- Entrevista con Memphis Jiménez y Elena Atencia, componentes de Paraíso Seis, en la que hablamos sobre sus últimas canciones editadas, sus significados y el camino lleno de obstáculos de los músicos locales.
En un tranquilo pero incesante fluir vamos conociendo las canciones de Paraíso Seis. La última de ellas apareció la semana pasada, acompañada de un videoclip divertido, aunque también agridulce, mostrándonos la brillantez rutilante de los sueños de dos mujeres… tiempo libre, un gran sueldo… triunfadora, muy segura… en contraste con la oscura y dura realidad que viven… esos sueños aún no dan señales, más de 30 y vivo con mis padres…
Estoy con Memphis Jiménez y Elena Atencia, las componentes del dúo, en la tranquila terraza del bar Decibelio, dudando entre si ponernos al sol o la sombra de este mediodía dominical que todavía no se decide tampoco sobre si quiere ser primaveral o seguir siendo invernal. Y les pregunto que cuánto tiene esta canción, 30 años y vivo con mis padres, de autobiográfica. «Pues tiene poco, porque ni Elena ni yo vivimos con ellos», me responde Memphis. Elena matiza algo más la cuestión. «De nosotras mismas no, pero sí de muchos amigos y conocidos y por eso la compusimos; porque nuestra generación ha sido golpeada por todas las crisis, la del 2008, que duró hasta el 2014; la del 2017, con el doble de paro y el triple de deuda que diez años antes, la del covid…». Sí que es cierto, que menos la crisis de los missiles de Cuba, nos han pillado todas las demás. Las quejas de Elena continúan. «En mi entorno hay mucha gente que con un brillante curriculum tiene un sueldo de miseria, la verdad. De todas formas, lo de los 30 años y vivo con mis padres es una metáfora sobre que todavía no hemos conseguido lo que teníamos en mente, como vivir de la música; yo soy maestra de música, pero quería vivir de los escenarios».
Queda claro que las actuales Memphis y Elena no dan el perfil que refleja la canción. La primera es restauradora de arte y la segunda profesora de música, casada y con un hijo, además. Les pregunto si hace diez años sí eran estos personajes que salen aquí y si están contentas o no con lo que han llegado a ser desde entonces. Me responde primero Memphis. «Yo vivía con mis padres hasta hace tres años y me veía muy limitada. Me costó mucho arrancar con la restauración y aunque mi mundo es muy complicado me siento privilegiada, porque tengo compañeros que nunca han trabajado y yo llevo tres años encadenando trabajos. Pero es verdad que cuando empiezas y sales al mundo laboral, o empiezas en la música, crees que vas a conseguir las cosas enseguida y no es así, todo tiene un camino; yo llevo ya nueve años en el de la música».
A mi pregunta sobre si cambiarían lo que tienen por ganarse la vida con la música me contestan que sí y Elena sigue hablando. «Yo me saqué las oposiciones de maestra con 21 años nada más, muy joven, y aquello fue como llegar a tener el objetivo cumplido; pero lo que yo siempre he querido es ser músico y dedicarme a la música exclusivamente. No dejaría de ser maestra porque se vive muy bien y me gusta mucho mi trabajo, pero sí tengo la espina clavada de pedirme una excedencia y saber qué es vivir de la música».
Además de ellas dos, con Memphis a la voz y Elena a los teclados, en la canción participan también Gabriel Vicente al bajo, Toni Mangas a la batería y Jesús Chávez a las guitarras, además de ser el productor y quien la ha grabado, mezclado y masterizado en los estudios El Pelícano. La dirección, el guion y el montaje del video han estado a cargo de Gabriel y los actores que salen son un nutrido grupo de familiares de las dos artistas.
Con la misma lista de créditos de esta canción, lanzaron también cuatro meses antes otra, Tomando el control, potenciada por un video producido esta vez por 4Minlove y ellas mismas, y grabado y montado por Nano Montero. En ella hablan de tomar el control y salirse del camino señalado de antemano, encarnado por unos entes negros que te atan. Ellas abogan por no dejarse callar por los gritos del atropello, por ser luz e ir hacia la luz, lejos de esa negrura; la oscuridad es para almas que vagan, hay que tener claro cuál es el camino y saber hasta dónde se quiere llegar.
Les pregunto si esta canción anterior a la de los 30 años y vivo con mis padres era una especie de primera parte de ella, porque aquí hablan de la esperanza de llegar a ser algo. «No las une un hilo conductor, pero tienen ciertas similitudes en el mensaje», me dice Memphis. «La canción surgió porque la mayoría de los músicos que conozco, o yo misma incluso, no tenemos el apoyo de las personas de nuestro alrededor para seguir haciendo música, sobre todo en su forma underground. En mi familia no hay nadie que haya sido músico, yo he sido la primera en seguir esta rama; de hecho, mi padre nunca lo ha entendido y yo empecé a tomar clases de canto cuando tenía 18 años con mis primeros sueldos; anteriormente no tuve nada, fui totalmente autodidacta, y todo lo que he conseguido de la música ha sido porque lo he sostenido económicamente yo misma y he querido seguir con esto. No he tenido apoyo familiar, al contrario; me han preguntado muchas veces que cuándo voy a dejar Pinball Wizard. No ven esto como una salida laboral, no ven lo que me aporta. Y como mi caso conozco muchos más, por eso esta canción era una forma de afianzarnos y decir que tomes el control de tu vida y hagas lo que quieras. Se puede tomar en el ámbito musical o en cualquier otro, como reflejamos en el videoclip, en el que sale un chico que es ortodoncista y realmente quiere ser pintor. Creo que en casi todas las artes sufrimos esa falta de valoración».
En su respuesta, Memphis se ha referido a Pinball Wizard, la banda de hard rock de la que es cantante desde hace tiempo y por lo que todos la conocíamos. A Elena la conocemos también desde hace incluso más años a través de otra banda de género muy diferente, Ars Nova, de la que también nos habla, porque su camino con ella tampoco ha sido fácil. «En Ars Nova llevamos dieciséis años, con muchos cambios y muchas puertas cerradas y es todo muy difícil. Le hemos dedicado muchísimo trabajo, incluso invirtiendo dinero, pero la música no nos devuelve ni siquiera para recuperar lo invertido. Es imposible dedicarse a la música, a menos que sea a un entorno cercano, como productor, profesor…». Elena pone cara de frustración y casi prefiere no seguir con este tema, pero Memphis se enciende. «Es que a mí ha llegado gente a decirme: tía, qué cara la entrada a diez euros. Pero yo llevo nueve años trabajando en Pinball Wizard, pagándome local de ensayo, transporte, clases, discos, promoción, todo; con muchas horas dedicadas, para dar buenos conciertos. Y diez euros parece caro, ¿¡de verdad!? No se valora lo que hacemos».
Si se les ha hecho el camino musical tan cuesta arriba como me dicen, les pregunto por qué se meten en otro berenjenal como Paraiso Seis, qué les aporta. «Pues precisamente porque queríamos hacer algo distinto a lo que estábamos haciendo», dice Elena. «Queríamos llegar a un público más amplio, que no fuese solo el del rock, que es un espacio cerrado y pequeño. Nosotras tenemos mucho más que decir, más allá del rock, y por eso teníamos claro de nos debíamos unir». De la génesis de esa unión es Memphis quien me habla. «Al principio íbamos a ser un grupo de cuatro chicas. La idea se me ocurrió a mí a raíz de grabar Apágalo, una canción que hice en solitario, y me dije que me apetecía hacer algo en español, tirar por otra rama, descubrir otras facetas -expresarte de otra manera también, añade Elena- y montamos el grupo; pero no salió bien y nos quedamos solas Elena y yo y decidimos tirarlo más a otro rollo, investigar otros sonidos…»
«Y que todas las letras significasen algo; nos mojamos mucho con las letras también», apostilla Elena. «Todas surgieron sin ideas preconcebidas, sobre la marcha. Ella y yo nos juntábamos y decidíamos sobre qué teníamos que hablar y componíamos el tema, con música y letra yendo de la mano. Eso, por ejemplo, no lo he vivido en Ars Nova, donde todo es mucho más instrumental o las letras las compone el cantante. Esto de decir: tenemos que transmitir un mensaje, es nuevo para mí. Y la música tiene que ir acorde con el mensaje».
Nos hemos citado los tres a esta hora porque ellas tenían previsto un ensayo en las primeras horas de este domingo. Memphis me dice que era ineludible. «Es porque el 14 de mayo tenemos un concierto en Espartinas, en el Festival de la Cerveza que organiza Sevilla Es Pop. Nos contactó Andy Jarman para abrir el sábado, tocando a las dos de la tarde».
Esto me da pie para preguntarles cómo van a ser sus directos. Elena me lo aclara. «Tenemos dos formatos, el de dúo y el de banda, pero este segundo solo para los festivales mediáticos y las grandes ocasiones, o para cuando el presupuesto lo permita, sobre todo. Pero hasta que podamos hacerlo así iremos las dos solas, porque tenemos medio repertorio a piano y voz simplemente y otro medio con las bases que hemos sacado de las canciones, de las que nuestro productor, Jesús, ha quitado el piano y la voz, que los ponemos nosotras en directo». Así fue como dieron el único concierto que llevan hasta ahora. Memphis me habla de él. «Fue en la Torre Pelli. Nos contactó Esteban Ruiz, de la producción de la Sala X. Él estaba también gestionando la producción de este evento, que era por el Día de Andalucía, y querían traer a artistas locales, así que contactó con nosotras y allí nos estrenamos. Pero queremos hacer otro estreno mejor, que te adelantamos en primicia y que será en octubre, porque Yorch va a presentar su disco y nos ha invitado a abrir la noche».
A mi pregunta sobre si los músicos de la banda van a ser los mismos que en las canciones grabadas me responden que no. Elena lo matiza. «El batería no creo; Gabriel sí irá seguramente, pero no tenemos idea todavía. De todas formas, como van a tocar lo que ya está pautado lo que necesitamos son buenos intérpretes, de los que ya tenemos algunos pensados, pero nadie fijo todavía».
Me intereso también por cuál será su repertorio para los conciertos, habida cuenta de las pocas canciones que conocemos de ellas. «Pues interpretaremos todos los temas que tenemos, también la versión de Alice Wonder que hemos hecho como nuestra…», enumera Memphis. Y continúa Elena. «Y el resto muy variado, el reflejo de lo que somos, porque tenemos hasta a Janis Joplin, que fue la causa de que nosotras nos conociésemos. El resto son boleros, baladas, música más cañera; un poco de todo». Le digo a Memphis que yo recuerdo haberle escuchado cantar algo de Janis con Pinball Wizard. «Sí, claro. No sé si recuerdas que hace unos años se organizó un Rockin’ Ladies y Elena y yo coincidimos tocando Move over, la canción de Janis. Ahí empezó nuestra historia y ahora la recuperamos para el directo. Es un recuerdo muy bonito, y aunque se sale de lo que es Paraíso Seis, nos lo pasamos muy bien tocándola».
Me interesa conocer cuál será el próximo paso de Paraíso Seis. «Ahora en julio vamos a sacar otra canción y en septiembre una balada muy potente con la que ya cerramos el disco, por así decirlo», me cuenta Memphis, a la que pregunto también si ese disco va a tener un formato físico. «No lo sé. Tenemos que ver cómo va funcionando la cosa, porque hoy en día no sabemos si hacer una inversión, si la gente compra discos… nosotras sabemos de la escena del rock todo lo que quieras porque llevamos ya muchos años en ella, pero este otro mundo en el que nos estamos metiendo, el del pop indie, es más desconocido y no sabemos hasta qué punto se mueve aquí el tema de los discos, porque yo creo que funciona más en redes sociales y plataformas digitales».
Y también me habla sobre cómo se mueven ellas en ese mundo digital. «Tenemos contratada una community manager, Inma, que está muy volcada también con nuestro proyecto y nos ayuda mucho; ella lo mueve todo. A partir de septiembre tenemos también previsto encontrar alguna empresa de management o booking, porque ahora mismo, después de la pandemia, parece que todo el mundo se ha puesto a crear y está todo muy saturado. Con discográficas no hemos hablado; de momento todo está auto producido, Elena y yo lo pagamos todo…» y aquí surge el grito de esta. «Una ruina, tío; no te puedes imaginar hasta qué punto».
Me hablaba Memphis sobre las dos canciones que les quedan todavía por sacar a la luz y quiero que profundice más en ellas, a la vez que les pregunto si hay algún tema sobre el que no se atrevan a escribir, algo controvertido, o que les duela. Elena es la primera en contestar. «Sí que hay varios temas que son dolorosos y estamos desnudándonos mucho en las letras; Ajedrez, por ejemplo, que es la balada que saldrá en septiembre, es un momento duro de mi vida y está ahí reflejado. Estamos exponiéndonos mucho, pero el arte en sí deber ser eso: si pasa algo, cuéntalo». Memphis sigue en esa línea. «Esa interpretación es muy real. Más puro que eso no hay nada. La canción que sacaremos en julio se llama Ioa ioae y la armonía la compuso el hijo de Elena, que empezó a cantar una melodía de la que ella sacó la idea para la música. Y después salió la letra de una pelea que tuvimos nosotras». «Nos peleamos y la hijaputa esta sacó de ahí una letra; me cagué en tó sus muertos, pero en realidad me encantó», tercia Elena y yo bromeo sobre el hecho de que si ilustran la canción con un videoclip con ellas peleándose en el barro lo petan fijo. «Me gana ella, seguro», dice Elena, con Memphis contestándole. «¡Qué dices! si tú tienes mu mala leche…» y entre las risas generalizadas comprendemos que la entrevista ya no da para más y le decimos a Nuria que nos ponga otra ronda y un plato de lagartito…