Festival Interestelar. Pradera del CAAC. 24 y 25 de mayo de 2019
No va a ser esta una crónica musical al uso porque tampoco se trata de atiborraros de datos de los numerosísimos grupos que han participado en este festival, que pasó del bostezo interestelar a la alegría en grandes dosis con tan solo cambiar del viernes al sábado. Mejor que sea un reportaje fotográfico, con algunas pinceladas de los retratados, que te dé una idea aproximada de lo vivido durante estas dos jornadas. Las fotos son las oficiales de la organización del Festival Interestelar, tomadas por Studio Loft-It y Ángel Bernabeu, excepto la de Morgan, que es de Juan Carlos Muñoz para el Diario de Sevilla; la de Zahara es de Rafael Marchena y las de Los Invaders y Yorch, son mías.
El festival se abrió un minuto antes de las seis de la tarde del viernes con la subida al tercer escenario de Los Invaders, vestidos con estrafalarios pelucones y fresquita ropa de mujer para aguantar mejor el sol de justicia que caía mientras ellos atronaban con su heavy-funk.
Nina de Juan, poniendo su voz única a la música de Morgan. Soul de terciopelo y recuerdos de la mejor Janis Ian en un concierto de gran sensibilidad a pesar de su lucha contra los elementos; léase calor sofocante, lejanía en un enorme escenario y molestos sonidos del público y del tercer escenario, que rompían la intimidad que a veces Nina intentaba crear.
La Maravillosa Orquesta Del Alcohol se dejó la piel, literalmente, cantándote que la vida no es lo que ves en las películas, pero que aún así, los sueños pueden convertirse en realidad. Por otra parte, su habitual uniforme de camisetas blancas sin mangas parecía diseñado ad hoc para esta ocasión.
Así de feliz se mostraba Zahara tras regalar al público sus comprometidas canciones cargadas de inquietudes sociales y quejas contra el machismo, iluminadas por acordes muy (excesivamente) poppies… ya sabes que con un poco de azúcar esa píldora que nos dan entra mejor.
Continúan sin llegarme las inquietudes existenciales de cantautor atormentado que se gasta Iván Ferreiro. Aún así me uní un rato a su público, para dejarme contagiar por su entusiasmo, pero como todos levitaban excepto yo, me fui en busca de cerveza, a ver si así… pero tampoco…
Rozalén comenzó siendo un muy buen antídoto a tanta penuria anterior, pero tras tres o cuatro canciones ella misma saboteó su buen rollo inicial hundiéndonos en la miseria con tristezas y topicazos, en los que le echó una mano El Kanka, que subió con ella al escenario.
Second puso de acuerdo a gente nacida en todas las décadas, desde los 70 hasta ahora, para corear todos su éxitos. Como yo nací un par de décadas más atrás, me sentí desplazado y me fui a otro escenario a buscar música más acorde con mis tiempos… por ejemplo, el rap.
Ante el escenario de Shotta fue la única vez que noté a la audiencia sentirse realmente viva durante la jornada del viernes, mientras él, sin cortarse lo más mínimo, llamaba hipocresía a lo que los demás cantantes llaman mensaje.
Lo de Fangoria no había por dónde cogerlo como no fuese con pinzas y mucho cuidado para depositarlo en el contenedor de Lipassam más cercano. Dos años, desde que cerraron otra edición de este festival de forma brillante, no son tanto tiempo como para que se haya deteriorado así un fruto, que ahora es de mercadillo, a pesar de venir envuelto en vistoso papel de celofán.
Aparte de la pareja de raperos, la única banda sevillana de la programación interestelar fue Yorch. Un ratito después de que Fuego Amigo (su nombre más que nunca era referencia a lo que caía del cielo a esa hora) abriesen la jornada del sábado en el tercer escenario, los principales se abrían con esta banda local, que ofrecieron un interesantísimo concierto en el que se mezclaban referencias lorquianas con otras a las putas de la Alameda y los asistentes al festival.
A mí me tira mucho más el rollo Rickie Lee Jones que el Alanis Morisette, pero aunque Carmen Boza es más de este palo hay que reconocer que domina perfectamente la escena y la comunicación con su público, y además es encantadora.
Shinova crean canciones para cerrar heridas y la audiencia las llena de magia. Gabriel de la Rosa las canta con pasión y consigue que el publico asistente se convierta en un coro masivo. El suyo fue uno de los mejores conciertos del festival.
Mikel Erentxun… qué cosa más sosa, por Dios…
El fiestorro más gordo de todo el festival se montó al pie del escenario donde Tu Otra Bonita tiraban de ironía y sentido del humor. No sé por qué, pero la mayoría de los grupos que vi en este tercer escenario tenían algunas canciones en las que hablaban de follar… estos hacían referencia a ello en practicamente todas.
Estaba oyendo a Depedro cantar sobre los tamales a las diez y pico de la noche y no queráis saber el hambre que me estaba entrando. En su lugar me supo a gloria un serranito del puesto que había al lado del tercer escenario. Antes de irme me dio tiempo de apreciar la versatilidad de Jairo Zavala como músico. Impagable su reescritura de Serrat.
Esta chica de la foto es Alice Wonder, y aunque de su concierto no puedo deciros nada porque coincidió completamente con el de Shinova, pongo su foto en lugar de la que correspondería de Los Vinagres, porque aunque el de estos fue el concierto más cañero y divertido de todo el festival apenas congregó a varias decenas de espectadores y no había ni un fotógrafo para inmortalizar el momento; se ve que estaban todos esperando pillar un buen sitio para fotografiar a Vetusta Morla. Después nos quejamos de que al Interestelar vienen siempre los mismos grupos y cuando le toca actuar al más rockero de todos (puede que incluso el único) resulta que atraen a menos gente que la sesión de DJ de La Rubia Pincha de la carpa de al lado.
Las estrellas del festival hicieron honor a su condición. Vetusta Morla dieron el concierto que se esperaba de ellos y aún fueron más allá. Entre la delicadeza y la distorsión hay un mundo muy amplio del que esta banda conoce todos los rincones.
¿Que a los rockeros no les gusta el rap y a los raperos no les gusta el rock…? Tendrían que asistir todos a un concierto como el de Tote King con la banda A Contra Blues: dos guitarras, bajo, batería, cantante rockero; además del DJ habitual y su hermano Shotta como segunda voz. Así se cierra una noche de forma espectacular, no como la de la jornada anterior.
Y así transcurrió el Festival Interestelar. El primer día me quejé mucho, el segundo disfruté como siempre en él. Y por supuesto, empiezo a contar los días hasta que llegue el 22 de mayo del próximo año y comience la 5ª edición. Espero poder contárosla también.