En Sevilla hubo ya unas décadas atrás un grupo llamado Carne de Perro, formado por músicos de la órbita mod local que venían de bandas como Arden Lágrimas o Helio. Su power pop no tenía nada que ver en absoluto, aunque compartan el nombre, con el punk del dúo que lo lleva ahora, el formado por Anushka Podenko, a las voces y MIG42, a la música y los coros, apelativos estrambóticos tras los que realmente están Javier Blanca, aka Sr. Longo, batería de Lead Coffin, y Ana Cáceres, aka Tashunke Witko, su pareja. Antes de entrar en situación sobre el trabajo de estos nuevos Carne de Perro le pregunto a Javi si conocía esta coincidencia. «¡Vaya, pues no sabíamos que ya había unos anteriores Carne de perro, no! Yo llegué a Sevilla a principios del 2000, por lo que no estoy muy puesto por la escena de Sevilla anterior, ya que al ser de Jerez difícilmente algo llegaba allí. Nos veníamos los colegas ya esporádicamente a ver conciertos a Sevilla, al Fun Club, la Fábrica de Colores, la Salamandra… pero qué va». Le pregunto entonces por la elección de este nombre, aunque estoy seguro de antemano de que será por el uso que por estas tierras se le da a esta expresión, con la que se refieren a personas resistentes, a objetos duraderos… «El nombre de Carne de Perro surgió porque ambos somos de pueblos donde el Guadalquivir y su entorno son muy importantes y queríamos darle un toque del Aljarafe profundo al grupo. Siempre tiramos de la naturaleza para nuestras portadas y de expresiones que llevamos toda la vida oyendo para los títulos de los EPs. Que en cada tema quede claro que somos Andaluces con mayúscula y que no pensamos ocultarlo. Carne de Perro lo elegimos para indicar que somos todoterreno».
El dúo se formó en 2019, pero no fue hasta 2020 cuando empezaron a sacar material. Y aunque esperan poder editar su música en formato físico y también ofrecerla en conciertos, de momento Carne de Perro solo es un proyecto de ediciones digitales, pero que lleva camino de ser colosal, porque en el tiempo que llevamos de pandemia, han lanzado cinco EPs, el último de los cuales no hace ni dos semanas, ya que salió el 25 de enero. Aunque contradiciendo la frase con que se abre este párrafo y el número de discos mencionado, en realidad la cifra asciende a seis porque en 2019 colgaron ya en su Bandcamp el que podría ser considerado como primer trabajo, La perra está indispuesta, aunque este sea una recopilación de ocho piezas sueltas que fueron haciendo a medida que les iban surgiendo las ideas, y es su obra menos cohesionada. A partir de ahí vieron que podían tener un proyecto estable y se lo tomaron mucho más en serio.
Después de esa recopilación fueron surgiendo los EPs, desde julio a enero, Haragán, Triptófano, Arte comprao talento perdío, Alimaña y Mal vahío. Toda una cadena de discos digitales surgidos de una factoría totalmente casera. Le cedo de nuevo la palabra a Javi. «Pues este proyecto surgió realmente antes del confinamiento; ya empezamos a trastear con la música a principios de 2019 porque en casa tengo un estudio casero, al que le puse Alxaraf porque siempre me gustaron los nombres guapos de los estudios: Morrisound, The Abyss, Abbey Road; pero sí que es verdad que nos pusimos más fértiles con el primer confinamiento de marzo. Ana y yo somos grandes amantes de la música, se puede decir que nos conocimos gracias a ella, así que decidimos aprovechar el estudio para hacer una propuesta diferente a lo que hago en Lead Coffin».
Y esa propuesta, aunque antes la definí como punk, en realidad sale de un gran número de influencias, desde el grindcore y el black metal hasta la música electrónica; algo que ya se ve en las primeras canciones editadas, entre las que hay una versión de los Stooges, una perversión de Nirvana, una adaptación de La danza del gigoló y una canción basada en el Romance de la luna, luna de García Lorca. Puertas abiertas al viento musical, que va y viene. «Queríamos hacer punk, pero no cerrarnos a ello sino que pudiéramos ir haciendo la música que nos fuera pidiendo el propio tema, sea del estilo que sea. Para Ana es su primera experiencia musical, por lo en cada EP vamos evolucionando tanto en la música como en la parte vocal o la producción a pasos agigantados».
Una evolución que se muestra en cómo disfrazan de perfección todos los vicios del mundo: el borreguismo, el abuso policial, el postureo, el uso partidista de los símbolos, la violencia machista, cómo te comen los cerdos, las ratas, los cangrejos de sus queridas marismas… Carne de Perro muestran el caos total con un toque de elegancia; la elegancia de los asesinatos del aguijón maligno, que describía Neruda.
¿Hay en Sevilla alguien más prolífico que Carne de Perro? Bueno, aparte de Juani Misterfly, claro, al que últimamente parecen haber abandonado las musas. Dejando las bromas aparte, le pregunto a Javi como es el proceso de trabajo que mantienen. «La composición musical es cosa mía, y la rutina de trabajo es planear el EP de manera completamente independiente de anteriores trabajos, por lo que puedes ver diferentes sonidos en ellos. Por ejemplo Haragán fue uno en el que echamos mucho cabreo y se nos fueron algunos temas a riffs de black metal; el último, Mal vahío, nos ha salido rabioso pero casi sin distorsión después de estar un tiempo dándole a grupos como Milk o Jodie Faster. Triptófano nos quedó bastante experimental; nos metimos hasta en una versión de The Prodigy ahí. Alimaña se nos fue hacia un punk con más melodía. Queremos que ni la producción ni la música se vean comprometidas por algo que hayamos hecho antes. Si nos apetece un tema techno, lo sacamos, o un poema de Lorca musicalizado en Como canta la zumaya, una versión de Stooges pero rollo Carne de Perro, o sacar un tema de black metal… que no haya un eso no nos pega que nos lo impida. Y esa libertad es la que está haciendo que los temas salgan solos; prácticamente todos han sido compuestos sobre la marcha en el estudio, aportando ambos ideas».
El proceso creativo que nos ha explicado Javi no se detiene solamente en el sonido, sino que sus inquietudes les han comenzado a llevar por otros caminos artísticos. «Es cierto que la pandemia nos ha ayudado a sacar un porrón de temas al tener todo el tiempo del mundo para ello, pero ahora queremos parar un poco y empujar a Carne de Perro hacia el terreno audiovisual. Ana es fotógrafa y gracias a ello ya hemos podido sacar nuestro primer vídeo, Seca. Queremos empezar a sacar menos cantidad de música pero integrada al 50% con la imagen».
Seca es una de las canciones del reciente Mal vahío, que está dedicado a todos los que luchan contra la proliferación de pozos ilegales en Doñana, con el riesgo de convertir en un secarral lo que siempre ha sido un maravilloso humedal, y todo por los habituales intereses económicos espurios.
Esperemos que el futuro de Carne de Perro no sea tan negro como el que pintan para Doñana. Aunque al pertenecer Javi a una banda muy establecida ya como Lead Coffin quizás cuando las condiciones sanitarias permitan que retome el trabajo que hace con ella el que hace aquí se ralentice, o incluso se deje de lado. «Desde luego la intención es prolongarlo en el tiempo, por supuesto. Estamos pensando la manera de poder defender esto en directo, en formato dúo, de una manera atrayente; seguir grabando vídeos, música… la música nos apasiona y en lugar de estar haciendo otras cosas hay fines de semana que nos da por encerrarnos y sacar canciones. No creo que el esperado fin de esta mierda que nos ha tocado vivir sea el fin de Carne de Perro, ni mucho menos».
Y a nosotros no nos queda nada más que añadir, excepto que se cumplan los buenos deseos que Javi nos transmite en estas palabras finales y que este proyecto sea carne de perro.
