- Celia’s Sensitive inicia su carrera musical con el lanzamiento del single I Wonder. Os damos a conocer a esta intérprete a través de una interesante entrevista con ella
Conocí a Celia Álvarez en la Sala X el pasado 30 de noviembre. Pero no fue durante un concierto, sino en la presentación de Scenergies, uno de los proyectos de cooperación europea que lideran desde Rocknrolla Producciones, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad de los pequeños locales de música a través del intercambio de buenas prácticas y de la creación de una red europea de salas como esta de nuestra ciudad que la productora regenta. Celia estaba allí porque había participado antes en TransEuropeCREATE!, un proyecto para músicos emergentes, organizado también por Rockanrolla como parte del proyecto global europeo. «Nos juntaron a varios músicos europeos durante el verano de 2021, en una especie de campus virtual, en el que a través de masterclasses online y herramientas que nos brindaban aprendimos a producir las primeras canciones de nuestras carreras». Me cuenta ella, dándome a conocer así la génesis de su actual proyecto musical, Celia’s Sensitive, por el que la traemos a nuestra web después de conocer la primera de las canciones que ha lanzado, de nombre I Wonder.
Es una canción fresca, que brilla y conserva su fuerza original, aunque esté grabada de una forma simple y básica, mostrando solo su espina dorsal. Parece una historia autobiográfica en la que Celia trata de encontrar un equilibrio entre su personalidad y su lugar como mujer en la industria musical y en la vida. Y me llama mucho la atención que para ser un inicio de carrera sea tan pesimista. Le pido que me explique si realmente se siente tan vulnerable como indican los primeros versos de la canción: No he dejado de beber agua para deshacerme de la presión en mi pecho, me siento más vulnerable que nunca. «Llevo mucho tiempo escribiendo canciones, pero no tanto produciéndolas, porque empecé a hacerlo justo al terminar mi carrera universitaria. No hay muchas mujeres que produzcan música, al menos que yo conozca, y yo sí quería hacerlo. Estuve investigando y formándome por mi cuenta hasta que decidí estudiar producción musical y por entonces, haciendo mi Erasmus en Lituania, conocí a varias personas que estudiaban eso en la universidad y me sentí cómoda con ellas, así que me planteé estudiar allí yo también, a ver qué pasaba. En principio me aceptaron, pero luego no me dieron la beca completa y finalmente tuve que rechazar el continuar estudiando. Para mí fue como si se acabara el mundo. Era como que si no estudiaba allí no iba a aprender nunca a producir».
No es extraño, pues, que en la canción lo siguiente que dice Celia es que sus sentimientos eran un desastre. Lo que no sé es si lo siguen siendo todavía, por eso se lo pregunto. «A veces sí y a veces no. Lo que quiero reflejar con la canción es lo bueno y lo malo que me aporta la música; pienso demasiado en ello y a veces es un poco frustrante, porque hay que hacer muchas cosas, como las partes de promoción y marketing, que no me gustan nada pero son imprescindibles, sobre todo si eres una artista independiente. Pero aparte de eso la música me ha ayudado en muchos momentos malos de mi vida; siempre ha estado ahí. Es algo como el yin y el yang, reflejo lo malo y lo bueno que me aporta la música, cómo me siento con ella». Me extraño de que realmente haya pasado tantos momentos malos en una vida tan corta, ya que apenas tiene 24 años, pero parece que ha sido así. «La verdad es que en la adolescencia tuve momentos que no fueron demasiado buenos».
No está muy claro, escuchando la canción, si Celia se siente capaz de perseguir sus sueños. «Buena pregunta», concede. «Yo creo que sí, porque soy una persona con determinación y de una forma u otra siempre he procurado perseguirlos, aunque no supiera cómo empezar. Ya llevo tres años produciendo y si mi yo del año 2020 me viese ahora se alegraría de que ya haya hecho una canción». Ahora hay que hacérsela llegar a la gente. Celia dice en la canción algo que me ha dicho a mí antes, que la música siempre estará ahí, pero dice también que nadie la entiende. Le pregunto si cree que su música le va a llegar bien a quiénes la escuchen. «Puede llegar; pero tiene que encontrar su público. Siento frustración en mi círculo de amigos porque no tengo muchos que se dediquen a la música de forma profesional y no puedo hablar de ella con nadie. Pero sí que es verdad que la música siempre ha estado ahí, porque siempre ha sido mi apoyo. En la canción aparece lo malo, o negativo, que produce en mí, pero a la vez la música es mi refugio. Es un contraste interesante».
En la última estrofa de I Wonder dice que ve el futuro borroso y que está asustada por la incertidumbre de lo que pueda pasar. «La verdad es que la incertidumbre no me gusta», reconoce; «pero es que escribí esta canción en un momento en el que estaba muy mal. No sé cómo será el futuro, pero me veo en él haciendo música y buscando el camino por el que ir. Quiero pensar que nunca me voy a rendir y espero, de una forma u otra, seguir haciendo música». Después de eso, en el verso siguiente Celia dice que las oportunidades buenas no llegan a ella. Pero, le pregunto, ¿las buscas o te sientas a esperarlas? «No, no me siento. Me refería a lo que te contaba que me ocurrió en Lituania; si no me hubiesen dado la beca pues me hubiese dicho, bueno, no la tengo, no me lo puedo permitir. Pero me dieron la mitad, ¿por qué? Era como si no me llegasen las oportunidades. Y estaba muy mal».
No interpreto muy bien el verso final de la canción. La estrofa termina con Celia diciendo: ¿Qué pasa si no me llega la oportunidad? ¿qué pasa si no me lo puedo permitir? Tal vez me he dado cuenta demasiado tarde y ahora no puedo… y usa el término ignore it. Le pregunto qué es lo que no puede, ¿evitarlo, dar marcha atrás, darse cuenta de lo que ocurre? Porque la traducción de esa palabra se presta a varias interpretaciones. «Es que estoy segura sobre lo que quiero hacer, pero no de si me lo puedo permitir; me dicen que sí, pero luego no me dan la oportunidad y no puedo ignorar el hecho de que quizás no voy a poder hacer lo que quería… por eso estoy todo el rato diciendo I wonder -me pregunto- en la canción, porque lo tengo claro, pero a la vez hay una parte de mí que duda».
Cuando escribió esta canción estaba en un momento complicado, pero ahora Celia está mejor, así que no sé si siguen teniendo valor los versos del estribillo ese en el que continuamente se pregunta cosas, de las que la última es si alguien estará orgulloso de ella. Le pregunto si ya ha dado motivos para que alguien sienta ese orgullo. «Muchas personas me han dicho que están orgullosas de mí. Ahora me lo tengo que creer, que eso ya es un trabajo más personal». Pero cuando le pregunto qué haría falta para que lo creyese, no sabe contestarme.
Quizás para que Celia se creyese que alguien siente orgullo de ella haría falta que ese sentimiento se concretase en algo que le ayude en la música. La conocí, como conté al principio, en un acto al que la había invitado Esteban Ruíz, que además de formar parte de Rocknrolla Producciones, es uno de los gerentes del sello musical sevillano WeAreWolves Records, con el que edita los discos que graba con I Am Dive, el proyecto en el que forma dúo con José Aurelio Pérez. Me interesa conocer si ha habido también algún acercamiento del sello hacia Celia’s Sensitive. «La verdad es que no, aunque me gustaría sacar música con ellos en el futuro, porque llevo siguiendo a I Am Dive mucho tiempo, yo diría que desde el 2019, en que conocí a Esteban en un seminario que impartió en la UPO, cuando yo estudiaba Ciencias Ambientales…» Espera, espera, la interrumpo. ¿Te refieres a las jornadas sobre Emprendimiento en la música independiente y autogestión del talento, al que yo también asistí esperando encontrar algunas formas de gestionar esta web de Sevilla Disonante, que echaba a andar por entonces? Pues sí, resulta que en realidad Celia y yo nos habíamos visto y compartido intereses mucho antes de lo que pensábamos. «En aquellos días yo ni siquiera sabía tocar la guitarra», reconoce Celia; «por entonces solo cantaba y escribía. Ahora miro hacia atrás y veo que he hecho muchas cosas en estos cuatro años: he aprendido a tocar, produzco mi música, también hago las mezclas; mirándolo así sí que puedo sentirme orgullosa de mí misma, pero también padezco el síndrome del impostor y no me parece suficiente con eso».
Es curioso como este síndrome del impostor, del que me han hablado bastantes veces en charlas y entrevistas con personas que se dedican al arte y a la música, solo dicen padecerlo las mujeres. A ellas nunca les parece suficiente lo que hacen como para merecer el puesto que ocupan en su entorno; nunca me ha dicho ningún hombre que se sienta oprimido por él. Espero que alguna vez llegue un momento en el que en lugar de sufrir ellas el síndrome del impostor sintamos nosotros el síndrome de Stendhal escuchando la música que ellas hacen.
Ya hemos contado al principio cómo este proyecto de Celia’s Sensitive nació con TransEuropeCREATE!, aunque Celia puntualiza algunas cosas. «Realmente no fue tanto que comenzase ahí. Es que las canciones tenían que ir bajo algún nombre y las saqué con ese. Pero esas canciones no tienen mi esencia, porque después de todo, las personas con las que hice esa música eran VRGN, una DJ de Grecia, que hace techno, y David Novotny, un músico de Eslovaquia que hace música ambient, alternativa también, pero que no es mi rollo al cien por cien. En esas canciones, que están en el disco TransEuropeCREATE!2021, que recopila las tres nuestras junto a las de otros artistas participantes, nos tuvimos que adaptar los unos a los otros». «Puedo decir que las canciones son mías», responde cuando le pido que me concrete cuál fue su participación en ellas; «porque yo las compuse, escribí la letra y produje parte de ellas, pero aunque lleve todo ese tiempo, yo diría que estoy empezando ahora con I Wonder».
«Esa es otra buen pregunta», se ríe cuando le pregunto qué camino le atrae más, el de compositora, intérprete o productora. «Creo que compositora e intérprete son los que más me atraen, pero ahora estoy produciéndole música a dos chicas y me gusta cómo de alguna manera estoy intentando ayudarlas y guiarlas, porque ellas decían que no sabían qué hacer en cuanto a los aspectos técnicos y al sonido que querían conseguir». Tampoco tiene muy claro Celia cuál será su siguiente paso, de todas formas. «Voy muy lentamente porque ahora estoy haciendo muchas cosas a la vez. Tampoco sé si voy a seguir sacando singles o enfocarme en un EP». Eso me da pie a preguntarle si tiene canciones terminadas o grabadas como para completar un disco así. «Tengo algunas terminadas y otras en proceso de terminarlas, o al menos empezadas», vuelve a reírse. «Pero no sé cómo planteármelo, porque si me guío por el marketing y la promoción, está claro que lo adecuado es seguir sacando singles, porque tampoco soy una artista que tenga muchos seguidores todavía; pero por otra parte mi corazón quiere sacar un EP, ya que las canciones, aunque tienen sentido por sí solas, pero no tienen el mismo que ordenadas en un disco. Soy de las personas que piensan que escuchar un disco de forma desordenada es un error».
Después de escuchar las tres canciones en las que Celia participó al comenzar, volvemos a la actual de I Wonder. Tenemos claro que la ha compuesto ella, y tanto la voz como la interpretación musical también son cosa suya. En el aspecto técnico, también se ha hecho cargo de la producción, aunque en la mezcla y el master comparte protagonismo con otro nombre, Álex del Amo. Le pregunto quién es. «Es mi profesor de mezcla y mastering. El año pasado, mientras estudiaba, estuvimos los alumnos produciendo una canción y nos propuso mezclar las canciones con él. Yo acabé varias y las mezclamos entre los dos online». Le pregunto también si ella tiene un estudio apropiado para eso. «No; tengo lo básico para mezclar. Hice una mezcla previa, él arregló algunas cosas y yo cambié luego algunas de las que hizo. Después volvió a escucharlo todo en su estudio, que sí es bueno, e hizo unos ajustes para que quedase como está ahora».
En la canción, además de la guitarra y la voz de Celia suenan otros instrumentos que también son responsabilidad suya; me interesa saber si todo lo que suena es digital o hay instrumentos físicos y cómo los grabó. «La voz y la guitarra las grabé en mi habitación. Tienen muy poca reverberación porque en ella tengo un montón de cosas y además puse un sofá pequeñito para evitarla y quitar reflexiones de la habitación. Ya me hubiese gustado hacerlo en un estudio profesional porque, aunque el sonido no está mal para las condiciones en que lo grabé, podría haberlo mejorado más. La batería estaba programada, al igual que el bajo, y estoy bastante contenta con el resultado». También me dice que le ha gustado mucho cómo ha quedado la portada del single, obra de Diego Fernández Aguilar.
A partir de ahora esperemos que las demás canciones suyas que vayamos conociendo no sean tan pesimistas. «No sé. Es que se me da mejor expresar los sentimientos negativos que los positivos. Quizás sí es que soy un pelín pesimista, en realidad. Siempre intento ver lo bueno, pero me cuesta hacerlo». Celia se nos dibuja tal como indica su nombre artístico Celia es sensible. «Sí, soy muy sensible», reconoce.
Quiero conocer también su experiencia sobre los escenarios, aunque supongo que será escasa. En nuestra web disonante hemos anunciado alguna aparición suya en La Sra. Pop o en la sala Even formando parte del elenco de algún Jaleo Abierto. «Estuve tocando en Madrid. Buscaban un artista emergente para un evento que era la presentación de una plataforma digital para escritores, CREA (Creative Room European Alliance). No era nada relacionado con la música, pero querían tener a alguien cantando y fue algo muy grande para mí, porque me dio la oportunidad de actuar en el Instituto Cervantes y yo estaba flipando. Esteban le dio mi nombre a los organizadores, les gusté y me llevaron. Todavía no me creo que tocase en un lugar tan emblemático como ese».
Y con alguien tan joven como Celia es imprescindible hablar de proyectos. Y estos pasan por seguir dando a conocer sus canciones. Le pregunto si podremos verla en próximos conciertos. «Ahora mismo no tengo ninguno programado, pero me gustaría. Hasta ahora solo he cantado en algunos sitios mis canciones en acústico, pero para hacer un concierto mejor me gustaría tener lanzadas al menos un par de canciones más. Para un concierto en formato acústico sí tengo repertorio, pero me gustaría darlos con una banda. Ahora estoy estudiando para ser técnica de sonido y en mi clase hay gente con la que me entiendo muy bien y creo que en un futuro incluso podríamos tocar juntos. Ya lo hemos hecho, pero siempre de manera íntima, no con vistas de tocar ante el público». Quizás, mientras llega ese momento, estaría bien ayudarse de bases electrónicas para dar conciertos con más instrumentación. «Podría dar los conciertos con la guitarra, metiendo alguna base, lo he pensado, sí, pero creo que no es suficiente», reconoce; «pero me gusta muchísimo más que los instrumentos sean en directo, la dinámica es muy distinta».
La entrevista formal la dimos así por terminada, pero nos quedaban cervezas que apurar y la charla siguió un rato más por otros derroteros que me llevaron a conocer a Celia un poco mejor. Así me entero de que escribe canciones desde muy pequeña y me cuenta que con ocho años jugaba al fútbol y escribió una especie de himno para su equipo. De mayor escribía porque lo necesitaba, y siempre en inglés, no sabe muy bien por qué, aunque se siente más cómoda escribiéndolas en ese idioma, seguramente por influencia de la música que ha escuchado siempre. Ahora no escribe tanto. Y lo echa de menos, porque antes solía escribir todos los días y no recuerda cuando fue la última vez que se sentó a hacerlo; pero bueno, tiene un buen bagaje ya de canciones para producir y grabar.
Aunque desde hace muy poco reside en Sevilla, ella es de Carmona y pasó el confinamiento de la pandemia en Kaunas, donde estaba con una beca Erasmus de Ciencias Ambientales durante el curso 2019/20. Volvió en verano y a finales de ese año comenzó a producir, tras conocer a otra gente que lo hacía, pero investigando y formándose por su cuenta, sobre todo con tutoriales de YouTube y luego adquiriendo más conocimientos en la TEC! Ya con la carrera terminada decidió echar la solicitud para estudiar producción musical en 2021, de nuevo con los lituanos, pero esta vez online. Fue cuando le aceptaron la plaza y entró en aquella universidad, pero cuando solicitó la beca solo le concedieron la mitad y no pudo permitirse continuar matriculada. De esa frustración nació la canción I Wonder. Y nuestra atención hacia ella, que se mantendrá mientras siga elaborando canciones como esa.