Alvaro Suite + Cuántico. Sala Malandar. 20 de octubre de 2022
Unas veces es porque el concierto es un día entre semana y al siguiente hay que trabajar o estudiar; otras veces es porque es en fin de semana y la gente sale fuera de Sevilla; hay veces en que las quejas son porque la entrada es muy cara; también suelen quejarse de la falta de calidad o notoriedad de la banda que toca… ayer la excusa debía ser que estaba lloviendo y quizás por eso en la Sala Malandar apenas nos reunimos 30 o 40 espectadores, contados con generosidad e incluyendo a familiares, amigos y componentes de las dos bandas que tocaban, para ver en acción a Cuántico, que es el nombre que usa Mario, el hijo de Javi Vega, y su jovencísimo -como también lo es él- cuarteto de respaldo, y después a Alvaro Suite, al que también respaldaba otro cuarteto, mucho más experimentado y contrastado, por supuesto, que era el pilar de esta convocatoria rockera, que hubiese merecido mucha más atención. Porque, además, el concierto fue muy bueno; quizás el mejor de los que le he visto a Alvaro Suite hasta ahora… aunque tampoco estoy muy seguro, porque ya lo he visto varias veces y, más o menos, siempre salgo de ellos diciendo lo mismo.
Alvaro venía a presentarnos oficialmente las canciones de su segundo disco, Fantasio, y las interpretó prácticamente todas –El regreso y Amas, creo que se quedaron fuera-, aunque antes, para irnos poniendo en situación, aunque tampoco es que hubiese necesitado hacerlo, porque todos los que estábamos allí sabíamos a lo que habíamos ido y estábamos totalmente receptivos y permeables a su música, recuperó de su disco anterior, La Xana, cinco canciones seguidas, comenzando con la que también abría ese disco, Loopdrama, una canción deslumbrante, intensa, que te atrapa y te engancha… mira, después de todo quizás fue buena idea comenzar con estas piezas del disco anterior… para seguir con Mientras duermes, puro pop virado aquí más al terreno del glam moderno de unos Suede que respetando los aires beatlelianos de su versión grabada; en Dices si respetó más los arreglos originales y nos parecía estar escuchando al Lennon de Watching the wheels, mi favorito; La dama que amé también se benefició de una atmósfera más radiofuturista que la bumburiana que yo le recordaba y terminó el viaje por el camino de la memoria del primer disco con una canción enorme y emocional como es Jaula de oro, resaltada en su parte final por el luminoso trabajo de teclados del Doctor Stevie. El resto de la banda tampoco se quedó nunca atrás: Cristián Martín en otra guitarra, magnífica, siempre complementada por la de Alvaro; Ricky Candela en el bajo y Antonio Lomas a la batería.
Las notas de Ricky fueron las que introdujeron El día de nada, con el que comenzó Alvaro a traernos las canciones de Fantasio, que él anunció como primicia, aunque yo recuerdo que también la interpretó en esta misma sala cuando pre-presentó el disco en abril del año pasado. Y no se me olvida eso porque lo hizo acompañado por Mercedes Bernal al saxo, instrumento del que ella siempre saca queroseno suficiente como para hacer volar todas las canciones a las que se une. Anoche también lo hizo aquí, aunque un poco más tarde, porque antes Alvaro trajo la canción del título del disco presentado, Fantasio, con la tensión mantenida por los acordes repetidos de la guitarra de Cristián, rotos en medio de ella en un solo tan grande como corto. Después sí, Mercedes subió al escenario para insuflarle intensidad a una canción, Conjuro, que ya de por sí era pura lujuria.
De la siguiente canción, Ingrata Cristina, nos dijo Alvaro que es una de sus favoritas desde que la descubrió en una maqueta que le envió Alfonso Espadero y que hasta ahora no la había querido interpretar porque no había una banda que la tocara como se merecía. Pero esta noche sí. Y nos encontramos con una canción de melancolía y euforia a la vez, llena de amor, de esa forma en que yo no recuerdo haber vuelto a escuchar desde los tiempos de los primeros Manic Street Preachers. Volvió al disco anterior con Toda esa belleza, encantadora, de nuevo resaltada por Stevie y su piano electrónico. La emoción simple se convirtió en arrogancia de altos decibelios con Tu silencio, de la que escuchando su intro a todos nos pareció ver flotar por la sala el espíritu de Bowie. Nunca vimos tocar en directo juntos a Steve Hunter y Dick Wagner, pero desde anoche, viendo a Alvaro y Cristián en el tramo final que empezó con esta canción ya no nos pesará tanto habérnoslos perdido; el subidón fue tal que después de los shu shu ru ru que coreamos todos hasta me imaginaba a los Who en el escenario en vez de a esta banda de Alvaro, para la que todavía está buscando un nombre apropiado, porque el provisional de The Randy Lovers que manejan ahora no les termina de convencer.
Cuando comenzaron con una canción que yo no conocía y que Alvaro dijo que había adaptado su hermano Chencho Fernández, que subió a cantarla con él, no dejaba de venírseme a la mente de nuevo el nombre de Suede; hasta que caí en la cuenta de que lo que estaba escuchando era el Trash de esa banda, pero con una fantástica letra en español… basura yo y tú, se nos nota en la actitud… fue entonces cuando Antonio se apoderó de la atmósfera de la sala con el eterno poder resonante de su batería, para iniciar Una realidad, la canción con la que terminaron el set de manera impresionante.
Los bises no se hicieron esperar. Salió Alvaro solo un ratito después y pensábamos que empezaría a hacerlos así, pero mientras hablaba de Jesús Quintero y de Andrés Eme, recientemente fallecidos, el resto de la banda se fue juntando con él y un largo desarrollo instrumental nos condujo a Gracias por todo, la canción que cierra este segundo disco que presentaban, en el que se quedaron hasta la definitiva despedida, una hora y media después de haber comenzado, con La chica del lago y No puedo volver, intensa poesía en movimiento.
Alvaro Suite y su banda demostraron estar en forma para la larga gira que les espera por Andalucía, USA y México, con algunos cambios en la formación, y vuelta a Andalucía para seguir en febrero antes de terminar en Madrid después de haber dado otros cinco conciertos fuera de nuestra región. El de anoche fue un triunfo. Otra vez.
