Cuando se escribe sobre una banda como La Selva Sur es muy difícil intentar describir su música, porque la magia es difícil de describir. Los aires balcánicos, morunos, flamencos, rockeros, que salen de esas percusiones y también de esas trompetas y trombones, de esas voces, son una mezcla asombrosa de emociones salvajes y virtuosismo artístico. La música es dura y dulce a la vez. No hay que analizar su estructura… simplemente dejar que la música fluya… y esta comienza a hacerlo desde la declaración de intenciones de Kamastralopitecus, la canción que abre el disco al que da su título… al origen volveremos.
Con Love romaní nos llevan a territorios gitanos, donde La Selva Sur mezcla sus conceptos musicales con los de aquellos. Los gitanos son los menos puristas del mundo en su acercamiento a la música. Su forma voraz de manejar sus instrumentos y sus voces les ha llevado a que muchas veces les acusen de diluir sus tradiciones, ¿pero importa eso lo más mínimo?, ¿qué es la verdad en la música? La verdad no es lo más importante, lo que realmente importa es que el músico presente su visión personal de las cosas de una manera convincente. Y a La Selva Sur nos la creemos de principio a fin.
Y por eso avanzan con paso firme a través de todo el disco. A lo largo de todo él puede percibirse claramente como la música va alterando su curso desde el primero al último de los temas, desde el ska de Cortinas de humo y De Estambuko a Pernambul al swing de Ni quiero ni puedo, una pieza bailable de la más arcaica tradición y Sospechoso total; luego un giro balcánico con Veneno del bueno para retornar a los aires latinos de Decídete y terminar el zigzag con Pequeñas diferencias. Y al final, oyendo Torre de Babel vemos como la música ha ido adquiriendo un mestizaje, al mezclarse con estilos locales y foráneos, y los propios músicos han adquirido conciencia artística e intentan ser más virtuosos que espontáneos, que es como fueron en sus anteriores discos, lo cual, y así cerramos el círculo, es una de las características principales de la música gitana.
A pesar de llenar sus canciones con letras que hablan de aquellos que solo venden muerte y son los que deciden tu suerte, de los que te mandan bajar sin protestar, de los que te quieren arrebatar la esperanza, este Kamastralopitecus Vol. 1 es un alegato a la fiesta, una reivindicación a los buenos momentos y a la alegría de vivir.