- Coyote Zora ha lanzado Futuro incierto en clave reivindicativa; otra más de las canciones que componen su próximo e inmediato disco
Murmullo de gente que pasa por la calle, roto por suaves acordes de guitarra. El fondo se cambia al paisaje idílico del entorno de un lago de aguas tranquilas, que se va desdibujando hasta que el plano se cambia a la infernal autopista de las prisas, llena de coches, en la que la música es el ruido de los motores. Riffs de guitarras, en un mundo cambiante donde el sistema nos deja ver su lado más oscuro, el cambio climático, el uso de las tecnologías y la desigualdad de una sociedad salvaje. Palabras con las que Coyote Zora presenta Futuro incierto, la quinta de las canciones que componen el disco de seis que ya no tardarán en sacar.
La conexión viene y va mientras el planeta se extingue, las estrellas colapsan, el hielo se derrite, los volcanes vomitan, la especie dominante inocula muerte mientras sueña en un orgasmo de oportunidades. No reaccionamos ante el futuro errante. Los riffs de guitarra de Candi respaldados por los acordes de acompañamiento de Nacho dibujan el fuego, la basura removida; el bordón del bajo de Daniel y el bombo de la batería de Manuel marcan el estruendo de los edificios que se caen, de los cielos que estallan… y al final solo quedan los buitres esperando rapiñar entre los restos de la extinción.
En Futuro incierto la mezcla de instrumentos y voz es perfecta; Alfonso Espadero ha hecho un gran trabajo con lo que se grabó en Zoraestudio, el espacio creativo de la propia banda, y todo está perfectamente fijado en el master de Jordi Gil. La realización y edición del video han sido de Carlos Márquez.
Al otro lado de la canción hay un mundo oscuro, salvaje e interesante… no es bueno, de todos es sabido que una maldición china te dice que ojalá te toque vivir tiempos interesantes. No sé si Coyote Zora ha escrito esta canción por un sentido del deber o por miedo a elegir el camino equivocado. Le digo a Manuel Escazena, el batería, que me saque de dudas. «La canción es producto del proceso de centrifugado emocional que se pone en marcha cuando tocamos juntos. En este punto no hay nada premeditado ni racional».
Pero aunque se ponga en marcha cuando toquen todos juntos, quiero concretar más y saber si el tema de Futuro incierto nace de la posición personal de quien lo ha compuesto de ellos o es más el compromiso de la banda con los tiempos que corren, con el entorno, con el mundo… Manuel también me lo aclara. «Las semillas se encuentran flotando en el aire y en un momento determinado una idea cristaliza, solamente hay que mantenerse delante del lienzo el tiempo suficiente; es como encontrar Pokemons pero sin querer. En este caso, nuestros Pokemons son mosaicos fruto de una experiencia colectiva en la que todos damos brochazos. Vamos a pintar cada día muy ilusionados porque nos gusta mucho mancharnos de pintura».
La faceta reivindicativa de esta canción de Coyote Zora me da pie para preguntarle a Manuel su opinión sobre los portavoces generacionales y los activistas ecológicos. ¿Se ven ellos en ese papel? «Si alguna generación nos elige como eco de sus inquietudes y se identifica con nuestro mensaje y con nuestra forma de expresarlo es porque formamos parte de este mundo, estamos vivos dentro de él y sentimos lo mismo que muchas otras personas, que viven día a día y experimentan el hecho de estar viviendo, en cualquier segmento generacional. El asunto ecológico es una cuestión muy evidente que nos toca de forma continua en cada acción que realizamos y la sensibilidad alrededor de esa realidad es compartida con un número enorme y cada vez más grande de seres vivos, que están presenciando la degradación de su hábitat, no sólo los humanos; también somos responsables de mantener y mejorar las condiciones de vida del planeta para las demás especies. El activismo comienza cada día con una sonrisa en la cara y una escoba en la mano. A partir de ahí ya todo es política».
¿Y cómo maneja Coyote Zora esa escoba? Le pregunto a Manuel si el estilo de vida personal de ellos, de forma particular y como miembro de la banda, contribuye a mantener este futuro incierto o hace algo por mejorarlo, más allá de la concienciación que logren con su música. «La expresión futuro incierto es un pleonasmo. Y un espejismo que nos recuerda el miedo ancestral a lo desconocido. Al mismo tiempo, y puesto en el altavoz de una canción de rock, es una llamada, un toque de atención, un deseo de reducir esa incertidumbre que puede acabar aumentándola. Es un sentimiento que nos apetece compartir».
Y sin duda alguna el altavoz de Coyote Zora envía el mensaje lejos. Manuel Escazena siempre ha tenido una gran virtud durante todo su largo recorrido como músico en las bandas sevillanas. Ya fuese en Rey Muerte, anticipando el sonido de los perdedores del rock, como en La Turmix siendo embrión de los Relicarios; o en Rhinozeros anticipando en los años 80 el sonido de los 90, o en The Bloop interpretando la música que comenzará a sonar dentro de dos o tres años, las bandas que le han tenido de batería siempre han sido adelantadas a su tiempo. ¿Creéis los que vayáis a vivir en la próxima década de los años 40 que estaréis escuchando canciones como las de Coyote Zora mientras los buitres os sacan los ojos a picotazos…? Yo intentaría ir poniéndole remedio a vuestro futuro incierto.