- Con la salida de Manifiesto, completa Coyote Zora la lista de las siete canciones que componen su disco de debut, que lanzarán el próximo mes
Siete raíces sustentan al árbol. Una mirada al mundo, la primera, a la esperanza, forzándonos a superar el camino sin saber lo que falta. Otra mirada, la segunda, para ver que habían caído bien y pensar que llevaban a cabo el plan perfecto. La tercera mirada, el terreno ya preparado, fue hacia los dados llenos de magia que tenía el jugador. Con la cuarta mirada apreciaron que el juego se había vuelto adicción, convertidos en su propio personaje, Vainilla Superstar. El juego se veía ya perdido con la quinta mirada, el mundo tenía un futuro incierto. Y se derrumbaba, como si el mundo, a través de la sexta mirada, estuviese sufriendo las embestidas de un elefante en la habitación. Hay pocas, pero existen oportunidades de que el mundo sobreviva, la séptima mirada ve cómo la vida se aferra y la lucha continúa, y para unirnos de nuevo en la esperanza y volver al principio sin repetir los antiguos errores, se ha creado un manifiesto. Firmémoslo todos.
Coyote Zora ha completado el círculo. Hemos visto lo que ocurre y en nuestra mano está que no vuelva a ocurrir. Son implacables en su mensaje apocalíptico. Espabilamos o la élite de los elegidos, los que no tienen sentimientos, imprimirán su impronta genética en una secuencia de ADN digital y la enviarán a conquistar otro mundo en el que renacer. Y aquí no quedará nada de nosotros. Ni siquiera el recuerdo de que alguna vez existimos.
Manifiesto es la última de las canciones que componen el primer disco de Coyote Zora, que después de aproximadamente un año y medio desde que tuviésemos la primera noticia de la existencia de la banda, saldrá completo, editado digitalmente por Beatclap, el día 15 de abril. La canción, como todas las demás, se grabó en los estudios de la propia banda, Zoraestudio, el pasado mes de septiembre, producida por Candi Murillo y Nacho Pujol, los dos componentes también del grupo, a cargo de las guitarras y voces, junto a Daniel Risco y Manuel Escacena, que forman la sección rítmica del mismo, con el bajo y la batería, respectivamente. Allí mismo hizo las mezclas Alfonso Espadero, para posteriormente completar Jordi Gil el master en los estudios Sputnik. El videoclip lo ha realizado Joaquín Negativo, para Grajo Producciones, con fotografía de Manuela Henao.
La habitual contundencia instrumental de Coyote Zora tiene esta vez el contrapunto del violín de Alex Piñero y del violonchelo de Manu López. También la voz de Jesús Casado ha ayudado a crear la atmósfera post que gobierna la canción. Le pregunto a Manuel por esta sección de cuerdas, tan novedosa en sus canciones. «Las cuerdas hacen su aparición entre las guitarras en un momento en el que se invita a la reflexión, a pensar lo que queremos ser, a buscar una salida al apocalipsis».
Una salida que se refleja además en el paso del negro al blanco que apreciamos en el video. Una metáfora que le pido que me explique también. «La progresión de la oscuridad hacia la luz es un mensaje de esperanza, abandonando las tinieblas de las miserias humanas para abrazar un horizonte luminoso dónde las máquinas trabajan y el hombre crea».
No es la única dicotomía que marca a este videoclip; también en él se cambia el paisaje urbano del principio por el agreste del acantilado. «Esa misma progresión está representada en las localizaciones, es la misma metáfora. Dejando atrás las injusticias y debilidades de una vida hacinada en la metrópolis, la mirada se dirige hacia el cielo azul, los espacios abiertos, de la simplicidad y la sabiduría de los ancestros».
Una canción que es el manifiesto de unos humanistas, con un mensaje que no solo sirve para reavivar nuestro interior, sino que además lo envuelven con una música que nos ayuda a soportar con dignidad la vida y sus tristezas. Que los conciertos de Coyote Zora sean una intensa amanecida desde la oscuridad que reina a nuestro alrededor es algo que solo podemos intuir, porque todavía no los hemos podido ver sobre un escenario. Y en nuestra ciudad todavía tardaremos en hacerlo, aunque hay dos posibilidades más próximas si no nos importa hacer unos kilómetros, y yo tengo señalada en mi agenda en mayúsculas y resaltada en rojo la fecha del 28 de mayo, que será cuando vaya a su encuentro en el Cosmo’s Factory de Las Cabezas. Dos semanas después, el 11 de junio, será en la sala Palo Palo de Marinaleda donde gruñirá el trueno y ladrará el viento con ellos.