Sin medias tintas, sin condiciones, sin disculpas. Duäl tienen la satisfacción de su propia gran ambición y van descaradamente, gloriosamente, a colmarla sin prestar demasiada atención a las expectativas de los que les escuchen. Y el primer paso para lograrlo es este experimento, quizás loco, que encontramos en el EP del que os voy a hablar, Calor digital. En él toman sonidos que nos son familiares, de toda clase de géneros, y los estiran hasta el extremo, colocándolos en lugares en los que Miguelo Delgado con su guitarra y Pepe Benitez con su batería y sus programaciones, apoyados por Carlos Romero, al bajo y Carlos Moreno y Jesús Chávez, alternándose en los teclados, encuentran sitio para correr en ordenado tropel, aunque estas dos palabras juntas puedan formar un oxímoron. En este disco los dramas, la tensiones, la oscuridad, la luz del día, las exploraciones musicales y místicas toman forma extensamente, contrastando unas con otras incluso en la misma pieza, como parte de una pintura móvil que ocupa todo el disco. Calor digital es una obra de combinación, no de recopilación. Y no me equivocaría mucho al decir que tiene un solo tema instrumental que reinventa la arquitectura sónica tradicional de los discos. Duäl no te abastecen aquí solo de música, también de fascinación sin concesiones fluyendo por todas partes.
Con este disco, Duäl se sumergen determinadamente en el mundo de la experiencia, y el todo completo es tan singular, tan extraño a todo lo demás que pasa en la música de nuestro alrededor, que son únicos en el instante de cada instante interminable. Son capaces de todo, moviéndose con paso seguro desde los claros acordes de guitarra de Culto digital hasta el tramo final entusiásticamente rocker de Nai Kowai, o sosegadamente a través de los calmados y tranquilos pasajes de guitarra y batería de Noche esdrújula.
Cuando presentamos aquí hace unos días esa última pieza citada, que fue la antesala de este disco, Miguelo nos decía que iban a intentar que las fronteras entre estilos fuesen lo más finas posible, y creo que lo han conseguido; uno se puede sorprender al descubrir que Duäl pueden, a pesar de todo, llegar a sonar más duros, agresivos e intensos que cualquier banda de jevi, cuando se incendian en una explosión de poder. Por toda su complejidad, su simplicidad, incluso sus contradicciones; por su espacio y su precisión, por su habilidad para ser una sola cosa y todas las cosas a la vez; por sus grandes aspiraciones y sus considerables logros, este Calor digital puede, por derecho, transportar a Duäl a grandes alturas. Espero que lo consigan.