ¡Oye, señor!, la última canción que les conocimos; y anunciaron dos conciertos que la banda iba a dar en Málaga y en el Fun Club junto a Basanta. Pero enseguida se vieron obligados a posponer esos bolos porque Alex llevaba sufriendo problemas en las cuerdas vocales desde el concierto que dieron en el Monkey Week. Unos problemas médicos que, en todo caso, no están necesariamente vinculados con la decisión tomada ahora.
En el comunicado sobre su adiós dicen que se despiden «del proyecto que nos ha dado vida, que nos ha llevado a rincones de nuestro país y de nosotros mismos que jamás hubiéramos podido imaginar». Tras eso solamente nos queda agradecerles profundamente los buenos momentos que hemos pasado escuchando sus canciones y viéndoles en directo y que se hagan realidad las palabras con las que cierran su adiós: «Pero estos tres que firman renacerán musicalmente antes de lo que podamos imaginar nosotros mismos». Amén.