En un artículo anterior hablamos sobre las medidas de ayuda dirigidas al sector cultural que va a ofrecer la Junta de Andalucía. Nuestro fin era, además de darlas a conocer a todos los lectores de esta página web que pudiesen estar interesados en ellas, prevenirles y llamarles la atención sobre la forma en que se concederán, que al ser en régimen de concurrencia no competitiva, tendrá mucha importancia solicitarlas lo antes posible, una vez que salga la convocatoria, y advertirles de la conveniencia de ir preparando la documentación necesaria para ello. Nos habíamos centrado en los gestores de nuestras queridas salas de conciertos, a los que se va a intentar compensar por el impacto económico negativo que ha tenido la cancelación de sus espectáculos y en nuestros queridos amigos, los músicos de la provincia, a los que se va a intentar financiar sus actividades de creación artística. Y como al fin y al cabo, los gestores de las salas sevillanas no son muchos y les suponemos bien preparados y asesorados, hoy vamos a afinar más y centrarnos solamente en los músicos, esperando que en este texto encuentren respuestas a algunos interrogantes de los que se les puedan presentar a la hora de enfrentarse a las solicitudes.
Buscando a la persona adecuada para iluminarnos recordé que hace justo un año participé en el seminario sobre Emprendimiento en la música independiente y autogestión del talento, que organizó la UPO, y nuestro profesor nos habló mucho y bien sobre toda la burocracia que rodea (o que debería rodear) a un grupo musical y la forma de encontrar siempre la salida del laberinto a la que a veces se asemeja. Por lo tanto dejaremos que sea él, Esteban Ruiz, quien tome la palabra, porque además está relacionado con la creación musical en todas sus facetas: músico, gestor de sala de conciertos, de sello discográfico, organizador de giras de grupos, empresario… nadie mejor para dejar aquí sus impresiones.
«De entrada, creo que es una buena noticia que se desplieguen fondos públicos de ayuda a todos los que estamos pasando por dificultades, y me parece normal que se dirijan a los profesionales que, de una manera u otra, nos vemos más afectados por el parón de nuestra actividad desde que nos metimos de lleno en la distopía en la que vivimos ahora. En ese sentido es normal que te pidan que acredites documentalmente con pelos y señales que eres, en efecto, el tipo de profesional afectado por la crisis».
Conociendo la forma en la que suelen trabajar muchos de los músicos locales, puede que para ellos sea un problema demostrar que es uno de esos profesionales. «Ojalá entendamos este nuevo escenario de apoyos, aunque sean apoyos tímidos, como una señal de que el camino es profesionalizarse y hacer las cosas bien, sin atajos y sin pensar que los impuestos y los seguros sociales están para que los paguen otros».
Después de esta filípica, Esteban suaviza su discurso e incluso da algunos buenos consejos a los músicos andaluces: «No sé en qué honduras se irán a meter con las pesquisas, pero por ejemplo, se me ocurre que pueden surgir problemas cuando vean que muchos discos editados por bandas andaluzas tienen depósitos legales de ciudades de fuera de Andalucía; algunos discos de I am Dive –el dúo que Esteban forma junto a José Aurelio Pérez– están editados por Foehn, o por sellos de Japón, Estados Unidos o Corea del Sur… así que, como consejo para los que lean esto y puedan estar preocupados por este tema, recomendaría que se usase como acreditación de la “edición legal” de las obras que vayan a presentar los códigos UPC-A/ EAN 13 -los códigos de barras-, o los Grid Codes de los discos, o bien códigos ISRC de las canciones, si lo que presentan son canciones».
¿Y no será un problema presentar, por ejemplo, códigos de barras cuando el disco esté en formato digital? «La edición digital está equiparada a la física ya a estas alturas de la película y el Depósito Legal es, por decirlo así, el DNI de las fijaciones en formatos físicos de las obras; de hecho, un CD y un vinilo de un mismo disco tienen números de depósito distintos». El resto de la documentación a aportar no debe presentar ningún inconveniente: «El resto de requisitos que se solicitan, al menos en la documentación disponible ahora, es bastante asequible en realidad. Nada que añadir».
Una vez superada con éxito la fase de solicitud y recibida la ayuda, hay que cumplir con las obligaciones que eso implica. «Sí que me sorprende un poco la contrapartida que se pide a cambio de los 3.000 euros; quizás seis meses de plazo para entregar una obra terminada está bien si la tienes avanzada, pero quizás sea muy poco tiempo si no la tienes empezada… quizás simplemente es el momento de comprobar si somos capaces de hacer un disco, o un EP, que son 25 minutos de música lo que se pide, en seis meses…»
Un problema añadido a lo que indica Esteban sobre el poco plazo para editar una obra nueva es que el artista en cuestión tenga ya una recién terminada. «Y me sorprende también que no se tenga en cuenta la actividad sostenida de los artistas que giramos habitualmente, y que la ayuda se centre sólo en la creación de un disco sin pensar en que quizás acabas de editar tu último disco y lo que te ha destrozado el virus es una gira en la que llevabas trabajando un año y que no vas a poder retomar».
Aunque para los que están en esa situación Esteban también tiene palabras: «Hay ayudas, como las que puso a disposición de sus socios la SGAE o AIE, que sí han ponderado eso precisamente, la repercusión en el devenir laboral de los músicos que la pandemia está teniendo de una forma más ajustada a la realidad del sector».
Y ya solo queda el resumen final. «Dicho todo lo anterior, no puedo sino pensar que esto es mejor que nada y que por primera vez las administraciones, aunque sea de una forma más o menos torpe, están mirándonos y pensando que somos parte del tejido que merece la pena salvar. Es una reivindicación que llevo haciendo, personalmente, hace muchos años y en la que casi nunca había encontrado apoyos».
Después de la entrevista, digamos que oficial, en una charla más informal hablamos de algunos interrogantes que las bases de las ayudas no nos despejan y que esperemos que sí lo hagan los artículos de la convocatoria, cuando esta salga, como por ejemplo en qué régimen fiscal van a dar las ayudas; es decir, ¿estos 3.000 euros a tanto alzado se verán sujetos a IVA, a IRPF, serán brutos, serán netos? No tenemos tampoco muy claro a qué se refieren con presentar las obras electroacústicas en un cronograma o plan de interpretación y entendemos que bastará con presentar el disco y un plan de promoción, de interpretaciones en directo, en fin, de movimiento concreto de la obra en cuestión. Y hablando de la obra que hay que crear, para aquellos de los que la pandemia haya alejado las musas y se encuentren sin grandes dosis de creatividad por un motivo u otro, les planteamos la idea de presentar una pieza consistente en un drone de 25 minutos, diciendo que es música ambient y titulándolo, por ejemplo… Dame la pasta.