Texto y fotos de RAFA LAMET
Rufus T. Firefly. Sala X. 19 de marzo de 2022
A Rufus T. Firefly hay que quererlos porque son un grupo especial y como dicen en Río Wolf vienen a darnos todo su amor, que es mucho. Puede que igual de primeras no se conviertan en tu grupo favorito pero de repente un día, una frase, un ritmo de batería, una referencia a una peli o una línea de bajo de cualquiera de sus canciones te atraviesan el cerebro con su rayo láser y ya no te abandonan jamás.
El sábado presentaron su último LP El Largo Mañana, del que agotaron en octubre todas las copias en vinilo que habían fabricado para unos meses en apenas horas, sin que tuviera ninguna repercusión en medios o listas de ventas, y colgaron su tercer todo agotado consecutivo en la Sala X tras sus visitas en 2017 y 2019; incomprensiblemente, sin que eso suponga su inclusión masiva en los carteles de los cientos de festivales que tenemos en este país. Eso demuestra la fidelidad de sus seguidores, lo que igual no les da para hacerse millonarios, pero desde luego sí para que mientras puedan subirse a un escenario tengan un público emocionado de escucharlos una y otra vez. Valga para comprobarlo que coincidí antes del bolo de nuevo con Ale tras verlo en el de la semana pasada en Cádiz y ambos convinimos que, de haber podido, también hubiésemos ido a Córdoba -donde también agotaron entradas- el día anterior y nos emplazamos para un próximo concierto. Rufusliebers; existen y soy uno de ellos.
Las canciones de su séptimo disco no nos eran desconocidas en directo en la ciudad porque el pasado agosto ya las tocaron en el CAAC, pero cuando tan solo se conocían un par de adelantos. Ya en aquel concierto pudimos comprobar que aquello no iba a ser su Adore y descubrir que la causa del cambio de estilo que habían anunciado era la de haberse empapado de la onda soul setentera.
Lo que sí que iba a poder testar el grupo es si El Largo Mañana había calado entre su gente… y vaya si lo hicieron. Colas desde antes de la apertura de puertas y muchas ganas. Pasaban cinco minutos de las 21:30 cuando salió el grupo a escena a ritmo del Planet Caravan de Black Sabbath y Víctor Cabezuelo (cantante, guitarra y sintetizadores) entonó los primeros acordes de Torre de Marfil, con su in crescendo al que se van incorporando poco a poco los coros y teclados de una de las nuevas incorporaciones a la banda para el directo, Manola (teclados), para dar paso al comienzo de una nueva master class de Julia Maestro a la batería. Lógico que muchos consideren que es la mejor del país y que se arremolinara un buen grupo de asistentes delante suya para disfrutarla.
La disposición del grupo extraña de primeras. Julia y Juan Feo (congas y percusiones y la otra nueva incorporación a la banda) al frente del escenario, Víctor y Manola en el centro y Miguel de Lucas (bajo) y Carlos Campos (guitarra) en la parte de atrás. Todos emparejados. Continuaron con Templehof, y El Largo Mañana para ir calentando motores y a partir de aquí ya no hubo freno.
Como explicó Víctor, Esta persona no existe es una de las dos canciones del disco que solo están en la edición física y para mí es una de las mejores. Puro groove y uno de las más claros exponentes de cómo han mirado hacia Detroit para componer este disco; y ese falsete en el estribillo cuando canta Solo me conoces tú es pura ambrosía.
A continuación Me has conocido en un momento extraño de mi vida. que es quizás la canción en la que más se nota la influencia de los arreglos made in Motown de sus nuevas canciones; una delicia donde la sección rítmica y los teclados toman el protagonismo.
Fue sonar los primeros acordes de Polvo de Diamantes y ponerse el público a corear lololos al ritmo del riff de teclados al más puro estilo Seven Nation Army, y no sería la única vez en la noche. No solo fueron estás líneas las que se cantaron, pues en el estribillo me dio por mirar hacia atrás y me encontré con una sala en éxtasis con él, dejándose la garganta replicando cuanto más me acerco a ti con caras de absoluta felicidad que se duplicaron cuando el grupo enganchó con una espectacular versión de Abre la Puerta de Triana coreada como si no hubiera un mañana, que llenó el cielo de la X de móviles para inmortalizar el momento y que acabó con todo el público coreando el nombre del grupo y Víctor sorprendido y agradecido porque cada vez que bajaban al sur la gente corease las líneas de las canciones al más puro estilo grada futbolera, lo que provocó el comentario de la noche: joder, es que se ve tan buen chaval que le gustaría hasta a mi suegra.
A continuación sonó El Hombre de otro tiempo, la otra canción que tan solo puedes encontrar en la edición física del disco, en la que Juan se desbocó con las congas para poner a bailar a toda la sala y luego Lafayette, quizás el momento álgido de la noche, con todo el público saltando y coreando nuevos lolololos al inicio de la canción. Imposible no destacar como Manola viste de frac al tema con sus coros. La verdad es que para los que la seguimos desde hace algunos años no se nos podría ocurrir mejor fichaje que la gaditana, porque su voz y su elegancia encajan como un guante en el nuevo sonido de la banda.
Cambio de tercio con la preciosa Selene, canción que cierra el LP y que poco a poco se va desbocando hasta llevarnos a un final que rompe con un espectacular punteo de Carlos, que unidos a los quiebros y requiebros de Julia a la batería lo convierten en uno de los momentos más épicos del concierto y con el público entregado dejándose la garganta con ese era el final con el que termina la letra antes de que la canción se dome de nuevo.
Ya lo advirtieron: vamos a tocar todas las canciones del nuevo disco, y algunas antiguas; pero tuvieron que pasar nueve canciones antes de escuchar una de las antiguas, Última noche en la tierra, de su disco de 2017 Magnolia, con la que cerraron el set.
El primer bis de la noche fue Nebulosa Jade, también del Magnolia, que fue coreada de principio a fin por toda la sala simplemente porque es una de las canciones de amor más bonitas que se han escrito en los últimos años. ¿De qué otra manera puede calificarse un tema en el que le cantan a la otra persona que Eres la guitarra que llora de Harrison / La psicodelia de Pink Floyd / Eres la pegada de John Bonham / Eres la voz de Thom Yorke?
Voy a prestarte mis ojos para que aprendas a mirarte / Vas a flipar con la luz, el color y los detalles, canta Víctor en Sé dónde van los patos cuando se congela el lago y fue verdad que flipamos con la luz y con esta explosión de colores que esta canción, que pone en evidencia una vez más porque las líneas de bajo de Miguel de Lucas son tan importantes en el sonido de la banda.
Un Breve e Insignificante Momento en la Breve e Insignificante Historia de la Humanidad o como contar lo que has hecho un día cualquiera y dejar para la posteridad una de las mejores canciones de tu repertorio; fue la única que tocaron del Loto (2018). Y para cerrar, desparrame total con Río Wolf, con más lololos desatados al comenzar su riff y la Sala X entera pronunciando cada palabra de la letra de la canción.
La banda nos dio todo lo que llevan dentro en forma de canciones y eso se tradujo en caras de felicidad en la salida a ritmo de Marvin Gaye para finalizar y colas para comprarse la nueva edición del vinilo, que estaba por primera vez a la venta desde que se agotase aquella primera en octubre. Lástima que los responsables de la sala no te dejen quedarte un ratito más simplemente por disfrutar del momento y empiecen a desalojar rápidamente a todo el mundo nada más terminar.
Fue un concierto absolutamente inolvidable. Lo tengo claro, si fuera La Última Noche en la Tierra, no se me ocurría mejor forma de vivirla que en un concierto de Rufus T Firefly.