Zenet. Museo de Artes y Costumbres Populares. 20 de julio de 2022
El concierto de Zenet de anoche del ciclo de Música y Museos no ha sido el único que ha agotado todas las localidades del Pabellón Mudéjar, ni siquiera es el que más espectadores va a meter en él, porque para el de Perrate y Za! de esta noche se ha tenido que ampliar el aforo. Sin embargo, todos esos conciertos han ido creciendo en interés con el ciclo ya en marcha y la venta de entradas ha fluido a un ritmo continuado, pero el de Zenet fue el único que agotó todo el taquillaje el mismo día de ponerse a la venta. Algo que no es extraño en vista de que el público que acudió a escucharle era fiel y tan adepto a sus discos que se sabía prácticamente todas las canciones que interpretó.
Dieciséis de ellas constituyeron el repertorio de este concierto, que durante casi una hora y media discurrió plácidamente, en una agradable intimidad y complicidad con la gente que llenaba el patio del museo, que no se rompió ni siquiera cuando al cantante se le notó la molestia que le causaba que hubiese teléfonos grabándole constantemente. Aunque, al contrario que Ian Anderson, él tuvo una paciencia infinita con todos y les dejó hacer después de lanzar un alegato, con el que yo no puedo estar más de acuerdo, e incluso alguna vez ha salido de mi boca, sobre que nada de lo que veas luego en esas pantallas va a recoger la magia del momento que pierdes grabándolo ni nada va a ser igual a la realidad. Zenet dijo que sabe que todo hay que atraparlo dentro de este cacharro que se llama móvil, pero si lo que quieres, añado yo, es mostrar lo que se perdió a quien no estuvo aquí, lo único que consigues es que esa persona, al verlo ahí, piense que no fue para tanto.
Después de calentar la voz entonando algunas onomatopeyas, Zenet comenzó el concierto con Estás equivocada, un bolero del cubano Osvaldo Farrés que forma parte de la docena de ellos que contiene su disco La Guapería, editado poco antes de la pandemia, por lo que su discurrir quedó truncado, aunque sí le sirvió para que en Cuba le diesen un premio… ya veis, nos dijo, un premio en Cuba a un malagueño que canta boleros; y eso que yo más que de boleros, e incluso que de flamenco, soy de blues… Continuó con otro de los boleros de ese disco, esta vez con el Ansias locas que le escuchó por primera vez a Olga Guillot, trufado al final por unas líneas del Limón limonero y de Tengo una muñeca vestida de azul, en las que, entre risas, hizo participar a la audiencia, rematado por unas estrofas del Summertime de George Gershwin.
A partir de ahí las canciones de La Guapería las fue intercalando entre todas las que fue extrayendo de sus otros cuatro discos originales. Canciones con unos textos de enorme belleza escritos por Javier Laguna; poesías que ya tienen dentro la música que descubre José Taboada, que lleva ya catorce años aliado a Zenet y anoche era su único acompañante en el escenario, luciéndose con su guitarra española en solos monumentales como el de Me gustas o el de Mil veces prefiero, en el que jugó con las cuerdas de sonido más grave, utilizando su instrumento como un bajo. Las canciones compuestas por este trío de artistas marcaron los momentos más destacados de la noche: Quien sabe, con sus aires jazzies para contarnos ese momento antes de conocer a alguien que no sabemos que va a ser muy importante en nuestra vida; No lo dudes, bromeando con aquellos viejos teléfonos en los que si te arrepentías de la llamada aún daba tiempo a colgar, mientras hoy en día das un clic y estás perdío… llámame y después cuelga, llámame como si fuera que te has equivocado… ironía en unos versos y ternura en otros, como los de Contigo, como los de Entre tu balcón y mi ventana, la canción que tan bien refleja los sentimientos del confinamiento, de que la felicidad está en los detalles pequeños, de que hay que saberse el nombre de los vecinos…
Ella era mala describe perfectamente a la mujer que todos querríamos haber conocido al menos una vez; al igual que a la de Sé que estás pensando en mí, la canción con la que terminó antes de volver para brindarnos un bis con Soñar contigo, una canción de Los mares de China, el disco con el que comenzó su carrera musical allá por el 2008. Los preciosos versos de Laguna, arrojando un gran cariño sobre una historia de amor que fue y ya no es, consiguen que la canción Todo lo que quisimos sea una maravilla. Y más todavía si Zenet la complementa cantando justo tras de ella otra canción que también va sobre el amor pasado, pero esta vez roto de mala manera, como es No te empeñes más, otra de las que recoje en La Guapería, que en realidad es un filin de Marta Valdés, un género también cubano muy interesante, que une el bolero con el jazz… escuchar a Frank Sinatra está muy bien, nos dijo Zenet, pero hay que dejarse cautivar también de vez en cuando por cantantes como Bola de Nieve. De ese disco es Borrasca, que también se aparta un poco del bolero para convertirse casi en un tango; la grabó en los años 60 Nelson Pinedo que, aunque era colombiano, la compuso después de vivir las noches de La Habana, por lo que no desentona en este disco de boleros cubanos de Zenet; es más, incluso fue su primer single, sirviendo de adelanto a La Guapería.
Las otras dos canciones que Zenet interpretó fueron para dar el toque local que él siempre procura que esté presente en las ciudades por las que pasa. Una de ellas fue Trío forzado, que todavía no ha terminado de componer definitivamente, trabajando sobre una letra del sevillano Chipi de La Canalla, que siempre trata temas muy profundos con mucho sentido del humor. En esta ocasión describe, en palabras del propio Zenet, un trío no del todo deseado. Algo más tarde invitó a subir con él a Paz de Alarcón para interpretar a dúo Un beso de esos, la canción que lleva entre sus versos la frase que daba título a aquel primer disco, Los mares de China, que toda la gente correaba cuando llegaba el momento de cantarla. Paz es una actriz sevillana, que dio sus primeros pasos trianeros en la Compañía Viento Sur, y anoche entonó la canción de forma fresca y fantástica, probablemente sorprendiendo a todos los que no supieran que ella cantó en un grupo de rock, Ungravity, otro de jazz, NoSoloJazz, y actualmente es la vocalista de The Miarmers.
Noche de canciones melódicas y esporádicas brisitas que refrescaban un poquito el cálido ambiente. En ella descubrí a un cantante enormemente expresivo e intuitivo, que estoy seguro de que nunca volverá a cantar estas canciones tal como lo hizo aquí. Los conciertos también sirven para darle a esas canciones una nueva vida, diferente a la que tienen cuando salen de una pista grabada o llegan a ti acompañada de una potente banda de cuatro o cinco músicos. Zenet es un maestro, un prodigio, a la hora de hacerte pensar que eso que oyes desde el escenario es solo para ti.
