Hace unos meses os presenté aquí a Claudia Sola, una chica que había realizado una muy buena transición de cantautora a intérprete de piezas de EDM, que tras dar el primer paso con la canción Santa, nos decía que más que sacar un disco completo le hacía ilusión ir lanzando lo que fuese surgiendo, para ver lo que pasaba; y que esa primera canción sería un puente entre su etapa anterior y la que se abría con él, durante la que continuaría aprendiendo todo lo posible del mundo de la música electrónica y reflejando los resultados en posteriores singles, de los que pronto tendríamos noticias. Pues bien, esas noticias han llegado hoy. Y son buenas.
Un sencillo ritmo, a medias entre el house y el reguetón, toma impulso en el inicio de El presente para que Claudia comience a desgranar una voz que suena realmente bien, porque en esta clase de música, en general, cuantos menos elementos tengas, mejor; si no abarrotas tu pista con millones de cosas, cada elemento tendrá más espacio. Claudia no te ilumina musicalmente de ninguna forma, pero sus canciones funcionan.
Hablo con Claudia sobre esta canción y dejo que nos la presente. «La compuse más o menos durante el mismo periodo que Santa, hacia finales del año 2018 y principios del 2019. Sin embargo, el proceso de producción fue largo, ya que trabajamos en ella durante todo ese año 2019 y parte de este 2020. Es la primera de las dos canciones en las que hemos trabajado Gonzalo Ramos y yo. En el proceso final de la producción también he contado con el trabajo de David González, que es quien ha dirigido y grabado las voces, además de grabar algún que otro sonido en la parte final de la canción».
Cuando la estamos escuchando y llegamos al estribillo enseguida se nos viene a la mente aquel divertido canto futbolístico que nació en las gradas del estadio del Cádiz, que siempre han estado llenas de artistas. «El estribillo está basado en el ya casi himno popular de Alcohol, alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual, pero con una perspectiva más romántica e irónica. Por eso, en el videoclip hay un guiño en los subtítulos. Primero se compuso esa parte y luego las estrofas».
Un videoclip, el que menciona, tan sencillo como la instrumentación de la canción y que funciona igualmente bien, con Claudia acaparando todos los planos.
Le pido que me cuente también los detalles técnicos del video. «Partió de la idea de Gonzalo mientras trabajábamos en la canción. En el video ocurre lo contrario con respecto a la canción, en la que le pido a alguien que deje de utilizar el móvil y se centre en el presente; pero en el vídeo soy yo la que está todo el tiempo con el teléfono mandándole audios, escribiéndole, e incluso haciendo stories, que es la parte en la que aparecen vídeos de mis amigos. Y lo he montado yo. También ha sido un proceso lento y de muchas versiones hasta dar con la definitiva».
Me llama la atención que cuando rodó el primer video, Claudia me dijese que solo tuvo un equipo en mente, el que formaban Alejandro Sánchez y Victoria Brause, y sin embargo para este otro video no contase con ellos. «Admito que el trabajo de Ale y Vicky en el video era perfecto para la canción y estoy contentísima con el resultado, lo que pasó es que yo no tenía en la cabeza el videoclip que ha salido ahora, sino que estaba con Gonzalo produciendo la canción, que nos ha costado mucho porque hay muchas versiones de ella y al ser un proceso tan lento estaba tranquila sobre que me iba a venir una idea para el video en cualquier momento y estaba segura de que contactaría con alguien perfecto para hacerlo; no me molestaba el proceso largo y lento, al revés, me tranquilizaba poder hacer las cosas con calma. Un día quedamos Gonzalo y yo para seguir con esta canción y otra más que estábamos haciendo y le comenté que estaba pensando hacer un video muy sencillo, de una sola toma, y que tenía pensado hacerlo en una biblioteca; algo que fuese como chocante, una canción bailable pero en una biblioteca. Y él me dijo que me fuese a la biblioteca de la Pablo de Olavide, que tenía unos fondos muy chulos y podría quedar muy bien. Le contesté que vale, pero que él se venía conmigo. Nos fuimos para allá y cuando entramos en la biblioteca decidí que yo ahí no grababa nada, porque la idea era ponerme los cascos y gesticular como si estuviese mandando un audio, pero me dio vergüenza ponerme a hacer eso en una biblioteca, aunque la idea me encantaba. Y como la UPO tiene muchas paredes de colores vivos y variados hicimos lo mismo ante ellas, ya sin casco. La idea fue yendo a más y se me ocurrió sobre la marcha añadir los videos y stories de Instagram para que fuese mucho más dinámico».
Al principio de nuestra conversación Claudia me dijo que esta canción de El presente la compuso durante los tiempos en que lo hizo también con Santa, y eso fue a finales del 2018. Han pasado dos años desde entonces y me extraña que aunque durante ese tiempo dejase madurar estas dos primeras ideas no surgiese alguna más. «Ha pasado mucho tiempo, pero es que ha sido un proceso duro y complicado. Desde que saqué Santa nos tuvimos que ajustar a mis horarios sobre todo, porque además de hacer música me he estado sacando un doble master y tampoco me quedaba mucho tiempo libre para dedicarme de lleno a la música, algo que sigue ocurriendo. Es verdad que parece que no estaba haciendo nada más, pero había que encontrar el sonido, las personas indicadas y disponibles para hacerlo… claro que entre Santa y El presente he hecho más canciones, aunque no creo que vean nunca la luz. Con Gonzalo esta nos costó mucho; nunca estaba como queríamos que estuviese y ya en el último tramo de la producción entró David y grabamos las voces desde cero; las quitamos de la demo que teníamos Gonzalo y yo y las volvimos a grabar partiendo de cero. Eso fue en el verano, en los ratos que se podía, aprovechando el confinamiento. Quedaba con Gonzalo los fines de semana para seguir produciendo este tema y otro que saldrá después de este, y espero que no tarde mucho».
Y esa última frase suya nos abre la puerta al futuro. «Pretendo seguir haciendo canciones así, un poco de lo que vea que me apetece hacer. Gonzalo y yo produjimos dos canciones, como te digo; El presente ha sido la primera y de la segunda ya diré más adelante algunas cosas, pero no nos costó tanto producirla, la teníamos más clara desde el principio y creo que también está muy bien».
Con lo que se cumple la premisa de la que parte Claudia Sola: lanzar lo que surja, canción tras canción, de forma que vayamos apreciando la madurez y profundidad que siga adquiriendo con el tiempo, mientras siguen, como escribió una vez Neruda, firmes sus pies en la madera del presente. Entre las dos canciones que ya conocemos se ha tejido una especie de malla de hilos invisibles con los que todos deseamos sentirnos también conectados.