Estoy por deciros que antes de comenzar a leer este artículo veáis primero el video que estamos presentando con él. Yo no tengo mucha idea de qué trata este ballet moderno, pero lo encuentro fascinante. Mayra Palacios danza sobre una música compuesta e interpretada por Miguel Ángel Marín, aka Mike Santos, que comienza minimalista para ir haciéndose experimental pero melodiosa. Quizás en alguna parte de esta unión de música y danza haya un mensaje oculto esperando ser revelado. Tal vez esa es la forma en la que Miguel Ángel pretende que veamos la obra que nos presenta con su proyecto en solitario, al que llama Canino. Cuando habla de las piezas musicales que componen el EP que editará dentro de unos días, Delusion, del que este video de la titulada Denial es un adelanto, dice que desprenden un escepticismo presa de la confusión y el nihilismo, sin embargo le hago saber que creo que a partir del medio minuto se convierte en algo que parece más esperanza que confusión. «Me alegra que lo veas así; quizás yo sea demasiado escéptico a la hora de analizar mis propios temas. Una vez que lo muestras deja de ser tuyo y pasa a ser propiedad de aquellos que lo interpretan. Para mí la esperanza es necesaria para sobrevivir, aunque es cierto también que en ocasiones soy demasiado realista o reflexivo».
A ver cómo lo veis vosotros, que sois los destinatarios finales a fin de cuentas. Para mí, el video emula un estado oximorónico, atrapado entre el estrés y la relajación. Y la pieza musical está a horcajadas entre la repetición de Philip Glass y los espacios ambientales de Harold Budd, lo que la convierte en una elaboración muy interesante.
Los sonidos con los que comienza Denial parecen salir de un piano real, lo que unido a la experiencia de Miguel Ángel con instrumentos físicos y orgánicos me hace pensar que quizás sea así. «Es un piano virtual que ya forma parte de mi sonido desde mi primer trabajo. No sólo lo utilizo para frases de piano, también me gusta usarlo para crear micro loops con el sustain de alguna frase o colas de delay y reverb para hacer texturas. Otros instrumentos elementales en mis temas son el Prophet 08 para stabs y pads y el Moog minitaur para bajos. Recientemente me he hecho de un clon Beringher del Korg Ms20 que me está dando momentos muy placenteros».
Con estos datos que nos aporta Miguel Ángel parece fácil deducir que no solo Denial, sino todas las demás piezas que componen Delusion, son un trabajo de autoproducción. «Todos los temas han sido producidos y mezclados por mí en mi estudio casero, que es lo mismo que home studio pero sin el glamour del anglicismo, intercalando sintetizadores analógicos y guitarras eléctricas con instrumentos virtuales y mucha manipulación del sonido a través de Ableton, el software con el que produzco. La masterización ha ido a cargo de Oliver Adhäsiv (Adhesive), compañero de sello en Several Roots, que ya realizó la masterización de mi anterior trabajo, Adrift in a Sea of Hope».
La mención a un trabajo anterior me da pie a recordaros que Canino es el invento personal actual de Miguel Ángel, pero que él ya es un músico de amplio recorrido en la escena local, porque aunque le gusta comenzar siempre sus nuevos proyectos con la sensación de empezar de cero, ha sido batería de grupos sevillanos desde finales de los 90 y le hemos visto apuntalando el sonido de Radio Ego, Nadiuska, Montevideo y Santa Cruz.
Estamos hablando mucho de la música y muy poco del video que, precisamente, es lo que estamos presentando y lanzando desde aquí. «El vídeo lo grabó la bailarina y coreógrafa Mayra Palacios durante el confinamiento, buscando huecos entre teletrabajo, familia y todas las vicisitudes que hemos pasado en esta reclusión. Le estaré eternamente agradecido por su trabajo y amistad y ya hemos hablado de colaborar en próximos proyectos. De hecho este vídeo lo he editado yo, pero también estrenaremos una versión distinta con diferentes tomas y editada por ella».
Confinamiento y proyectos, quizás las dos palabras más utilizadas últimamente por todos los músicos. Sé que las piezas musicales del disco que Canino presentará el próximo día 22 fueron compuestas antes del confinamiento y grabadas durante el mismo; puede que eso haya hecho variar sus estructuras, sus sentidos, entre un momento y otro. Con la manipulación de emociones que hemos padecido hemos pasado miedo. ¿A qué ha temido más Miguel Ángel? ¿Y ha volcado ese miedo en la interpretación de los temas?. «Soy incapaz de contenerme. Cada vez que abro un proyecto cambio algo en él. Incluso cuando lo toco en directo, siempre hay algo que cambia. Para cerrar un tema tengo que hacer un esfuerzo de contención y aceptación, porque siempre te queda algo que te gustaría haber cambiado. Durante el confinamiento he pasado miedo, sí, no me avergüenza decirlo, y más que por el virus, por la instrumentalización del odio y el dolor que se está haciendo y el abuso de la postverdad que puede provocar un clima irrespirable en las calles. Pero el miedo no debe paralizar, sino despertar los instintos y la reflexión para encontrar salidas constructivas y creativas. Creo que más que el miedo, lo que sí se puede reflejar en mis temas es una tensión latente».
Una tensión que no sé si dio lugar a unos resultados inesperados porque Miguel Ángel mantiene que durante la creación de este trabajo pretendió usar técnicas contrarias a los resultados obtenidos. No sé vosotros, pero yo necesito una aclaración. «Aparte de los instrumentos que use, como más disfruto es editando las grabaciones que hago y obteniendo sonidos completamente distintos a lo grabado en un principio. Ableton, el secuenciador que utilizo, es un instrumento en sí mismo, y te permite editar los sonidos alterando tono, ritmo o timbre y aplicarle efectos de manera creativa para crear sonidos nuevos».
Sonidos que estarán disponibles para vuestra escucha desde el próximo día 22. Secuencias de acordes, bucles melódicos, hilos musicales que se juntan en unas composiciones electrónicas frescas e imaginativas. Volveremos sobre ellas para hablaros de Delusion, este próximo disco de Canino.