Con el jazz clásico como punto de partida aunque en busca de un sonido moderno preñado de melodías dulces, la propuesta del cuarteto sevillano Kalishkla cabe definirla como original y muy refrescante. La gestación de este proyecto es muy reciente, de finales del pasado año 2019, si bien ya estaba en marcha de algún modo desde muchos años atrás, cuando se conocieron dos de sus miembros: de un lado, el pianista y compositor de origen danés Óscar Álvarez Rifbjerg, con formación en el conservatorio superior de Copenhague y con un álbum de jazz a su nombre, titulado ¡Rómpelo!, quien reside en nuestro país y tiene un trío de jazz, colabora con diversos artistas (desde la bailaora Selene Muñoz al legendario bajista Bo Stief), además de tocar en la Andalucía Big Band; de otro, el compositor y vocalista Lolo Conde, con una vasta experiencia en la música y el teatro y líder de la banda The Trackers, con tres álbumes publicados, el más reciente Amores y desacordes, que salió a principios del presente año.
Tras una década separados, cada cual con sus historias, se reunieron el pasado año y retomaron la idea de montar Kalishkla, para lo cual reclutaron a otros dos músicos de contrastadísima valía: Lolo se trajo de su banda al baterista Jimmy González, un todoterreno que ha colaborado con artistas de primera fila (Kiko Veneno, Julieta Venegas, Luz Casal, Niña Pastori…) y ha participado en la grabación de casi 200 discos, ahí es nada; el cuarto miembro es nada menos que Santi Camps, bajista de largo recorrido que fuera componente de Triana y colaborador de Juan Perro o El Lebrijano, además de haber trabajado con bandas de rock y de jazz en el circuito de Nueva Orleans a principios de siglo.
Con tales mimbres, la banda juega en un espacio donde se dan la mano la pura improvisación y melodías cantables que evocan vivencias de la condición humana. En octubre apareció un primer sencillo titulado Buen vivir, pero el que te presentamos ahora es Un poco más fácil, que el cuarteto ha lanzado este pasado miércoles 9 de diciembre en formato videoclip. Se trata de uno de los temas compuestos durante el confinamiento por mor del dichoso virus covid-19 y fue estrenado en directo el pasado 20 de agosto dentro del Festival Noctaíra en el castillo de Alcalá de Guadaíra. Con una atmósfera ancestral, la canción transmite muy buena energía y positividad, con un estribillo en el que Conde canta: Y si pensamos que todo es un poco más fácil / Y si existe un nosotros robusto y no frágil / Cuando gobernemos nuestra siembra / Ese instante en el que mundo tiembla.
El citado videoclip de la canción fue grabado en Tempo Estudios y está producido por Kalishkla junto a Fabián Romero. La realización del vídeo es obra de Brocha Gorda Films. Las dos canciones aparecidas hasta la fecha no son las únicas que tiene compuestas el cuarteto, según nos explica Óscar Álvarez Rifbjerg: «Tenemos más temas grabados en Tempo Estudios y el plan es sacar un EP en enero o febrero. Serían cinco temas, contando con Un poco más fácil. Estamos ahora mismo trabajando en las mezclas. Además, hay dos vídeos más de nuestra grabación en Tempo Estudios que irán viendo la luz después del lanzamiento del EP».
Y si te has preguntado cuál es el origen del extraño nombre del grupo, esta es la extraña respuesta: «Es una historia de cuando Lolo y yo empezamos a formar este proyecto hace trece años, antes de irme a estudiar a Copenhague», comienza el danés antes de añadir: «Un día estábamos escuchando un disco de Björk maravilloso, que se llama Glin-Gló. El único que ha hecho con un trío de jazz. Todas las letras son en islandés. Estábamos pilladísimos con una de las canciones que se llama Kata Rokkar. En esa canción hay un momento que parece que la letra dice Kalishkla. Y se nos quedó grabado en la cabeza. Más tarde nos dimos cuenta que era un conjunto de dos palabras, Lokka Livsglod, y de ahí entendimos Kalishkla. Livsglod significa felicidad de vivir«. Pues eso. Jazz moderno made in Andalucía, cantado en castellano y que, al escucharlo, insufla ganas de vivir.