En una de las afiladas columnas de Carmen Camacho podíamos leer ayer mismo que es un peligro enorme el logro de los gerifaltes, que les da poder en vez de arrebatárselo, con la reducción al absurdo que hacen de todo lo que nos interesa social y políticamente, y que por ese camino lo tendremos todo perdido. Ellos se lo llevan todo a su terreno y el miedo que provoca en la gente normal el actual estado de alarma es terreno abonado para sus fechorías. Y a nadie se le escapa que la pandemia está afectando de forma increíblemente dura al sector cultural, por eso hoy recibimos con gran alegría a otro Gerifalte, este de nombre Leo Parish, que alza la voz para denunciar la soledad del artista; una soledad con la que se identifica, tanto desde el punto de vista de la creación, como por el total desamparo que siente todo artista en los tiempos que corren. Y el resultado de su proceso creativo, al que ha bautizado con esa sensación que tantas veces nos deshace y devora, como Soledad del creador, lo ha publicado precisamente hoy, en esta fecha concreta del 15 de abril, porque es cuando se celebra el Día Mundial del Arte.
Soledad del creador es una pieza de música urbana nacida de una irrefrenable necesidad de expresar y compartir la realidad cotidiana que afecta a una generación de jóvenes que como él lo tienen todo, y nada, a su alcance. Sobre una base instrumental ya construida, la letra y voz del propio Leo entretejen ritmos que nos acercan a un trap cargado de mensaje y de melancolía ante un futuro incierto.
El video de Soledad del creador está realizado por Alejandro Romero, un amigo de otro amigo de Leo, integrado en su proyecto de Gerifalte Music, que se le ofreció a través de su cuenta de Instagram para poder dar un paso más en su forma de sacar adelante la faceta audiovisual de su trabajo. El desarrollo del video me lo describe el propio Leo. «Alejandro ha estudiado un grado superior de iluminación de cine y tratamiento de la imagen, y ahora estudia dirección de fotografía. Estuvimos juntos un día entero realizando este video, que en un principio queríamos desarrollar desde el punto de vista de varios creadores: un bailarín, un pintor, un clown, fusionando varias artes para que no fuese mi visión la única referencia artística. Pero como todos tenemos nuestros propios problemas vitales no pudimos contar con ellos y tuve que adaptar la idea para meterme yo mismo en todos los roles y ser el protagonista de todas las artes representando al artista frustrado, al que no le sale el trabajo que quiere hacer. Me ayudaron mi formación de arte dramático y mis estudios de música y danza; no es que esté muy formado en todos los ámbitos, pero tengo algunas dotes que me permiten usar la información académica que he obtenido para plasmarla en mis canciones y en mi vida. Y Alejandro me ayudó mucho; él ha sido la primera persona, aparte de mi familia, que me ha ayudado a crear una obra artística».
En el video viene la música acreditada a Pink, alguien del que hasta ahora nunca escuché hablar, por lo que le pido a Leo que me ponga en antecedentes. «Pink es un productor de origen estadounidense del que yo tampoco sé demasiado. Pero tiene un canal de YouTube en el que publica beats creados por él y tiene bases instrumentales de uso libre. También las tiene para uso comercial pero como me ocurre con los demás productores, yo no puedo remunerar sus servicios; soy estudiante y no tengo más entrada de dinero que el que consigo trabajando en verano en animación turística y lo empleo en seguir mejorando mi formación. De ese canal de Pink puedo descargar instrumentales y utilizarlos en mis canciones. Ahora casi todos mis trabajos salen con el apoyo instrumental de ese canal».
Y esa es la razón principal de que solo podamos escuchar Soledad del creador a través de YouTube. «Claro; no puedo sacarlo en Spotify, por ejemplo, porque eso ya no implica solamente la visualización y degustación del tema, sino que ya entramos en asuntos monetarios y de cotización de la obra, de la que tendría que participar económicamente el productor de la música. Primero quiero ver cómo funciona en YouTube y si va bien pues entonces obtendré la licencia correspondiente y lo subiré a las plataformas de escucha, pero hasta que no esté convencido prefiero que solo sea una salida a mis sentimientos y emociones artísticas. Luego ya sacaríamos una portada para que funcionase como single en ese tipo de plataformas».
Tenemos que retroceder en el tiempo para conocer mejor a Leo y la forma en que se estableció como Gerifalte Music… así que le doy carrete… «Mi idea primigenia fue la de sacar un canal de YouTube que fuese un portal no solo para sacar mi música sino también la de mi familia y la de la gente de mi alrededor. A día de hoy sigo con la idea de que mi carrera musical se base en las colaboraciones, nutrirme de otros artistas y que ellos se nutran de mí, establecer una simbiosis; pero con el problema del covid estamos todos muy limitados y se hace lo que se puede. Tengo proyectos de trabajo con otros artistas y productores…»
Pero eso es el futuro; así que le pido a Leo que vuelva de nuevo atrás y retomemos la narración en… ¿de cuándo estamos hablando…? «Yo vengo haciendo música desde el año 2013. Por entonces la música solo era una vía de escape de mis sentimientos, mis emociones, y sobre todo de la vida cotidiana. Mis relaciones familiares y de amigos sembraron en mí el sentimiento musical desde pequeño y a través de ellos conocí a grupos como Los Delinqüentes, Triana, que a todos nos gustaban mucho y tenían ese aire gamberro y callejero que nos movía por entonces. Yo además estaba en un grupo de scouts y un día entre juegos comenzamos a crear canciones; tocaba algunos acordes y arpegios a la guitarra, de la que no soy ningún virtuoso y he aprendido algunas cosas de forma autodidacta, y aunque para mis amigos aquello era algo gracioso, para pasar momentos divertidos, para mí fue la chispa de algo más grande y se convirtió en un medio de expresar todo lo que sentía: mis angustias, inseguridades, alegrías… y empecé a componer canciones relacionadas con mi vida; de hecho mi familia descubrió que yo hacía canciones por una que le dediqué a mi abuelo cuando falleció. Comenzó a ser algo vital para mí pararme de vez en cuando y coger la guitarra y cantar, poder fluir…»
Esta amargura que me ahoga fluye en esperanza de Ella, escribió Machado. Para Leo esa Ella era la música. «Yo hubiese querido aportar más con la música, pero cuando mis amigos dejaron de interesarse por ella se quedó de lado. Y fue en 2015 cuando comencé a notar que alrededor de la cultura del hip hop y la música urbana se creaba un gran boom y los jóvenes artistas emergían de forma gigantesca. Para mí fue un antes y un después el encontrarme con que personas que no tenían una formación musical amplia podían defenderse en el ambiente musical con una base instrumental y su propia voz, así que ¿por qué no podía hacerlo yo? y empecé a generar mi propia música, buscando bases en YouTube, buscando formas de poder grabarme con los micrófonos de algún amigo, cualquier cosa para ir consiguiendo soltura en un mundo en el que apenas tenía idea de cómo moverme».
Sin embargo en nuestra ciudad nunca han faltado lugares por los que moverse… «pero no me gustaba como se movía en las calles ese ambiente. Me interesé por las peleas de gallos, en las que los participantes se tiran cuatro rimas entre ellos para meterse con el contrincante y uno de los dos gana. Al principio me llamaron la atención y fui a una, pero aunque me enteré de que costaba dinero entrar en esas batallas, entré y solo pude soltar tres o cuatro rimas, sin disfrutar de lo que estaba haciendo porque el entorno no era sano; a la gente le apasionaba el hip hop, sí, pero lo rodeaban de alcohol y drogas. No salí con agrado, pero no podía negar que la música de ese ambiente me llamaba. Y por eso empecé a generar ese tipo de música pero desde mi casa, desde mi ámbito, y a partir del 2017 empecé a subir a mi propio canal de YouTube temas de rap, de música urbana latina, aunque tampoco me sentía afín a ella: el denigrar a la mujer, el consumo de drogas y alcohol, el derroche de dinero… yo quería investigar otras cosas para llegar a generar ese ritmo y ese flow semejante al duende del flamenco; esa magia que tiene un artista urbano es el flow, que le distingue de los otros; y yo busqué mi propio flow».
Y a partir de ahí es cuando Leo Parish se convierte en Gerifalte Music. «Allá por el 2018 tuve un momento muy duro en mi vida por no encontrarme. Tenía la sensación de que no iba a llegar a mi sueño y me frustré, me movía por sitios en los que no me sentía cómodo y un cúmulo de cosas me hicieron perder el norte de mi vida. Pero gracias a mi familia, amigos y a mi pareja pude volver a encauzarla. Retomé más en serio la música y entonces fue cuando creé el canal Gerifalte Music. Surgió cuando un día probando con el plugin de auto-tune de edición de voz y corrección de tonos me gustó el resultado y vi las posibilidades que tenía, así que con un iPad y el programa GarageBand que llevaba incorporado saqué Everest y vi que tenía una buena recepción, por lo que comencé a generar más música, con un rumbo más claro, mecanizando el proceso; todas las canciones que me sonaban bien las subía al canal».
En esa obra primeriza Gerifalte Music le dio salida también a su inquietud audiovisual. «Desde pequeño siempre me ha gustado pintar y mi cabeza siempre está generando ideas. Mi rumbo en la vida es dedicarme al cine; estudio un grado universitario de comunicación audiovisual, enfocado sobre todo a marcharme a los Estados Unidos cuando lo termine, porque es la cuna del cine que siempre he amado y poder desarrollar allí esa otra forma que tengo de expresarme, además de la música. Al generar la música de forma más holgada empecé también a crear mis propias portadas y videos; tuve la oportunidad de manejar aplicaciones para el diseño gráfico y las aproveché. En Dímelo generé animaciones desde un dibujo de partida muy básico; hice un poco de todo, siempre compaginando el diseño gráfico con el aprendizaje vocal».
Un gran paso adelante en el camino de Gerifalte Music fue el de asociarse con su prima Manucheek, estudiante de post producción y cantante, que compartía con él el amor por este estilo musical. En enero del 2020 sacaron Aeroplane entre los dos. La hermana de Manucheek es pareja de un productor musical de prestigio en los USA, donde ha trabajado con Lil Wayne entre otros, y les ayudó aportándole beats y consejos; así es como hicieron Aeroplane, con una base instrumental de Richie Louie. «Para el videoclip de Aeroplane nos ayudó parte de mi familia y generamos la idea de la productora audiovisual, a la que le puse de nombre La Madriguera Producciones».
«Ese fue el momento en el que me dije que este trabajo tenía que ser serio y convertirse en algo importante en mi vida. Con un compañero de clase hicimos Umbrella, después High, un tema de mi prima en solitario al que le hice la post producción…» Y el camino desembocó en un proyecto más grande, el de un EP de cinco canciones, Despegando el vuelo, con un single en junio del año pasado llamado Brother, una canción dedicada a su mejor amigo, y después varios remixes de artistas americanos y dos canciones suyas más: Nena, con aires de reguetón y el trap urbano de Interestellar. «Yo siempre he estado relacionado con estos géneros de la música urbana, del trap, del r&b, todos ellos con mis influencias del hip hop pero con más musicalidad, con más flow como te dije antes. Inspirándome sobre todo en artistas canarios y argentinos, que me parecen los más destacados en esta música. Y también influencias del cine, mi otra pasión, que me llevó a sacar hace poco Mandalorian, la secuela de otro tema similar que saqué a principios del año pasado basado en esa serie, que me encantó; y también Interestellar, una canción con una letra que hace alusión a esa película de Christopher Nolan. Siempre en medio de la música y el cine».
Y paso a paso, hemos llegado al presente. A Gerifalte Music le queda mucho por aprender y gastar mucha lija suavizando bordes en sus construcciones sonoras. Pero el esfuerzo y la ilusión harán de él un artista urbano a tener en cuenta en un futuro no demasiado lejano. El trap melódico necesita gente que trascienda sus beats poniendo su imaginación además al servicio de las letras. Y medios como Sevilla Disonante también sirven para dar a conocer a gente como él y hacer que los creadores se sientan menos solos.