- Juan Gallardo se ha reinventado a sí mismo con las canciones que componen su disco Más Gallardo que Don Juan, que ha desvelado hace unos días
La primera vez que vi en acción a Juan Gallardo fue en un Sofar Sounds, que ya sabéis que hasta que no se llega al sitio en el que se celebra no conoces a los músicos participantes. Cuando llegué y vi su nombre en el cartel pensé que se trataba del cantante de Los Ángeles del Infierno, que se llama así también y suele tener otros proyectos paralelos. Pero no, se trataba de un cantautor sevillano con un derroche de voz y de ingenio que me cautivó enseguida. Eso ocurrió tres meses antes de que se estableciera el estado de alarma, por lo que le perdí la pista hasta que el verano pasado volvió a salir a la luz con la canción Motivos, que era el adelanto de un álbum que ya apareció hace unos días y que es la razón por la que traigo a Juan de nuevo a nuestra web disonante.
El disco se llama Más Gallardo que Don Juan y en él he encontrado, convertida en grandiosa realidad, la promesa de dar un giro significativo a la idea y ejecución de sus canciones, apreciado ya en esa misma que nos adelantaba, Motivos, que era una especie de fusión de tangos flamencos con bossa nova. Escuchando la otra decena de canciones que contiene escuchamos reggae, country, cumbia, bolero, bulerías, tangos no solo flamencos como el que ya conocíamos, sino también de los argentinos…
Las razones por las que Juan Gallardo consideraba que era necesaria una reinvención me las explica él mismo. «Pues sobre todo fue porque necesitaba dejar salir una parte de mí que no tenía yo muy aceptada. Fruto del trabajo de mejorar en todas las facetas artísticas, en el que sigo, es dedicarme totalmente a hacer canciones con letras más profundas; que no se vea solo la faceta en la que mis canciones iban cargadas de ironía ni que me refugio tanto en el humor, que era algo que usaba más antes. Ahora hay espacio para más tipos de mensajes, sean estos los que sean; incluso con formatos diferentes de canciones más lentas o más rápidas, que ya no miro tanto eso ni me condiciona».
El disco ha sido producido mano a mano con Ale Victoria y Carlos Llano en el estudio que el propio Juan construyó en el sótano de su casa, con la ayuda de David Rodríguez, entre octubre del 2020 y marzo del 2021. Posteriormente Eduardo Ruiz Joya lo mezcló y masterizó en Studio Ancaduardo. En él colabora un número tal de músicos que necesitaríamos todo el espacio que ocupa el artículo para mencionarlos; digamos como pinceladas válidas que Fran Mora es el bajista, Javi Quirós el teclista, Lucas Hidalgo el batería, Iván González el percusionista y los coros los hace Laura Serrano, por citar solo a los que aparecen en todas las canciones.
Ale Victoria es un músico que a la hora de enfrentarse a la producción cambia el concepto de esta, que pasa a ser un elemento fundamental para el resultado, usando arreglos más complejos, mucha más instrumentación y armonías que nunca antes había probado. Supongo que esa forma de trabajar habrá marcado mucho el resultado del nuevo Juan Gallardo, y le pregunto a este si ha ido así. «Ale como productor y Carlos en su faceta de arreglista coral han tenido muchísimo que ver en el resultado final del disco y han influido en las canciones. No ha sido solo el hecho de la producción, sino que llevo tanto tiempo tocando con ellos, unos cuatro años ya, que han terminado por influir mucho también en mis composiciones. El hecho de estar juntos, lo que escucha uno, lo que escucha el otro, acaba influyendo en lo que hago. Por eso su trabajo ha sido importantísimo, y no solo el de ellos, sino el todos los que han trabajado en el disco».
El camino del disco no ha sido fácil y Juan ha tenido que superar muchos escollos para poder editarlo. «El disco ha tenido una carga de trabajo muy grande porque, siendo el primero, quise tener la tranquilidad de hacerlo en casa, y como tampoco quería que quedase un resultado poco profesional me lié la manta a la cabeza y acondicioné lo mejor que pude, con una buena inversión, el sótano, como has contado. Eso me llevó cuatro meses más o menos. Una vez que lo tuve empezamos a grabar. Y a mitad lanzamos el crowdfunding para poder hacer viables todos los gastos que, naturalmente, superaron la cifra que habíamos estimado; pero nos vino increíble ese empujón. Lanzamos el crowdfunding después del primer single y una vez que acabó lanzamos el segundo, que fue Reggae filosófico».
En la portada del disco vemos a un Juan Gallardo que se mira a un espejo que le devuelve una imagen distinta. No sé si eso tiene que ver con el hecho de verse él mismo como otro cantante diferente… «Va un poco por lo que hablamos antes de aceptar todas mis facetas al completo; todo lo que engloba el querer hacer canciones y el haber elegido ese otro camino. El juego de palabras del nombre, Más Gallardo que Don Juan, simboliza también que soy más una cosa que otra; soy más eso que muestra el espejo que lo que yo antes he mostrado al mundo en otro momento de mi vida. Tanto el nombre como la imagen del disco tienen mucho que ver con aceptar el camino que quiero andar ahora y cómo quiero hacerlo, con canciones de todo tipo de temáticas y músicas de diferentes estilos. Por ahí va todo».
Que la portada del disco sea una parte tan significativa de la obra de Juan me da pie a preguntarle por el aspecto visual de ella. «Las portadas de los singles y del disco, los videolyrics de YouTube, de todo lo que se refiere al contenido audiovisual se ha encargado Mario Nohequé, que en su faceta de diseñador usa el nombre de Mario Nohecuánto. Es muy amigo mío y en su faceta de cantautor también hemos hecho muchas cosas juntos, así que sabía que encargarle este trabajo a él iba a ser muy llevadero para los dos y que, además, iba a ser muy bueno».
Eso en cuanto al diseño y portada del disco, pero en lo que se refiere a los videoclips, que necesitan mucho más que una parte visual fija, ha contado con otros colaboradores. «Dependiendo de cada videoclip nos hemos encargado unos u otros. Yo, por ejemplo, tenía material visual del pasado y quería usarlo en algún video, así que me encargué de hacerlo en el de Será que al final nada es tan importante, al que le venía muy bien. Del videoclip de Motivos se ocupó Claudia Ruíz, con más recursos. Y del de Reggae filosófico, que ya es un videoclip con todas las letras, se ocupó Samuel La Ventana, al que hemos metido también en nuestro proyecto a nivel de gestión de redes sociales. Y ahora tenemos en mente grabar un último videoclip que cierre este ciclo del disco con Javi Oliver, que será de la canción que lo abre, De los sueños nadie escapa, que es muy importante para todo el concepto del álbum y por eso nos vamos a volcar en ella».
Siempre suelo terminar estos artículos preguntando al entrevistado por sus proyectos más próximos. Juan ya nos ha adelantado el rodaje de un video, pero quiero saber algunos más. «Pues voy a seguir escribiendo, a seguir estudiando, que nunca dejo de hacerlo. A seguir mejorando técnicamente y mi idea es la de dar muchos conciertos, todos los que pueda. Ahora mismo estoy en una gira, de la que llevo completada un tercio y de la que estoy cerrando más fechas. La promoción del disco también sigue adelante, que va muy bien, con algunas apariciones en radios y televisiones regionales. Pero sobre todo el futuro pasa por mantener un buen ritmo de conciertos».
Y con todos los músicos que aparecen en el disco, me pregunto cuántos y quiénes de ellos le acompañarán en esos conciertos. Le traslado la pregunta a él. «Pues tengo que llevar a los músicos en función del sitio al que vaya y de la rentabilidad del concierto. A los sitios más lejanos o en los que no puedo estar acompañado voy yo solo y cuando puedo llevar a alguien el primero al que suelo elegir es a Carlos Llano, que viene con la flauta travesera y me hace los coros. Si podemos ir tres viene también Laura Serrano, con más coros. Si son cuatro, añadimos al bajista, Fran Mora. Se está incorporando también cuando se puede José Manuel Rodriguez Picón, aka Sekanuel, con unos sintetizadores… y estoy viendo la posibilidad de incorporar un batería».
Esperemos que cuando podamos asistir a un concierto de Juan Gallardo sea con toda una banda junta, que arrope con una gran instrumentación a sus canciones; pero si está él solo también será una buena cita, porque sus textos están cargados tanto de diversión como de emotividad y será un placer escuchárselos cantar.
