- El potente trío Beautiful Señoritas regresa seis años después de su último trabajo con su primer disco largo titulado So Good
Que el desamor hace daño y deja huella es algo obvio, tanto como que la música tiene notorios efectos liberadores, terapéuticos y casi catárticos. Máxime si esa descarga de energía dolorosa se realiza de forma salvaje y feroz, que es la única manera en que saben expresarse Beautiful Señoritas, exponentes del mejor rock and roll, punk, glam y garage en estado febril que se haya hecho por estas latitudes. Una muestra palpable de todo ello es So Good, su primer disco largo editado a finales del pasado mes de octubre con el sello Folc Records y del que teníamos pendiente escribir. Blas (guitarra y voz), Jose (batería y coros) y Ale (bajo y coros) han tardado casi seis años en publicar un nuevo trabajo, pero han vuelto con una colección de trallazos escupidos de modo crudo e inmisericorde. Una descarga brutal de guitarras desbocadas y voces entregadas que dan rienda suelta a unas letras de desamor.
La banda es consciente de que ha sido una larga travesía por el desierto y de que sus seguidores les echaban de menos, aunque matiza: «El parón, si hablamos de shows en directo, sólo se ha producido por la pandemia. El último concierto que dimos fue en Rota justamente en febrero de 2020; de hecho hacíamos cierta alusión al coronavirus en el cartel. En relación a grabaciones, sí que es cierto que nos hemos tomado nuestro tiempo. Ya a principios de 2020 teníamos algunos de los temas que han entrado en So Good. Pero en esta ocasión hemos preferido tener un listado de canciones sobre el que seleccionar de cara a incluir los mejores en el disco. Esto nos ha llevado más tiempo que el habitual pero creemos que ha merecido la pena si vemos el resultado», explican. Vaya si la ha merecido.
Una criba que ha dejado este primer álbum en ocho cortes, que son dos más de los que incluyeron en sus anteriores trabajos, Lovely Señoritas (autoeditado en 2013) y Blackout (Clifford Records/2016). Lo primero que llama la atención es la portada, en la que no figura ni el nombre de la banda ni del elepé; todo se concentra en la imagen, el rostro de un sonriente agente Capuano, miembro del cuerpo policial de Pasadena (California) a mediados de los años ochenta, retratado por el fotógrafo William Karl Valentine, hijo de policía. Cabe fantasear con un episodio en el que hubiese instado a parar a un grupo de jóvenes que circulara a alta velocidad mientras escuchaba en la radio del coche las arrolladoras canciones de Beautiful Señoritas o de cualquiera de sus referentes, léase 13th Floor Elevators o Zen Guerrilla, por ejemplo. Y, claro, les habría perdonado la vida.
En So Good las composiciones del trío vuelven a fluir con toda contundencia a través de sonidos que nos recuerdan desde Dr. Feelgood (en My Love Is Yours, el tema que abre el disco y que fue lanzado a modo de anticipo el pasado mes de julio) a clásicos más contemporáneos como Zen Guerrilla y Off! (N Train) pasando por una buena gama de tonalidades fiesteras como las de grupos míticos como The Boys (A Good Question podría ser perfectamente la cara B de su himno Terminal Love grabada un día que les hicieron una visita los Dictators). Incluso se llegan a intuir a los primeros Beastie Boys en Pay My Bills. Un buen chute de buenas vibraciones y energía para comenzar un fin de semana o el último lunes de cada mes, da igual.
En este disco podemos intuir a Dinosaur Jr. pero con los coros de Sex Pistols en What I Feel o darnos en toda la cara con las guitarras que suenan a motor de tractor sobrerrevolucionado de The Quadrajets (Change My World). Por su puesto no puede faltar el sonido de los ya fijos entre sus referencias Mooney Suzuki (Call The Police) para cerrar el disco con un temazo que podría firmar cualquier grupo de garage australiano, caso de Lime Spiders (ojito al fuzz y los coros en el estribillo).

Un trabajo sin fisuras que ha sido grabado y masterizado en La Mina junto a Raúl Pérez, estudio que visitaron en julio de 2022 y que marca un retorno a los orígenes, como nos cuentan, después de que su segundo epé fuera grabado en Pancake Analog Recording junto a Fernando Zambruno: «Realmente lo que hemos hecho ha sido volver a nuestros comienzos. Con Raúl grabamos nuestro primer disco, Lovely Señoritas, y por su forma de trabajar y sonido que buscábamos hemos vuelto a él. Ojo, eso no quiere decir que con Fernando nos fuera mal, todo lo contrario. En Blackout sacó de nosotros junto con la masterización de Jim Waters uno de los sonidos más memorables y de los que estamos más orgullosos (por poner un ejemplo al lector, el punteo del Do Me Like That, absolutamente irrepetible y menos si hablamos de producciones hechas en Sevilla). Pero en esta ocasión queríamos llevarlo por el camino de La Mina con Raúl (y Nacho García, cuya aportación no sólo musical sino también espiritual fue fundamental para templarnos). Además, la masterización también ha corrido por cuenta de Raúl, quien ha sabido darle a cada tema su personalidad», nos aclaran.
El trío se ha tomado su tiempo también para regresar a los escenarios, pero por fin estos días han anunciado el que será su primer bolo en tres años: el 20 de mayo actuarán en Granada, como ellos mismos nos confirman: «Es una ciudad en la que nos sentimos especialmente queridos y donde siempre es un placer para nosotros tocar. Tendrá lugar en el Lemon Rock, enfrente del Planta Baja, con la promoción del enorme Matarife, auténtico druida del rock and roll de estas latitudes», afirman eufóricos y antes de añadir: «En breve se harán más anuncios. Sabemos que la gente tiene muchas ganas de vernos (lo cual nos da mucha fuerza para vivir, en serio, es básicamente para lo que hacemos todo esto) pero, como con todo lo bueno que nos puede traer la vida, hay que ser paciente. Que nadie dude que la recompensa terminará llegando con shows en los que, como siempre, lo daremos todo para que nadie se olvide de ellos durante una buena temporada». Estamos convencidos de que así será y deseando que no tarden mucho en subirse a un escenario sevillano.