Anteayer se presentó el décimo y último de los videoclips realizados con las canciones del Vol. II de KILLdaCANE, un trabajo impresionante, pleno de imaginación y sentido del humor, que sirve como perfecto colofón a toda la cadena anterior de videos, de los que en esta página os hemos hablado mucho, y por eso no nos vamos a repetir con los detalles, y a la vez sirve también de punto de partida a un proyecto que nace cargado de ilusiones y que se estrena con este videoclip de Ponserrada, como es la productora Almadenea, que es de la que os vamos a hablar largo y tendido en este texto.
Desde la puerta de El Vizcaíno salen en bici Tridi y Tony, los cantantes de la banda, camino del concierto en el que van a participar, pasando por detrás del culo del David, por delante de la boca abierta de una diabólica figura trianera, adelantando a Lucky Luke, y dejando atrás a un Chiquito de la Calzá que no parece estar para músicas… y durante todo el metraje del video vamos viendo a figuras del entorno familiar y social de KILLdaCANE que luego se unirán en comunión ante ellos en un jardín plagado de iconografía sevillana.
«Es el Jardín de las Delicias de El Bosco, en el que metimos a todos los que habían participado como si fuese una especie de Woodstock». Así nos define Cristina Escobar el escenario final, que a primera vista puede parecer uno de los abigarrados dibujos de ¿Dónde está Wally?. «Wally también sale, y dos veces; todo el mundo sale dos veces, a lo largo del video y al final». Junto a Cristina está también Tridi Puñema, su compañero en la vida y en el trabajo, que se une a la conversación: «Nosotros fuimos pidiendo fotos para recortar a la gente y ponerlas por ahí, como forma de hacer un homenaje a todos nuestros amigos, familiares y artistas. Todo el que sale por el camino hacia el concierto, después sale también en el concierto».
Las de Cristina y Tridi son las caras y las voces que están detrás del nombre de esta nueva productora audiovisual sevillana, de la que a partir de ahora vamos a oír hablar muchas veces. Pero hoy es a ellos a quienes escuchamos. «La gente ya no escucha los discos, lo que hace es ver los videoclips», sentencia Tridi. «Por eso desde el principio nos planteamos en KILLdaCANE hacer videos de todas las canciones del disco. Sí, porque en los tiempos que corren creíamos más potentes estas presentaciones, y con la facilidad que tenemos de que Tony y yo estemos dentro del grupo teníamos claro que el apartado audiovisual tenía que ser algo muy importante. Y más ahora con Almadenea, con la que este es el primer videoclip que realizamos». Aunque, como nos aclara Cristina, no es el primer trabajo de la nueva productora: «Antes hemos hecho trabajos para empresas; stories y videos cortos de diez segundos, de los que se pueden ver algunos por las redes sociales, como el que hemos hecho para Los Santos Tattoo. Los stories salieron a raíz de empezar a hacer este video. Empezamos con él e íbamos enseñando a la gente lo que estábamos haciendo, porque nos hemos llevado más de tres meses trabajando en este videclip; empezamos en abril. Y al enseñarle a los demás lo que hacíamos empezaron a interesarse por nuestro trabajo. Todo lo que íbamos mostrando eran pequeñas dosis, para que la gente que participa viese que estaba ahí en él, de forma que todos ellos sabían lo que estábamos haciendo y cómo lo estábamos haciendo antes de sacar ahora el resultado final».
Ante nuestro interés por saber si en Almadenea iba a primar el interés artístico sobre el comercial, Tridi nos dijo que iban a intentar que hubiese un equilibrio y Cristina se extendió más en sus apreciaciones: «Un equilibrio es necesario y sé que lo tendremos porque comercialmente nos dan vía libre para hacer lo que queramos, aunque siempre siguiendo unas pautas y una serie de códigos. Evidentemente tienes que hacer lo que ellos te pidan, en cierto grado, pero siempre te dan una libertad». Tridi nos habla de la experiencia previa. «Nosotros en Los Santos Tattoo tenemos mucha libertad. Hay otra empresa que también nos ha elegido para hacerle un video corporativo, un poco más serio, pero en el que también la animación entrará. Claro, porque dentro de cualquier firma o cualquier sello tú pones tu marca final, y en nuestro caso eso significa hacer algo artístico también, de otro modo no tendría tanta gracia».
La animación como marca de fábrica de la productora. Tridi nos habla sobre ello. «En principio nosotros hemos subtitulado a Almadenea como Absurdealismo en movimiento, porque se iba a mover en este lenguaje audiovisual, en torno al video collage, pero estamos abiertos a hacer cualquier tipo de trabajo, tanto de diseño como de lo que vaya surgiendo. Es verdad que decidimos hacer este video e invertir este tiempo en hacer que fuese, por decirlo de alguna manera, nuestra Capilla Sixtina, y después ir desarrollando nuestro trabajo futuro en torno a las cosas que nos vayan saliendo o a lo que nos dé un poco la gana».
Cristina nos muestra las pautas sobre los servicios que prestará Almadenea. «Es que abarcamos todo tipo de ellos; piensa que con este video hemos creado un mundo en movimiento, con una cierta escénica, pero también entiendo que se pueden realizar trabajos de forma estática y pueden ser igualmente bellos, tanto cartelería como diseño de todo lo que una empresa necesite en un momento determinado. Sí que es cierto que aunque Tridi se haya dedicado siempre más al mundo del video, por la cabeza nos rondan muchas cosas con todo tipo de metodologías; hay muchas cosas que contar, muchos tiempos de trabajo, eso sí, un trabajo con mucho detalle, muy meticuloso; hay que estar muchísimas horas delante de un ordenador, para crear los espacios, introducir elementos muy pequeños… si te fijas, el video tienes que verlo veinte veces porque pasan muchísimas cosas en él». Tridi ahonda en esta capacidad del video para resultar siempre novedoso en los sucesivos visionados. «Con él incluso se plantea realmente un juego, al que podríamos jugar de forma que cada semana busquemos, como en los libros de Wally que mencionabas antes, a alguien determinado». Cristina nos cuenta que con Tridi comparte la misma filosofía del absurdo: «Incluso compartimos las coñas que tenemos mientras creamos cosas e inventamos situaciones. En nuestra imaginación tenemos el suficiente poder para decir que vamos a inventar la situación más absurda del mundo y que se ría el que la vea, y si se nos ocurre poner a uno vendiendo canastillas en la puerta de La Carbonería, pues ¿por qué no? Lo gracioso es eso también, confundir un poco a la gente; cuando entregamos los stories que nos encargan siempre te quedas con ganas de más, pues son muy cortitos y los vuelves a ver quince mil veces en bucle. Así que en esta historia al final metimos muchos elementos, que distraen a la vista y la gracia está en que la veas muchas veces y los descubras».
Cuando les preguntamos por el origen de este nombre de Almadenea, Tridi nos comenta que surgió tras un maravilloso brainstorming y Cristina nos amplía su génesis. «Estábamos dándole vueltas y queríamos transmitir algo que fuera completamente tradicional, porque los dos somos andaluces, aunque yo vengo de vivir en Madrid seis años. Ha sido muy bonito el nuevo encuentro con Tridi; lo conozco hace muchísimos años y ahora por circunstancias de la vida somos pareja, y queríamos los dos representar la cultura andaluza sobre todo; y claro, estábamos obsesionados con las sillas de enea, porque queríamos una de esas de la feria para tenerla en nuestra casa, porque los dos estamos enamorados de esas sillas. La enea lleva con nosotros muchísimos siglos y nosotros dos tenemos también ese alma tan de gitano viejo en el cuerpo; somos tan parecidos en eso que nos pusimos de acuerdo y pensamos que este era un nombre precioso». Tridi se puso enseguida a buscar si ese nombre o alguno similar ya existían, y como no fue así se quedaron definitivamente con esa alusión tan andaluza al alma de enea. «Soy antropóloga y todo el tema de la etnografía y la etnología andaluza me interesa mucho, y para mí todo tiene sentido».
Una antropóloga que se ve envuelta en el mundo artístico. «Tengo mi bagaje y creativamente siempre he estado involucrada con el arte y la música. Estudié turismo en su momento, hice teatro también, después me licencié en antropología social y cultural, una carrera que me parecía fascinante, y siempre he estado plasmando mi trabajo en aspectos bastante creativos; en el Ayuntamiento de Madrid trabajé con personas mayores, pero desde el punto de vista lúdico, dirigiendo un centro en el que me encargaba de hacerlo todo: obras de teatro, exposiciones de cuadros, dirección de arte para millones de situaciones y de actos; el arte es algo que siempre ha estado conmigo, y además mi familia se ha dedicado a la música toda la vida y siempre he estado rodeada de ella desde que nací, incluso de muy pequeña me dediqué a la música de forma un poquito más seria. Han sido etapas de mi vida, pero creativamente nunca me he centrado en hacer algo y siempre ha sido como hobby, nunca cobrando; no me lo tomé en serio».
Algo que, obviamente, ahora debe cambiar con la profesionalidad de esta productora. «Claro, porque este trabajo vale una pasta. Si tuviéramos que contabilizar las horas que hemos echado te puedes morir. Ha sido un combo que ha salido tanto de la cabeza de Tridi como de la mía y hacemos un buen tándem…». «Pero a mí hay que pararme los pies; fíjate que yo a esto quería llamarlo La Albahaca que ríe…», nos indica Tridi entre sonrisas. Cristina continúa: «Yo pongo el punto un poco más serio; no voy a decir que más profesional, porque Tridi es un gran profesional, pero a veces tengo que decirle cariño, eso no… eso no… eso tampoco… y le pongo la cabeza como un bombo al pobre, porque es verdad que a veces se le va la olla y tengo que decirle que no se le vaya tanto. Para este video ha habido personajes que nos han enviado fotografías, que le he tenido que decir, oye, que esto lo van a ver niños, no podemos poner eso; soy un poco el filtro, la que pone la mesura necesaria, y aquí había que lograr que la historia fuese graciosa, entrañable y que la gente se riera; personas mayores, niños y de todo. Los niños flipan, ven el videoclip una y otra vez».
Y gracias a esta nueva productora, de la que llevan el timón, el horizonte se les presenta mucho más despejado. «Almadenea surgió en el momento en que ambos nos quedamos sin trabajo, y aquí vimos una vía sobre todo de entretenimiento, pero que partir de haber empezado a vender nuestro trabajo pues estamos viendo también una vía comercial», nos cuenta Tridi. Cristina sigue hablándonos del futuro. «Claro, se juntan las dos cosas. Tridi se ha dedicado siempre al tema artístico y yo siempre he estado en un segundo plano, siempre he estado por detrás, encargándome de la parte fea del artisteo, la parte más burocrática y más jodida. Y ahora él me está ayudando a que yo también suelte para los demás, no solo para mí, y esto se está materializando en lo que hacemos en Almadenea. Tenemos también nuestros propios proyectos, ganas de hacer cosas más serias; que no significa que este trabajo no sea serio, que es un currazo, pero digamos que queremos centrarnos también en poder seguir con nuestros proyectos individuales de documentales y todo eso ». «Proyectos documentales a los que podemos darle también un toque de Almadenea e intentar mostrar con ellos una parte de la historia, pero con este lenguaje audiovisual concreto», apostilla Tridi, antes de que Cristina despida la entrevista: «Para mí está siendo una experiencia nueva; me vine para dos semanas y me he quedado aquí a vivir». Y aquí se quedará, bien dispuesta y a la orden de lo que mande la vida desde ahora. Somos afortunados de tenerla con nosotros y de que haya unido su talento al de Tridi para ponerle a la música imágenes más asombrosas de las que nuestra propia imaginación nos mostraría.