- Final de la 6ª edición del Concurso Rock Bellavista en la Sala X con la participación de Enana White, Scoff, Silveranto y Lucky Night
Voy a echar de menos no poder estar este próximo domingo presenciando la final del Concurso Rock Bellavista, a la que no falté en las últimas ediciones anteriores e incluso tuve el honor de formar parte del jurado en ellas. Esta vez, como ha ocurrido en mi propio caso, el jurado de la final ha sido bastante diezmado por el covid y en la Sala X solamente quedarán tres miembros -a no ser que la organización nombre a alguno más de aquí a entonces- para juzgar a las bandas participantes, que son Lucky Night, Enana White, Scoff y Silveranto.
Esta sexta edición se ha ido desarrollando durante muchos meses marcada siempre por la adversidad. Originalmente, esta final tendría que haber tenido lugar el pasado 25 de septiembre en el Centro Cívico de Bellavista, pero un aluvión de problemas burocráticos, unidos a la imposibilidad de hacer frente a los gastos que implicaba acogerse a las normas legales exigidas por las diferentes corporaciones municipales que proporcionaban el recinto, los medios técnicos e incluso alguna pequeña subvención, lo hicieron imposible y la final, tal como estaba prevista, se tuvo que aplazar.
Hasta poder celebrarse el próximo domingo en la Sala X ha corrido peligro de suspensión definitiva y es posible también que este concurso sea la última vez que lo veamos tal como está concebido. Hay que tener en cuenta que sigue en pie gracias al esfuerzo y la ilusión de la asociación CYMBEL –Cultura y Música Bellavista-, que tras graves desencuentros con una asociación de vecinos del barrio, demasiado controladora y egotista, con la que coorganizaba las ediciones anteriores, ahora se encuentra sola enfrentada a este proyecto. Y aunque CYMBEL la forme gente que antepone su pasión por la música a trabajos precarios, paro, estudios, que apenas le permiten abonar los 20 euros anuales de la exigua cuota, aseguran que el proyecto seguirá adelante y la séptima edición del concurso tendrá lugar por encima de todo, aunque en vez de hacerlo en Bellavista haya que trasladarla a Dos Hermanas, Camas o algún otro municipio incluso de fuera de la provincia.

Desde que algunos miembros de las bandas Control C, Reptilia y alguna otra con la que compartían local de ensayo se unieron para dar forma al germen de este concurso, que en su primera edición contó solamente con ocho grupos, prácticamente formados todos por miembros de la asociación, este se ha convertido en un referente para muchísimos músicos, haciéndolo crecer de tal forma que en la edición de este año se inscribieron 205 bandas hasta el día 18 de mayo, en que se cerró el plazo. De ellas hubo que descalificar a dos, porque eran de Ecuador y Argentina y seguramente habrían sufrido una confusión parecida a la de la banda mejicana que se inscribió el año pasado pensando que lo hacían en un concurso que tendría lugar en otra ciudad de su país también llamada Bellavista. Quedaban, de todas formas, más de doscientos grupos, de los que un 25 por ciento eran sevillanos, otro 25 por ciento de las demás provincias de Andalucía y el 50 por ciento restante eran bandas de todo el resto del país.
La primera criba fue llevada a cabo por los propios miembros de la asociación organizadora, a los que se unieron algunos músicos de la ciudad, conocidos de ellos, que no participaban en el concurso -ahí estuvo, por ejemplo, Guillermo Gallego, cantante de los recordados Restos– entresacando solo a treinta y una bandas, que pasaron a otra ronda semifinal. No os voy a decir todos los nombres, pero os aseguro que las había muy buenas y que algunas de ellas están anunciadas en próximos conciertos de las salas locales. Para extraer de ahí a las cuatro bandas finalistas se contó con otro jurado diferente, formado, entre otras personas de gran garantía, por Pepe Benavides, Alfonso Espadero, Javier Gutiérrez, que es director artístico del CICUS, o Luis Álvarez, que forma parte de la organización del Monkey Week. Ellos eligieron a los cuatro finalistas que se disputarían el premio de 500 euros en material de sonido.
Las bandas elegidas fueron, sin que este sea el orden concreto, Enana White, Scoff, Silveranto y Lost Satellite. Esta última, por incompatibilidad de fechas de conciertos propios con la de la final anunciada, tuvo que ser sustituida por la que quedó inmediatamente después en la clasificación, que fue La Caló del Membrillo, que tras anunciarse en los carteles se vio obligada también a declinar la invitación de participar, por lo que la final quedó ya conformada definitivamente con Lucky Night, que cerrará el póker que podréis ver en la Sala X.
Cada una de las bandas contará con unos 30 minutos aproximadamente de tiempo de actuación, habiendo entre ellas un espacio de 15 minutos para el montaje de la siguiente, por lo que se espera que esta final, que dará comienzo a las cinco y media de la tarde, esté finalizada rondando las nueve de la noche y podáis redondear la velada con una buena cena.
Sin conocer todavía cuál será el orden de actuación en la final, iré presentando a las bandas participantes dando comienzo por Enana White, que debe su nombre a las enanas blancas, que son en lo que la mayoría de las estrellas más pequeñas que conocemos se convierten al final de su larga evolución. El grupo fue creado por Ceci Márquez, su cantante, que se rodeó de José Paris y Carlos Cagiao -este de incorporación más reciente- a las guitarras, Israel Martos al bajo y Sito Páez a la batería para crear un pop-rock brillante y melódico en el que refulge especialmente la voz cristalina de la joven vocalista. Hasta ahora solo tienen grabados dos singles, Tres caras y De cristales, ambos del 2021, aunque también puedes encontrar a su nombre un EP del 2018, Rascacielos, que realmente grabaron cuando se llamaban Utópica y en él solamente formaban Ceci y Sito.
Scoff es un quinteto de Utrera que apuesta por el rock anglosajón como inspiración, traducido en melodías pegadizas, sonido contemporáneo y unos directos incendiarios. Como la banda anterior, también tienen una frontwoman, en este caso Sandra Páez, a la que respaldan Alejandro José y Pepe Pacheco a las guitarras, Len Ávila al bajo y Diego Pacheco a la batería. Desde que se formaron en el 2018 han grabado dos EPs y cuatro singles más con canciones inéditas en ellos, la última de las cuales es My girlfriend, que lanzaron durante el pasado verano.
El estilo de Silveranto se aparta por completo del de las dos bandas anteriores. Lo que hace este cuarteto es un hard rock que nos reconcilia con el NWOBHM de Iron Maiden y el power metal de Helloween. La banda lleva en activo desde el 2016, a pesar de lo cual solamente han editado tres singles desde entonces: On the road, No money y How long, que junto a algunas otras de las que tienen preparadas para incluir en su primer EP, les sirven para dar unos conciertos arrolladores, como el que ofrecieron el pasado mes de abril en esta misma sala, delante de Obús, para quienes abrieron brillantemente la noche. F J Kubero es amenazador y feroz cantando, y los riffs desatados de la guitarra de Josemi Cassani lo iluminan todo; la banda la completan Enrike Rodríguez al bajo y Josemi Jiménez a la batería.
El grupo más antiguo de los cuatro es Lucky Night, que se formó en el 2015 y ya ganaron la primera edición de este Concurso Rock Bellavista cuando todavía eran un cuarteto, antes de remodelarse como el trío que son en la actualidad para hacer una música de gran equilibrio entre el rock clásico y el alternativo. Tras un primerizo EP de hace mucho tiempo, la banda ha lanzado dos tandas de dos canciones cada una; las dos últimas, Wake up, en la que convierten en arte la rabia y el horror, y Fire, una convincente canción de rock, tan potente como melódica y tan cercana a los Replacements como a Big Star. El cantante es Frank L. Medina, que también toca la guitarra; Rafa Ceballos se ocupa del bajo y Javi Galliza es el batería.
Ya solo queda que cada una de las bandas dé lo mejor de sí sobre el escenario de la Sala X y que los miembros del jurado lleguen a un acuerdo justo y cabal sobre cual de ellas merece el honor de salir triunfante de este envite. Que la Providencia reparta suerte.
