«El flujo, también conocido como la zona, es el estado mental operativo en el cual una persona está completamente inmersa en la actividad que ejecuta. Se caracteriza por un sentimiento de enfocar la energía, de total implicación con la tarea y de éxito en la realización de la actividad». De estas líneas que leyó en la Wikipedia alguno de los componentes de una banda que iba a comenzar su andadura nació el nombre con el que la conocemos desde entonces: Flujo.
Me pongo en contacto con Carlos Báez, que además de ser el batería de la banda es también quien mueve sus relaciones con los medios y le pido que me cuente la historia que hay detrás del nombre. «Hace unos dos años estábamos conformando la banda con idas y venidas de diferentes miembros. En esos tiempos, nos dimos cuenta de que constantemente el concepto de flujo surgía en conversaciones, lecturas, cine y en todos los entornos en los que nos movíamos. De repente sentíamos que era una palabra que estaba convirtiéndose en moda, muy trendy y que se relacionaba con lo que sentíamos. Nos gustó ese concepto de que todo el esfuerzo que hacíamos, tanto sacrificio, tantos momentos en los que desde cero comienzas a crear algo que tiene que ser conceptual, tenía que fluir. Y de ahí el flujo. Todos pertenecemos a un flujo de relaciones: musicales, sociales… entonces vimos realmente que ese flujo era el tren al que queríamos subir y era donde sentíamos que iba a comenzar a caminar esta experiencia».
Se supone que este estado de flujo se consigue dejando que sea el subconsciente el que se ocupe de nuestras actividades mecánicas para que así no interfieran con la mente y esta pueda dedicarse por completo a la creatividad. Y también que las actividades que produce este estado se realizan por el placer que proporcionan, sin pensar en el beneficio externo que se saca de ellas. Y en esto último tengo ya mis dudas, así que pregunto a Carlos si es verdad que ellos se conforman con alimentar sus egos a través de esta faceta musical o pretenden también alimentar sus bolsillos: «Evidentemente, tal como tú bien dices, las actividades musicales las realizamos primero que nada por el placer que nos proporcionan sin el beneficio externo que producen. Todos soñamos con subir a un escenario y que todo el mundo cante tus letras. Pero en nuestro caso, con unos miembros en los cuarenta y otros en los treinta, todos tenemos ya nuestra profesión y nuestro oficio. Y realmente, creo que la gran mayoría no nos hemos planteado vivir de esto puesto que sabemos lo difícil que es; sabemos la precariedad de esta profesión unido a la pandemia y solamente dejamos un pequeño hueco a ese sueño. Simplemente nos encanta hacer canciones y defenderlas en directo. Y si de ello nacen nuevos seguidores, pues compartes y eso te hace feliz».
El resultado de las experiencias de flujo por las que ha ido pasando esta banda con miembros de dos generaciones tan distintas como la X y los milenials, podemos apreciarlo en Niño del futuro, el EP que editaron a finales del pasado mes de marzo, después de una accidentada historia, que también me cuenta Carlos. «Después de casi un año de creación, ensayos, diseño de la banda, grabamos dos canciones, Mi California y Déjame entrar, en marzo del año pasado en Estudios La Mina, con Nacho García. Los mezcló Raúl Pérez, uno de los componentes de Pony Bravo y los masters se hicieron en Alemania, de manos de Cem Oral, un músico e ingeniero de allí, miembro de proyectos de techno como Air Liquide, Ultrahigh o UMO. La experiencia fue bastante buena aunque se vio interrumpida por el estado de alarma y el primer confinamiento total en nuestro país. Nos encontramos con que después de grabar dos días seguidos nos veíamos obligados a posponer las grabaciones para cuando finalizara el confinamiento. Después de la inversión económica, el esfuerzo personal y la ilusión fue muy desconcertante no saber cuándo volveríamos, no ya solo a grabar, sino a los escenarios. Fueron días intensos y muy nuevos para algunos de nosotros, pero teniendo profesionales de nuestro lado fue un camino muy fácil y divertido. Nuestra idea de grabar con la experiencia del reconocido Raúl fue la de imprimir su sello a nuestras canciones, y el resultado fue de dos temas muy compactos, con sonidos muy puristas, aunque vimos con el tiempo que era necesario darles un poco más de producción y magia. Seguimos después de ello con la composición, los ensayos y el diseño de nuestro propio sonido y estilo. La pandemia nos dio mucho tiempo para poder reflexionar y ver en qué dirección queríamos ir. Como todos en el gremio, sabíamos que esta situación no nos iba a dejar expresarnos en directo por lo que nos volcamos en la composición postergando el tema audiovisual de la promoción».
Carlos me ha hablado de dos canciones grabadas en marzo del 2020, pero en el EP hay cinco. Me intereso por la génesis de las demás. «En octubre contactamos con Paco Loco, el rey del indie, el gurú del pop español y nos decidimos a grabar con él en diciembre. El EP contiene los dos temas anteriores, otros dos nuevos y una remezcla de Paco Loco de unos de los temas grabados en La Mina. Grabar con alguien tan conocido como Paco nos ha dado alas y mucha energía. Su estudio es un museo vivo de historias, instrumentos, de lo vintage, de miles de cacharros y maravillas. De hecho nos hicimos con su primer libro, Loco, donde cuenta su trayectoria, sus vivencias y puedes encontrar una lista detallada de sus micros preferidos, una auténtica reliquia. Hemos aprendido una barbaridad con lo que hemos vivido con él durante unos cuatro días y ha dejado en nosotros claro el sello que queremos dejar en nuestras canciones. Paco es un enamorado de lo antiguo pero está sobradamente preparado para cualquier estilo y novedad. Su forma de grabar los sonidos acústicos tan auténtica y propia usando sus micros clásicos fue una inspiración para nosotros. La grabación fue muy dinámica: baterías, guitarras, bajo, piano y voces; nos gustó tanto la idea que además mezcló de nuevo Déjame entrar. Sin duda nos encantaría volver con él, porque cuando finalizamos de grabar la sensación fue muy bonita, nos miramos todos y pensamos que era la primera vez que un productor ponía magia en nuestra grabación, sonaba producido, antiguo y moderno, y nos encantó».
Me interesa también saber por qué se repitió esa canción, concretamente. «No estábamos completamente cómodos con la versión que hicimos en La Mina, quizá porque habíamos hecho una versión demasiado íntima y cruda y queríamos algo más auténtico y atmosférico. Así que aprovechamos que estábamos con Paco Loco para que él diera su toque mágico y conseguimos realizar una versión del mismo track llena de atmósferas y sonidos espaciales». Y una vez todo grabado y mezclado en los estudios de El Puerto de Santa María ya solo quedaba hacer los masters en esa misma ciudad, en los estudios Kadifornia, de manos esta vez de Mario G. Alberni, del que ya hemos hablado por aquí y mencionado que fue ganador de un Latin Grammy y numerosas veces nominado a los premios más importantes de la música. Así quedó listo Niño del futuro, y disponible desde hace unas semanas en todas las plataformas de escucha.
Flujo se creó en Los Palacios el año pasado y además de por Carlos, que marca y guía el ritmo con su batería, está compuesto por Álvaro Caballero, como cantante que pone voz a los pensamientos del grupo; Juan Manuel Flores, como bajista y encargado de marcar los pasos y recordarles a los demás quiénes son; José Manuel Centeno, descubriendo el sonido de la banda a través de su piano y Antonio Troncoso, perfilando los matices e imprimiéndoles el sello de su guitarra.
Antonio y Carlos se conocían desde mucho tiempo antes, porque comparten experiencias musicales desde hace más de veinte años y ambos formaban parte de la banda Porcelina. Ellos aportan a Flujo su experiencia, el esfuerzo y la pasión, y los otros tres, más jóvenes, las ganas, la fuerza y el corazón. Del equilibrio de todas esas acciones y capacidades nace una música heterogénea, que se apoya en influencias como las de Radiohead, U2 y Kings of Leon para manifestarse sin ataduras ni prejuicios. Aunque puedo suponer que entre gente tan dispar también serán diferentes los referentes de cada uno. «Creo que es correcto decir que venimos cada uno de nosotros de mundos muy diferentes, desde un pianista clásico de conservatorio al indie pop español, pasando por el rock de los 90, Jojo Mayer & Nerve… Nos gusta estar abiertos a muchas influencias, pero sí es justo decir que los cinco coincidimos en bandas como Foals, Radiohead y Kings of Leon. Realmente creo que con pocas menciones de nombres podemos hacer una breve síntesis de lo que hacemos. Creemos que estamos en la barrera entre el rock y el pop, por lo que quizá un concepto adecuado podría ser el indie-rock. Las etiquetas no nos gustan, pero nos encanta cualquier propuesta como las que vienen empujando en los últimos años, no solo como artistas, sino como sentimiento de equipo. Es muy bonito sentir que hay bandas que hacen lo mismo que tú; cómo hay grupos que desde sus vidas personales están haciendo un gran sacrificio musical durante horas de trabajo como Kindata, Viva Suecia, Full, Manola, Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, Pirámide, Santo Drama, Kímico, Baliza…»
La canción que da título al disco, Niño del futuro, ha sido también la elegida para el videoclip con el que apoyan el lanzamiento. Lo grabaron entre David Sánchez y Manu “Wolf Coleman”, de la compañía sevillana DMA Audiovisuales, y se editó en ElasticMusic Studios, escogiendo imágenes de las tomas realizadas durante el primer día de grabación del audio de la canción con Paco Loco, que incluso aparece en el video. Carlos también me habla de todo ello. «Nos encontramos con muchos inconvenientes a la hora de realizar un videoclip en medio de una pandemia. Recurrimos, pues, a dos amigos y lo que decidimos fue realizar un reportaje del primer día de grabación de Niño del futuro, el primer track con el que trabajamos en El Puerto. Hicimos algo muy directo de la grabación, nos gustó y decidimos que fuese la premiere del disco. Ahora estamos planificando un calendario con los próximos videoclips, ya que queremos sacar un vídeo con cada uno de los singles. Sabemos que el vídeo se hace mucho más atractivo al público de hoy en día».
El próximo videoclip que Flujo quiere grabar será muy probablemente el de la canción Néctar del bueno. Mientras eso ocurre, el futuro pasa por seguir componiendo y perfeccionando canciones nuevas, planificar una nueva visita al estudio para grabar dos o tres de ellas que amplíen el EP y sobre todo por tocar en directo, algo que harán en su pueblo el 28 de mayo, en un concierto que forma parte de la amplia y variada programación Primavera Cultural que ha diseñado la Delegación de Cultura del ayuntamiento. Le pregunto a Carlos qué más canciones tienen preparadas para él, aparte de las cuatro diferentes que componen su EP. «Tenemos muchísima ilusión, además estamos poniendo mucho trabajo en ello; son ya muchísimos ensayos porque llevamos unos diez temas propios de los que solamente podemos desvelar títulos y temáticas. Aparte de las cuatro canciones del EP tenemos La chica de la primavera, Última noche en la tierra, Gotas del Cerezo, y otras más. Seguramente para finiquitar repertorio nos encantaría poder fabricar dos covers, pero queremos que sean una sorpresa para nuestros seguidores. Para ellos va a suponer el estreno absoluto de la banda, que se ha ido forjando en una pandemia, por lo que el 28 de mayo será un día con las emociones a flor de piel».
Me da la impresión de que en Los Palacios se apoya la música con bastante interés; no ya por este ciclo de conciertos, también tendremos mañana en esta web a Pirámide, que presentan su nuevo video, para cuya grabación el ayuntamiento les cedió el teatro municipal. «Nos sentimos tremendamente orgullosos de nuestro pueblo y su cultura. Nuestro ayuntamiento da oportunidad, espacio y medios para todos aquellos que queremos abrirnos un hueco en este trabajo. Debemos mencionar al concejal de cultura y amigo nuestro, Manuel Carvajal, porque gran parte del mérito es suyo, dando una gran ayuda a grupos emergentes igual que nosotros, The Red Apple Band, Extrarradio y muchos otros que se están consagrando, como nuestros amigos Pirámide. En Los Palacios, la cultura goza de un magnífico estado de salud: desde el flamenco, con artistas muy consagrados como Anabel de Vico y Carmen Escudero, pasando por nuestra archiconocida escolanía, nuestros míticos Chanclas, la música electrónica y singular mezclada con la tradición, colectivos culturales potentes, de la talla de El Vivero Cultural, artistas plásticos como Inma Fierro y Zandra, actores, escritores y seguramente un largo sin fin de artistas que se me hace imposible mencionar. Es un momento muy especial en nuestra cultura del pueblo y no hay que olvidar que se hace posible gracias a los palaciegos y palaciegas que la apoyan y disfrutan del arte de Los Palacios y Villafranca».
Tras meses de comunicación con el concejal para cerrar una fecha, por fin va a tener lugar el concierto de su presentación. Obviamente, no es el primer concierto para ellos, puesto que todos vienen de otras formaciones consagradas en mayor o menor medida, como ya os decía antes que era el caso de Carlos y Antonio, que ya tuvieron su trayectoria con la banda Porcelina durante diez años, pero sí es el concierto soñado por todos. Por eso Carlos se entusiasma pronunciando las palabras que cierran este artículo sobre Flujo: «¡Ahora ya sí es nuestro momento!».
