- Carlos Abad lanza Balada Millennial, una canción de adelanto de su segundo disco que editará próximamente, siete años después de haber editado el primero
Hoy es un día ideal para presentaros la canción de adelanto del próximo disco que Carlos Abad publicará de aquí a un mes y medio aproximadamente. Y digo que es un día ideal porque Carlos expone perfectamente en esta Balada Millennial la forma en que los personajes a los que se refiere contribuyeron al resultado de las elecciones de ayer en Madrid y la forma tan comprensiva en la que hoy están reaccionando a ese resultado.
El propio Carlos me cuenta el significado de esta canción. «Balada Millennial es una mirada crítica sobre la que se supone que es mi generación. En el disco supone un contrapunto respecto a los demás temas y personajes que pueblan las canciones, perdedores o Don Nadies que se debaten entre la huida y la resistencia mientras engrandecen día a día la existencia desde la cotidianeidad o la rutina. En ese sentido, en la Balada Millennial se retrata a los antagonistas: una generación de desclasados, individualistas infantilizados que han sucumbido al engaño del neoliberalismo y la posmodernidad».
Este video de Balada Millenial, obra de Guilermo Luceño, se podía ver desde hace casi un mes, aunque la canción no ha estado disponible en las plataformas de escucha hasta hoy mismo. En breve le seguirá otra canción más antes de que Carlos publique el disco, del que no quiere adelantar detalles y ya desvelará más adelante su nombre y la portada; pero sí que nos adelanta hoy aquí algunas cosas interesantes sobre él. «Tanto en esta canción como en todas las demás del disco he tocado todos los instrumentos: guitarras acústicas de seis y doce cuerdas, guitarras eléctricas, guitarra slide, bajo, piano, teclados y percusiones».
Esto me da pie a preguntarle por la austera interpretación de Balada Millennial, con esa voz tratada y el único acompañamiento de una guitarra acústica de doce cuerdas y una slide. «La idea de su producción era mucho más elaborada pero no conseguimos superar lo que nos parecía que transmitía la canción en su esqueleto. Así, la guitarra de doce cuerdas y la voz eran la guía que iba a servir para armar la canción. Una sola toma desde la sala de control del estudio sin elaborar ni maquillar. A eso le añadí una guitarra slide y Domingo le dio al sonido de la canción el tratamiento de los viejos discos de 78 rpm, provocando una ironía: mientras que la temática es, supuestamente, de total actualidad, el sonido nos insinúa que esa canción ya la hemos oído antes, que lo que estamos viviendo no es más que un retroceso o una involución».
Carlos menciona en sus palabras anteriores a Domingo Díaz, un multinstrumentista que ya había colaborado con él como bajista en alguna banda anterior y que es el propietario de Estudio 335, donde se han grabado, mezclado y masterizado las canciones, que con su coproducción ha perfilado el sonido rudo que poseen. «Todo el disco es muy parco y austero», me cuenta Carlos. «El objetivo de la producción ha sido preservar la intimidad, fragilidad o precariedad de las canciones, huir del preciosismo pop al estilo de los Beatles o los Beach Boys que tanto me han influido y adentrarnos en el terreno de la tradición folk americana. No en vano el disco, y Balada Millennial no es una excepción, está inspirado en las American Recordings de Johnny Cash, en el Nebraska y The Ghost of Tom Joad de Springsteen, en los primeros discos de Dylan y en las viejas grabaciones de Woody Guthrie, Leadbelly, Hank Williams o Robert Johnson. En ese sentido, y aunque hay canciones más elaboradas, se ha primado la canción por encima de todo. Hemos llegado a dejar en el disco pistas originales de mis maquetas caseras por mantener las intimidad y despreocupación de interpretaciones que no hemos conseguido reproducir en un estudio profesional como es el 335. Hemos dejado imperfecciones o incorrecciones porque entendíamos Domingo y yo que la canción estaba lograda. En cierta manera, no hemos buscado la belleza sino la verdad, si es que eso existe y es alcanzable. Hemos buscado la perfección de la imperfección, valga la paradoja».
Carlos Abad es un músico que siempre ha estado presente en nuestra escena local formando parte de Los Escarabajos, Soulteros, Los Bingueros, Los Infames, Instan Party, e incluso llegó a editar En busca del tiempo perdido, un magnifico disco a su nombre, en el que contó con la colaboración de Carlos Goñi, en el año 2014. Le pregunto si hay alguna razón concreta para que haya esperado siete años hasta volver a grabar un segundo disco. «Una razón concreta no sé, pero si muchas razones: estar en muchos otros proyectos tanto de directo como de estudio y, sinceramente, la falta de perspectivas. Grabar implica un esfuerzo personal y económico enorme que con la edad que tengo, sin que los discos propios o en grupo, que nunca he dejado de tocar ni de grabar, funcionen a nivel de público y crítica y casi sin ningún apoyo ni contactos, pues no compensa el esfuerzo. No obstante es un dilema sin resolver porque nunca he dejado de grabar, tocar y componer. ¿Por qué lo hago ahora? Por la pandemia. Creo que esas canciones han cobrado una nueva dimensión con las circunstancias y no me he podido resistir a terminarlas».
Y del mismo modo, nosotros no podremos resistirnos a escucharlas. Muy pronto tendremos una más y poco después todas las demás que componen el disco. Y en nuestra web disonante tendrán ese hueco que Carlos siempre ha echado en falta en momentos anteriores. Quedamos a la espera.
