Goodbye Rosario son un curioso grupo de cuatro músicos de larga trayectoria ya, pero en el que ninguno de sus componentes había tenido nunca la experiencia de ver registrado su trabajo en algún disco hasta la aparición de este recién editado Once del que nos ocupamos hoy aquí. Pero todos conjugan muy bien sus papeles dando como resultado una perfecta simbiosis entre la música británica y americana de diversos estilos, que presentan ellos como una amalgama de pop-rock en castellano, que bascula desde lo más luminoso, como Ahora soy, hasta lo más oscuro, como es el caso de El ángel exterminador que cierra la lista de las canciones que dan forma al disco, llamado así por ser ese el número de las que contiene… no se han currado mucho el título, no… menos mal que sí lo han hecho con la música.
Pero una escucha atenta trae también referentes españoles muy conocidos, sobre todo si el que lo oye tiene ya edad de puretón, como es mi caso, y llegó a escuchar en su momento a los Lone Star que sobrevuelan por el Utopía y a los Módulos que esparcen su polen por La noche americana. La sabiduría de hacer buenas mezclas está presente en este Once y sus propuestas de pop, rock, blues y r&b; combinando con pasmosa naturalidad la seriedad con una frivolidad que, aunque quizás no fuese esta lo que ellos querían conseguir, pero que da un buen y alegre contrapunto al escuchar, por ejemplo, Ginebra2, que enseguida te trae a la mente la visión de un Warren Zevon cantando en cualquier bar su Werewolves of London después de haberse bebido dos botellas enteras del licor que da título a la canción. Aunque aquí oigamos dos voces, porque esta es una de las canciones en las que canta Chary, la chica de la batería, a la que escuchamos también en Sin sentido y PS Blues, la pieza que tiene un corte más marcadamente clásico de todas ellas.
Los 60 y 70 se revisitan para construir melodías y los 80 para ponerle ese punto necesario que hace que el cuerpo se te quiera mover; Naturaleza muerta es el ejemplo más claro de ese equilibrio en la dosis que hace que el cóctel resultante no sólo sea bueno para paladear, sino también muy personal, lo que es más difícil. Once canciones coloristas, frescas y desencorsetadas, en un bloque en absoluto previsible.
El disco fue grabado en los estudios de Happy Place por Javi Mora y masterizado después en Sputnik por Jordi Gil, dos nombres de técnicos que garantizan un perfecto acabado para una obra que puedes escuchar ya en todas las plataformas digitales y comprar físicamente a través de la página web de los propios Goodbye Rosario, al precio de 10 euros. Su presentación en directo tendrá lugar el próximo día 3 de mayo en el FunClub.