- Beheading Samsara lanzan el disco conceptual Eternal Autumn, su primer LP tras la edición en 2018 de un EP anterior
Aunque la ecología como disciplina científica es relativamente moderna, el estudio de las relaciones entre los seres vivos y su entorno es tan antiguo como la humanidad misma. En las primeras sociedades de cazadores y recolectores, los humanos sobrevivieron al comprender su ecosistema. Sin el conocimiento de los patrones de comportamiento de los animales, sus migraciones, las tasas de crecimiento de las plantas o la importancia de los flujos de agua, nuestros antepasados no habrían podido prosperar y evolucionar hasta convertirse en lo que somos hoy. Se puede decir que sin ecología no habría humanidad. Sin embargo, hemos traicionado a la ecología, cada vez afectamos a nuestro entorno de peores maneras y, en lugar de protegerlo, lo atacamos sin piedad.
Beheading Samsara han grabado Eternal Autumn, un disco conceptual con personajes reales e inventados, con personajes que salen de la imaginación de otros personajes; «una crítica a como el ser humano se ha abandonado, lo ha dejado todo lleno de mierdas que ha ido generando por seguir corriendo hacia adelante». Estas últimas frases son de Guillermo Carmona, guitarra y voz de la banda que, junto a Abraham Rodríguez, el otro guitarrista, se encontraron conmigo para darme las claves de todos esos personajes y de las situaciones por las que pasan en esta «analogía sobre la humanidad y los problemas que ha ido generando su propia inconsciencia». Guille y Abraham, que tanto montan, me iban hablando a chorros; escuchando la charla para hacer la transcripción nunca estoy seguro de quien dice una u otra cosa. Recuerdo que Guille hablaba sin cesar, atropellando con la lengua a su propio pensamiento; Abraham era reposado, se mantenía en segundo plano para salir de él remarcando conceptos. Desde ahora no distinguiremos casi nunca cuál de los dos dice cada párrafo en cursivas, pero da igual, toda palabra de uno llamaba a otra palabra del otro; cada palabra era un imán verbal, un polo de atracción para los conceptos que emanaban de un ente común, el grupo, Beheading Samsara.
Antes de hablar del disco me intereso por el origen del propio nombre de la banda. «Queríamos que fuese una mezcla entre algo brutal, pero místico a la vez, para que tuviese más elegancia. Samsara es el concepto hinduista del proceso de la iluminación de todas las reencarnaciones hasta llegar al nirvana; el camino a seguir para llegar a la iluminación. Y Beheading nos gustó porque significa descabezar. Es romper con el círculo, con el proceso de llegar a la iluminación y llegar nosotros mismos en otro proceso que hemos querido mantener en el grupo, que es el de buscar nuestro propio camino y romper con lo establecido».
Los otros dos buscadores son Henry Thomas, bajista, y Daniel Arenaza, batería, que además de compartir con Guille los papeles de vocalista, son los que sueltan el ancla del sonido de la banda, brindando impresionantes interpretaciones en un disco distinto e inventivo, que se siente impulsivo y experimental, pero que fluye suavemente, como el álbum conceptual que es. Eso no significa que se hayan establecido en un solo sonido, per se; más bien, el disco se mueve de manera experta desde el principio hasta el final, navegando por una buena variedad de estilos y de alguna manera entrelazándolos con gracia, llegando al final de una forma que impulsa al dedo a presionar la tecla de reproducir nuevamente. Recorremos ritmos del característico rock progresivo de bandas como Opeth, pero con material genuinamente pesado, incluso llegando al punto de darnos una doble patada; pero donde la banda brilla es más bien en riffs e ideas impredecibles, en los tonos y texturas diferentes que han logrado incluir en casi una hora de música.
Necesito ayuda. ¿Me puede echar alguien una mano? Esta petición de auxilio es lo primero que escuchamos en el disco. La suplica Gabrielle, el personaje que da nombre a la primera canción, alrededor del que gira toda la historia contada en Eternal Autumn, que comenzó como una vivencia personal de Henry, el bajista: «Un día íbamos a ensayar a los locales de Torneo y en la Plaza de Armas nos encontramos con un señor mayor que estaba intentando sacar de una máquina expendedora un cargador de móvil, algo bastante raro, y Henry quiso ayudar. El personaje se llamaba Gabriel, de ahí el título de la canción…» interrumpo diciendo que Gabriel es un nombre masculino y el del personaje es femenino. «Es que quisimos que el personaje fuese andrógino. En el disco nunca hablamos de él en un género, sino desde una perspectiva de tú o de yo. Sabemos que tiene polla, porque en Gorogoa el demonio habla de diferentes partes del cuerpo, del apetito sexual. Gabrielle no es un personaje positivo y al igual que Gabriel, la persona real en la que está inspirado, despierta entre ternura y patetismo, un personaje que te da tanta pena como vergüenza ajena. Es de las personas que te cogen por el hombro y te cuenta su vida; empezó a enseñarle a Henry fotos de tías en pelota, de su vida como legionario en Ceuta, que ahora venía de Barcelona. Henry, tímido, no sabía cómo actuar, y al intentar rescatarle nosotros, nos cogió a los tres: yo también fui guitarrista, nos decía; os invito a churros; nada desagradable, pero muy gratuito todo».
No estaba previsto que Shepherd of Stone, la segunda canción, se llamase así porque las iniciales de sus palabras forman el SOS que lanza Gabrielle; de eso se dieron cuenta más tarde e identificaron el hecho como un buen signo. Esta canción cuenta el viaje de Gabrielle por la zona norte de Sevilla hasta que llega al Cerro del Hierro, el infierno mental en el que transcurre Gorogoa. «Hemos querido manejar diferentes elementos», me cuentan; «Eternal Autumn lo pensamos como un proceso a nivel emocional de la depresión; un periodo en el que sientes que todo va mal y esperas tocar fondo para impulsarte y volver a subir. Pero eternal significa lo contrario, que nunca llegas a tocar fondo y se va acumulando más y más mierda a tu alrededor». Gabrielle comienza en la Plaza de Armas, buscando a quién le pueda ayudar; no encuentra a nadie, se frustra e inicia la ruta él solo. «Como si fuese una película, en el disco hay un fundido en negro y la siguiente escena es él perdido por el campo, intentado llegar a su antiguo hogar». Gorogoa es el personaje malo que sale de Gabrielle… abraza mi oscuridad y crece con ella… y va tomando cada vez más protagonismo hasta convertirse en el personaje más relevante. Gabrielle está tan perdido que hasta comienza a hablarle a las piedras, «cuando uno está muy perdido le habla a cualquier cosa; eres más tonto que hablarle a las piedras, suele decirse». Y aunque intenta mantener la esperanza, el demonio que lleva dentro se manifiesta físicamente. «No hemos querido jugar a la esquizofrenia porque las situaciones psicológicas son muy complejas, sino dibujar un personaje que oye voces en su cabeza, un personaje con tanto malestar interno como cualquier otro ser humano. Gorogoa es el mal que persigue a Gabrielle, que al final resulta ser un cobarde».
En Neraka, la canción que sigue, pasamos a un plano más esotérico. «Gabrielle se cae por unos hoyos del Cerro y llega al Infierno. Allí entramos nosotros como narradores; no están solo las voces de Gabrielle y Gorogoa, sino la nuestra, el tercer punto de vista, intentando describir su infierno» …el viento abre tu carne, mientras treinta y dos caballos blancos bailan en una colina helada… «Neraka es el infierno frío, el concepto hinduista del infierno; es estar solo en la más absoluta frialdad, todo horrible, un purgatorio helado». La primera frase de la canción: levántate, alma pobre, se va repitiendo en diferentes momentos del disco. En Bright deeps, la canción siguiente, ya ha conseguido salir del purgatorio. «¿Sabes cuando haces una hoguera y estás consiguiendo empezar el fuego, pero no termina de arrancar? La canción va de eso: después del purgatorio, intentar coger fuerzas para seguir adelante, ya desde su propia perspectiva y volver a la realidad, aparecer de nuevo en el mundo real».
Y ese mundo se encuentra en Huelva, en la zona de Doñana, cerca del Rocío. Este disco comenzó a fraguarse en el año en que Doñana salió ardiendo, todo el bosque de Doñana. Es una analogía entre dos eventos, una cosa muy circunstancial y personal y otra que nos toca porque somos andaluces y sentimos la naturaleza. Es cuando llega New Town, una canción instrumental y acústica, la banda sonora de Gabrielle reencontrándose con su antiguo pueblo, de cuando era pequeño, viendo la naturaleza, recordando la antigua iglesia. Y desde ahí, sin nadie de por medio, va reencontrándose consigo mismo. En Burning House pasa de su pueblo a su casa, que está en ruinas; él empieza a recordar sus vivencias, su crianza, es la canción más nostálgica. La melancolía se rompe en un enfado sobre por qué se fue todo al carajo, sobre la infancia perdida. «Es una canción en la que recuerda a su familia. Hay varias alusiones, al romero, en inglés Rosemary, como se llamaba su madre. No queríamos hablar de personas, habla sobre su perro, que siempre le llenaba la cara de rocío; él va recordando como se perdió todo porque su padre decidió quemar la casa para cobrar el seguro y poder irse y huir de la pobreza».
Luego Eternal Autumn es una catarsis y Gabrielle se pierde por el bosque. «El personaje ha recordado lo bueno y lo traumático y está perdido en el bosque. La canción es en primera persona, de Gabrielle y de Gorogoa; es el proceso de verse a sí mismo desde fuera intentando conseguir salir de su mierda, pero sin conseguirlo. Y cuando finalmente lo consigue se ve a sí mismo como responsable de los males del mundo». La última canción del disco, Crown of leaves, es la coronación de ese personaje por parte de la madre naturaleza. «Aparece otro nuevo personaje, el guardián de la naturaleza, que le dice: tú vas a ser mi sirviente, aunque no quieras; tú, que te creías el rey en la tierra…»
En el disco hay referencias a la semana santa; la Canina y el Cristo de la Buena Muerte se utilizan como elementos simbólicos del arrepentimiento. «Curiosamente, nuestro batería, Dani, el único que no es sevillano, es el que más ejerce como tal, incluso es muy capillita, y nos parecía importante jugar con la idiosincrasia de los elementos simbólicos que hay aquí. En Crown of leaves el ser humano se ha pensado que es el rey del mundo, la especie dominante; nosotros queremos romper con eso ya que la naturaleza nos pone en nuestro sitio. Es el diálogo entre una humanidad asustada que no sabe dónde va y se encuentra con un escenario rocambolesco y quemado; un yermo que está por llegar, pero que sabe que va a llegar». Al final de la canción hay una serie de subidas y bajadas, un arpegio que simboliza la transformación del personaje; la transformación de un ser que no sabe lo que hace en otro que es un defensor de la naturaleza. Al final, Wetland es un paisaje sonoro del que no importa el título. Lo representa una rueda rota que tampoco aparece siquiera entre los símbolos de la portada: Gabrielle, el primero, arriba, es el tornado, un personaje muy caótico; el farolillo, el ojo del dragón que es Gorogoa; además de Neraka, que es la víbora, aparecen las profundidades, la nueva ciudad, la casa ardiendo; la corona de hojas es el último de los símbolos.
¿No costará demasiado trabajo entender todo esto, cantado en inglés, con voces forzadas? En la carpetilla interior del CD están las letras, también en inglés… «En general, la mayoría de la música que consumimos nosotros en es inglés», se justifican. «En español se entiende de primeras, pero a mí me cuesta menos entender su melodía en inglés; en cuestiones de musicalidad, el inglés es más musical. Y nuestros referentes son angloparlantes. Hay pinceladas de grandes bandas en el gran cuadro del rock, en noruego, en alemán; pero el inglés, a los que no somos angloparlantes nos lleva a establecer contacto con otra gente que tampoco lo es. Y queremos, aunque pueda parecer pretencioso, sacar nuestra música fuera y es más fácil en inglés que en español. En el metal la letra no es que no importe, pero es más una herramienta de la melodía, que es lo que más valoramos». Y si escuchando el disco o los archivos subidos a las plataformas no entendemos de qué va todo, en los conciertos ya ni hablamos… ¿no? «Es que en los conciertos nos interesa mucho más potenciar la instrumentación que la gente entienda la historia. Queremos que los asistentes disfruten el conjunto estético de la música y la letra. Sabemos que les gustaría más si fuesen conscientes de lo que estamos cantando, pero en esta forma gutural es más prioritaria la sonoridad; si quiere tener una experiencia más reposada, es mejor en casa. Nuestra referencia conceptual es Mastodon y la primera vez que nos acercamos a ellos no teníamos ni idea de que su música fuese conceptual; pero en directo tuvimos muy buenas sensaciones con ellos y en casa lo estudiamos mejor».
Los referentes musicales los conozco, entre los que me han ido nombrando y los que veo en las chapitas que llevan en las chupas, pero a tenor de la historia que se han montado en el disco me interesa saber si tienen también referentes literarios. «A mí me gusta imaginarme los paisajes sonoros que hay dentro de las historias que leo», me dice Abraham. «Me encantan Stephen King, Lovecraft, me flipa el tipo de terror que crean y mientras leo eso me imagino los paisajes sonoros en los que se desarrollan y busco en ellos las disonancias». A Guille lo que le gusta es la poesía. «Pero soy muy caótico en mis referentes; he leído poesía española, japonesa, inglesa, francesa, pero más allá de Baudelaire no me quedo con mucho de ella y en la música voy metiendo ideas dispersas de todo lo leído. Para mí es mucho más referente la música de los videojuegos; la banda sonora de Pokémon tiene muchísimo dinamismo, suena diferente según el escenario sea uno u otro».
Si además contamos con que no conocemos los puntos de referencia de los otros dos miembros del grupo, el proceso de construcción de las canciones debe ser enormemente complejo. Según me cuentan, al principio era Guille quien iba haciendo líneas de guitarra con unas letras, el grupo le daba el visto bueno o malo y construían a partir de eso, con mucho espacio para la improvisación. «Pero ya en el EP decidimos darle una vuelta de tuerca y componer entre todos. En este disco de ahora la letra es de los cuatro; en mayor o menor medida en cuanto a tiempo y facilidad, pero todos hemos escrito y planteado ideas a desarrollar por los demás. Y todos aportamos desde diferentes perspectivas; cada uno coge algo de lo que le influye y lo agrupamos de forma coherente: a mí, por ejemplo, no me gusta el cine, pero a Henry y Abraham, sí; el bajista es un entendido del K-Pop y el batería es el prototipo del sevillano, amante de la cultura sevillana y aporta elementos que no son de la zona de confort de los demás. Bright deeps surgió de una idea suya, con unas partes que, literalmente, son por sevillanas».
Les pregunto si esa forma de trabajar les ha llevado a todos a tener que hacer muchas concesiones a los demás. «A veces es incómodo no tener los mismos referentes, porque tienes que romper con tu idea primordial para abrirte a la de los demás», empieza diciendo Guille, y continúa Abraham. «Hay que saber dónde está tu límite; no se trata en realidad de hacer concesiones porque intentamos evitar llegar al punto de decir yo no lucho esta pelea; nuestra idea no es la de yo concedo para que luego me concedan a mí, sino buscar los puntos en común y si estos no existen desechamos la idea o la dejamos para más adelante, considerando que este no es su momento. Es un procerso enriquecedor, que nos ayuda a flexibilizar».
Por eso están tan satisfechos del resultado final. «Hemos trabajado con el productor Enrique Navarrete, aka Henry también, como nuestro bajista, que no solo ha sabido escucharnos y entender nuestro sonido, sino también ha sabido aportar, sin imponer nada. El disco no es de cuatro personas, sino de seis, porque además es parte fundamental Miguel Nuñez, aka Migue, el diseñador gráfico. Henry, en Absolom Studios, además de grabar, -aunque las baterías las grabó en los estudios Sputnik, porque Dani vive en Barcelona y las envió desde allí- ha mezclado y masterizado la música; que en digital suena como cuando ensayamos, pero más limpia. Él ha trabajado con otras bandas dentro del metal, con guitarras más distorsionadas, pero son palos diferentes, nuestro sonido es de metal progresivo con una dinámica de muchos cambios, en el que la guitarra a veces suena a funk, otras a rock, otras veces suena a death muy bestia, a metal core; vamos mezclándolo todo y hay diferentes voces; somos tres vocalistas y Abraham hace coros; en realidad cuatro voces, cada una con su forma y registros. Y Henry ha mejorado todo eso, es el responsable de nuestra evolución, el que decía: estáis bien, pero ¿y si hacéis esto otro?, tocad mejor así…»; Abraham añade, contundente, «agarrar la púa de forma diferente te cambia la vida».
Del disco se hizo una tirada de 500 copias, de las que, solo con el boca a boca, han vendido ya más de un centenar en poco más de dos meses, que es el tiempo que lleva editado. El merchandising también está funcionando bien; otra cosa diferente son los conciertos. Al hecho de que todavía no tengan agencia de management ni booking hay que unirle el que buscar salas en Sevilla es una tarea difícil, «porque te paras a mirarlas y preguntar y es horrible conseguir alguna de ellas: Even, X, Malandar, todo ocupado hasta dentro de mucho tiempo. Tenemos prácticamente cerrado un concierto en la sala Hollander el 4 de marzo…». Pero hasta ese día falta muchísimo tiempo; les pregunto si no habrá conciertos antes. «Ese será el concierto de presentación del disco. Tocamos en el Infierno Sur el 15 del mes pasado, pero no fue una presentación, sino que hicimos canciones del disco, del EP, no éramos cabeza de cartel, el tiempo se redujo a 40 minutos… queremos hacer un concierto nuestro de verdad. Y luego salir de gira por Andalucía al menos, pero queremos salir incluso a Portugal. Andalucía, Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Galicia y de donde nos llamen y cumplan los requisitos que vamos a pedir…» alto, alto… que eso no se lo he escuchado nunca a ninguna banda: pedir requisitos sine qua non para tocar en un lugar; ¿qué requisitos son esos? «Una prueba de sonido es innegociable; porque la experiencia y las vivencias nos dicen que su falta complica que el concierto funcione bien y queremos dar buenos conciertos, que la gente no se vaya a casa preguntándose qué ha pasado. Si podemos llevar a nuestro técnico de sonido, mejor; pero si tiene que ser otro, que conozca nuestro sonido y al menos nos haya escuchado. Y también queremos trabajar con caché; podemos negociar desde una oferta básica y hay que empezar a decir que no y plantear límites. Lo que hacemos no puede ser un hobby muy caro, al que nos dedicamos con alma, ilusión y dinero. No es que vayamos a ser los próximos Metallica, pero nos parece básico llegar a ser autosuficientes económicamente. Nuestros trabajos nos permiten hacer algunas inversiones, pero necesitamos una fuente de dinero externo».
Hasta ahora solo hemos podido verlos dos veces en la Sala X, con cartel múltiple, y una en la Even; por eso piden más espacio. «Hay que dar espacio a las bandas nuevas, originales; las bandas tributos entendemos que se dan porque tienen público que va a verlas y dan dinero. No tenemos una radio fórmula que ponga grupos nuevos; no te puedes encariñar con ellos si no los conoces o te mueves mucho por el underground. Las salas deberían tener en consideración el nivel de tributos que pueden darse en una ciudad; no puede ser que haya anunciados en nuestra ciudad cinco tributos a Metallica antes de primavera; con lo mismo unos que otros, lo más fieles posible a la banda…» Y dejo esos puntos suspensivos como charco final para que se meta en él quien quiera. Yo ya he pisado demasiados y prefiero cerrar este texto sin mencionar nombres de otras bandas de esas a las que les rinden tributo y dejarle todo el protagonismo a Beheading Samsara. Se han ganado mi respeto.