Dejado ya atrás el barrio de Los Remedios, la avenida República Argentina se convierte en la de Blas Infante, aunque aún no tenía siquiera ese nombre cuando comenzó a ser el límite sur de un cuadrado delimitado por el norte por la calle Juan Díaz de Solís, por el este con la del Papa Juan Pablo I y por el oeste por la de Rubén Darío, que fue la que le dio también su nombre a la urbanización que en ese cuadrado construyó Urbis, dotándola de la primera piscina comunitaria sevillana. Las cinco torres que la componían estaban rodeadas por una valla que las separaban de las estribaciones del barrio de El Tardón y de unos vecinos muy cercanos entre los que se contaban Lole y Manuel; los Cadaval, de los que salieron Los Morancos o la mayor parte de la familia Pantoja. El rock también asomaba entre los habitantes cercanos, viviendo allí la mitad de Los Mercenarios: el propio Dogo por un lado y el bajista, Miguelito Yak, por el otro. En el recinto interior de la valla el primer músico de rock que creció fue Epi Malpaso, nacido decena y pico de años antes de comenzar a corretear por allí Chencho Fernández y su hermano menor, Alvaro Suite, acompañados por Javi Vega. Estos dos últimos son los que rindieron homenaje a este Parque Rubén Darío, dando forma a una de las más hermosas canciones que componen el disco La Xana, debut de Alvaro como músico en solitario, y revitalizada de nuevo hoy mismo en forma de video.
El video está compuesto por filmaciones originales de aquellos años que forjaron los primeros recuerdos de Alvaro, proporcionadas por Isabel Sánchez Trigo y Manolo Roldán y enlazadas por la delicada sensibilidad de Mer Cantero como realizadora. Muestra planos de las torres de pisos, de la piscina, del club social durante un concierto, del césped y el acerado… siempre llenos de gente feliz; la gente que Alvaro dice que es uno de los pilares sobre los que se sostiene su vida. «Al principio del confinamiento le pedí a todos los amigos que conservo de allí que buscasen videos de entre el 72 y el 89, de grabaciones de las que solían hacerse en super 8, en los principios del Beta, y hace casi un mes se los pasé a Mer, que les ha dado vida en su montaje. Me hubiese gustado volver a grabar a todos los que salen en ellos tal como son hoy en día, pero con el confinamiento no ha podido ser».
Ese arco de tiempo del que Alvaro me habla me asegura que pasó toda la niñez en este barrio y me hace pensar que, por supuesto, en él comenzaría su relación con la música. Y como Javi Vega es coautor, junto a él, de esta canción que le han dedicado, sería uno de sus amigos del Parque Rubén Darío. «Nacimos allí y nos criamos desde pequeños. Yo permanecí en el barrio hasta que tuve 24 años y de allí eran todos los miembros de mi primera banda; allí aprendí a tocar la guitarra, empecé a escuchar música, todo salió de allí durante el invierno y de la Xana, la casa de mi abuela y mi tío, que le dio el nombre a mi disco, salía durante el verano, navidad, semana santa… A Javi lo conocía de vista del barrio desde que tenía 4 o 5 años; de tener muchos amigos comunes, de la piscina, de andar por allí. Empezamos a relacionarnos seriamente cuando teníamos unos doce años, escuchando mucho juntos a los Beatles, creando canciones para nuestro grupo. Allí vivíamos siempre en la calle; era volver del colegio, te bajabas y ya no subías hasta la hora de cenar; y en verano te bajabas a las diez de la mañana y ya no llegabas a tu casa hasta por la noche cuando ya eran casi las dos, aunque tuvieses nueve años; era todo el día en la calle, en casa de unos y de otros».
Alvaro dice en la canción que todo sigue igual, todo cambió. Le pregunto si eso es literal, si ha vuelto por el barrio para componerla y ha visto como está ahora. «Para componer no tuve que volver al barrio, lo llevo en mi cabeza y en mi corazón, siempre, recuerdo y conozco cada ladrillo y cada rincón del barrio. He vuelto a ir para recoger alguna de las cintas para el videoclip pero he bajado muy pocas veces al barrio. Ahora está volviendo a él más gente, a casa de sus padres, o porque se le muere la abuela a alguno y hereda el piso de allí… he bajado alguna que otra vez, pero no es un sitio al que yo suela acudir, y mira que está ahí al lado. La última vez fue hace tres semanas, como te digo, a recoger una cinta de super 8 y evidentemente ha cambiado mucho: la valla de antes, que separaba un parking de otro, donde nos sentábamos y donde quedábamos, ahora es una reja; y al parquecito donde jugábamos al futbol se entraba por unos soportales que ahora están vallados. Lo que digo en la canción es un poco metafórico, que todo sigue igual porque seguimos teniendo la misma melancolía, el mismo recuerdo, el mismo amor por el barrio, pero todo ha cambiado; pero también es literal aunque suene metafórico: ha cambiado físicamente pero tampoco tenemos ya 10 años, también hemos cambiado aunque para nosotros pasar por allí nos produce la misma sensación».
Dejamos atrás el pasado para centrarnos en el presente y el futuro. Para Alvaro fue un mazazo que el estado de emergencia le pillase en plena gira de promoción en América y pasase mil y una vicisitudes para poder volver… «Una vez aquí en casa estuve cuatro días sin salir prácticamente de la habitación. El confinamiento lo he pasado aquí más o menos como todo el mundo, con las preocupaciones por los seres queridos de más riesgo y por los amigos que a su vez tenían gente de riesgo, con mucho miedo por el futuro de la humanidad al completo, aunque resultó ser más susto mediático que realidad. He estado haciendo demos de canciones nuevas para el próximo disco, hice una canción de La Xana para las Sesiones Movistar+, y luego también para esto mismo otra cosa de Bowie con colaboraciones; he estado sobre todo arreglando demos antiguas, preparando otras nuevas, acondicionando un poquito el estudio; y he estado haciendo mucha tarea con niños, mucho jardín, mucho huerto aquí en casa. Ahora empiezo a retomar planes de conciertos que tenía que hacer, que se están empezando a reagendar en algunos sitios que todavía no puedo decir, pero que ya saldrán pronto, y tengo que hacer otro videoclip de La Xana que quedó en rodaje en pleno confinamiento y que hay que terminar…»
Volver a la vida, en otras palabras; comenzar esa nueva realidad que se presenta tan extraña y tan llena de dudas, sobre todo para los músicos. Alvaro se enciende con esta situación. «Es una injusticia que está cayendo sobre la música en directo; ya hay cines, partidos de futbol, espectáculos de teatro. Estoy mirando subvenciones para grabar otro disco y todo ese tipo de ayudas que ahora están saliendo y me voy informando, más que con idea de pedirlas, que siempre hay mucha burocracia y acabo petando, lo hago para saber qué pasa. Entro en el BOJA y hay ayudas para agricultura, teatro, para todo menos para la música en directo; de hecho hay salas que han abierto y han tenido que volver a cerrar por las normas de aquí en Andalucía, aunque por las del gobierno español les hubiesen dejado; es decir, hay como un ataque conciso y concreto a la música en directo, por el que me siento triste y jodido. Si podemos resaltar eso todos los días, mejor».
Y resaltado queda, aunque de esa forma tengamos que poner un final amargo a un artículo lleno de recuerdos felices. Aunque ahora mismo nadie termine de sentirse dueño de su propio destino, nuestro ánimo nos hará superar todos los obstáculos que se presenten, como hemos hecho desde los tiempos reflejados en el video del que hemos estado hablando. Y desde hoy comenzaremos a dar forma a nuevos recuerdos, que rescataremos en el futuro… en el que dispondremos de material grabado de sobra para poder mostrarlos.
