Iniciar un nuevo proyecto es siempre una aventura y, como tal, un reto en el que no sabes de antemano lo que te puede deparar el futuro. Esa incertidumbre puede generar miedo, dudas, ansiedad, pero desde luego también notables dosis de fruición y satisfacción inimaginadas, llamémosle magia. La magia de los nuevos comienzos. Algo similar debe haber experimentado Jesús Ramírez (guitarra y voz de la banda de metal Makara) estos últimos meses, en los que –aprovechando la coyuntura de aislamiento actual por la pandemia sanitaria– se ha lanzado sin cortapisas a la puesta en marcha de un proyecto personal que por fin ha visto la luz este pasado viernes 27 de noviembre bajo el nombre de Skooma Overdose y con el sencillo New Beginning como jugosa carta de presentación.
El nombre de Skooma Overdose (sobredosis de skooma) hace referencia a la serie de videojuegos de rol The Elder Scrolls. Skooma es una potente droga derivada del refinamiento de azúcar lunar que aparece de forma recurrente en dicha serie. «Es mi videojuego favorito y de siempre tenía esa coña con mis amigos, hemos pasado una barbaridad de horas jugando. Me hacía gracia cómo suena y creo que le pega un poquito a la música que hago», recalca.
Fue allá por el mes de marzo, recién instaurado el confinamiento, cuando Jesús se embarcó en este proyecto «principalmente porque no podíamos ensayar y cada uno se puso a hacer cosas a su bola. Así que cogí el portátil, enchufé mi guitarra y me puse a hacer el tonto. Me salieron cosas que nada tenían que ver con Makara, de modo que me las guardaba para ver si era capaz de sacarles alguna chicha«. Como quien no quiere la cosa, el asunto empezó a cobrar forma: «Hasta que nos dejaron salir estuve todo el tiempo haciendo canciones y luego me puse a buscar la manera de publicarlo por mi cuenta, aprendiendo a mezclar o a diseñar logos y portadas, ya que aunque siempre me ha gustado dibujar no tenía ninguna experiencia a nivel digital». Suya es, pues, la portada del sencillo y también el logotipo del proyecto que encabeza este artículo a falta de fotografías, que no se han podido hacer por el maldito virus.
Lo más curioso del tema es que esas nuevas canciones que iban pergeñando no tenían absolutamente nada que ver con el potente thrash y death metal que destila su banda: «Desde chico siempre me han gustado los grupos clásicos como U2, que me ponía mi padre en el coche. Esas cosas que escuchas cuando eres joven y aún no has probado cosas más fuertes. Como la parte enérgica ya la saco con Makara quería sacar otra vertiente diferente, más melódica«, cuenta. Y es así como salieron a relucir esas influencias del synth rock y el pop-rock de los ochenta, de grupos como M83, David Bowie y otras más modernas como gran parte de la discografía del dúo francés Daft Punk. «También hay ciertos segmentos de canciones en el que la guitarra tiene un rollo parecido a Van Halen«, recalca Jesús.
Skooma Overdose se centra, por tanto, en la exploración de sonidos sacados de sintetizadores propios de los años 80 y mezclándolos con instrumentos clásicos del rock como la guitarra eléctrica. A priori se trata de un proyecto instrumental, aunque no queda descartada la posibilidad de crear letras para algunas canciones. De momento, Ramírez tiene grabadas «cinco canciones que están pendientes de mezclar. Mi idea es sacar un epé con seis temas, intentaré que esté para principios de febrero, aunque es posible que antes lance un segundo sencillo», explica.
Aunque se trata de un proyecto unipersonal, su protagonista cuenta con la participación de otros músicos –como el batería de Makara, Martín Pérez– para la puesta en directo de las canciones. «Hay un montón de instrumentos en mis canciones sonando a la vez, de modo que me tendré que buscar las habichuelas para llevarlas al directo», admite. De hecho, el estreno sobre las tablas estaba fijado para el pasado 5 de septiembre en la Sala Even junto a otras dos bandas, Vía Verde y The Sleep Over, pero el evento se tuvo que cancelar.