Muy poco (casi nada) conocido en nuestra ciudad, neiaD es de hecho todo un enigma. Y no sólo por ese extraño nombre, que se extiende a la titulación de todos y cada uno de sus temas; también porque se trata más que de una banda de un concepto personal desarrollado por un sevillano adoptivo, Alberto G. Núñez, a caballo entre Sevilla y Barcelona, donde residen los dos músicos que le acompañan en esta aventura que en realidad no tiene una adscripción geográfica clara, como tampoco estilística… En este 2019 han editado dos trabajos: drEa, su cuarto álbum de estudio; y Live Studio Session I, un epé grabado en directo en el estudio.
Se trata, pues, de un proyecto con una extensa y notable trayectoria que se remonta a principios de esta década. Alberto GN, que es como figura en los créditos, nos lo cuenta: «Yo nací en Madrid pero llegué a Sevilla hace 22 años para estudiar la carrera de Económicas y me quedé a vivir aquí», explica sobre el origen de todo. No tardó mucho en fundar neiaD, que viene a ser un vocablo inventado «como si estuviera escrito al revés y sonara a algo parecido a deidad». Como curiosidad cabe indicar que en la primera formación, como cuarteto, estaba un islandés llamado Oddur Sigmunds que es amigo de Björk y ha compartido banda con su hijo, Sindri Eldon. Un miembro efímero como muchos otros, lo que refuerza el carácter de proyecto personal que es neiaD.
En la actualidad acompañan a Alberto GN el italiano Felice Sorrentino (teclados) y el catalán Pablo Veliz (batería), a quienes conoció hace unos años durante una estancia en Londres. «Pablo estaba allí buscándose la vida como músico en distintas formaciones, entre ellas algunas conocidas como The Corderoys o The Blood, un combo punk que tuvo cierta fama en los ochenta».
Como Sorrentino y Veliz viven en Barcelona, Alberto se desplaza allí «un par de veces al mes para ensayar, aunque de vez en cuando son ellos los que bajan a Sevilla». Precisamente una de esas ocasiones es hoy, pues el trío tiene una actuación en El Camerino Sevilla, un local ubicado en la calle Heliotropo, organizada por Ente Sonante, un inquieto colectivo afín a las músicas más vanguardistas. Como la de neiaD: con un pie en el jazz-rock clásico y en la electrónica, también se han aventurado en los terrenos de lo experimental hasta llegar a la etiqueta, más ajustada, de avant-garde rock. Un proyecto que tiene intención de asentarse de una vez por todas con la formación actual: «Nos lo estamos tomando muy en serio; si no fuera así, no podríamos funcionar estando donde estamos cada uno», afirma Alberto, que avanza otro par de fechas casi cerradas: «En enero estaremos en Zaragoza y Andorra si todo va bien». Y es que, como él insiste, neiaD es un proyecto ajeno a localizaciones: «Nos da igual ir a Badajoz que a Berlín. Lo importante es la propuesta musical, por encima de todo».