El vídeo que os presentamos aquí hace algunas semanas, que Luisa Salazar realizó sobre Ansia brutal, una de las canciones contenidas en el disco que LõBISON editó en el 2019, ha marcado un antes y un después en el camino de esta banda; entre la explosión de ruido controlado que era su música cuando la interpretaba el grupo completo y la mezcla de pasión y ácido con la que Juamba d’Estroso en solitario las convierte en poesía tan poderosa como sórdida. Con esta disposición a arriesgarse, tan de agradecer, nos muestra las canciones con todo su poder, estirándolas hasta sus límites, a veces entre susurros, a veces entre rugidos.
De esta forma de presentar las canciones ya habíamos tenido grandes demostraciones, de las que una de las más recordadas fue la que tuvo lugar en la Sala X hace cuatro años, cuando Juamba compartió escenario con su amigo Rafael Berrio, tristemente desaparecido, al que le dedica esta obra con la que LõBISON sale nuevamente a la luz. En este disco, que se llamará Enemigo de lo auténtico, observaremos la evolución del personaje que poblaba los oscuros versos del disco La industria de los sentidos, al que antes me referí, un rabioso poeta de delirante verso que, a su vez, ascendía de las cenizas del enfermo del disco anterior, Solo, al que casi solamente lo motivaba el amor por la doctora que aliviaba sus dolores.
Y Juamba no es así… o quizás sí. Porque tiene muy clara la visión de alguien como el protagonista de sus canciones, ya que cuando le pregunto qué ha significado la grabación de este disco para él me contesta que «lo que ha supuesto para mí la grabación de este disco es que es importante tener a tu lado a una persona que te quiera y crea en ti; que te saque fuerzas de donde no las hay. Y que hay alternativas para seguir haciendo cosas cuando te agota una enfermedad».
Sé que el personaje dibujado en sus canciones con desnudez y crudeza tiene muchas similitudes con él mismo, pero en realidad la vida y el camino de Juamba no son un referente importante, porque como él mismo me cuenta… «el protagonista de esta historia, que bien podría haber sido Ella en lugar de Él, solo con que apareciesen sirenas en lugar de tritones, harto de fingir su docilidad, harto de reírse de sí mismo como anestesia para soportarse, harto de sus personajes, de sus roles para no chocar con la gente, se da cuenta un día que es alguien sin emociones y para su entorno social se ha convertido es un ser tóxico. Descubre que no hay enemigos, que él es su único enemigo. Que el axioma de lo auténtico es inútil y que lo auténtico no existe; solo existe la dictadura de lo auténtico y todo lo demás solo sirve para justificar el poder, el dominio de lo auténtico. Su propia construcción panóptica le ha robado el cuerpo y el alma. Vive en una pecera sádica de la que nunca saldrá hasta que no muera. Y que lo único que le hace sentirse vivo, es ser enemigo de lo auténtico».
La canción que os adelantamos aquí de este disco, del que no podréis disponer por completo hasta que se edite el próximo día 15 de mayo, es Ya me tengo valiente, uno de los capítulos de la historia. El protagonista se autoengaña con palabras ácidas, mordaces, irónicas, hirientes, caóticas… al final, mentiras. «Después de otro día rutinario de confinamiento en la pecera sádica, el protagonista, en un brote nihilista, se enajena y se mete en su bañera. Se dice: Ya me tengo valiente, mentira que me cuento, en la casa en la que remo seguro… nunca me vieron tus alas, herido grave de fuego…. Ve caer agua de mar del grifo de su bañera, mete la cabeza debajo del agua, siente la densidad del agua, solo escucha el silencio que le produce estar debajo del agua… entonces aparece una sirena, encarnada por Elena Setién, y cambia la frase por herida…». La explicación de Juamba me da a entender que piensa que en realidad nadie está contento con su destino y todos, incluso los que creemos más libres, se encuentran prisioneros tras algún muro carcelero.
Schopenhauer mantenía que toda vida es, por esencia, dolor, y cuanto más elevado es el ser más sufre. Le pregunto a Juamba si un disco con un estado de ánimo tan oscuro como este es fruto del pesimismo de tiempos tan propensos como los que corren a hacernos comprender el sufrimiento de la vida. «Podría parecer debido a los efectos colaterales de la pandemia, pero seguramente son los sucesos cotidianos que conviven con cualquier suceso social de crisis que pueda ocurrir en cualquier momento los que lo motivan».
El sólido sonido que ha conseguido moldear Juamba para este cuarto disco de Lobisón envuelve perfectamente sus palabras, y las convierte en música para adictos a Leopoldo María Panero, James White, Jim Morrison, Charles Trenet, Scott Walker y P.J. Proby, si es que existe alguien así aparte de mí. Aunque Juamba no parece ajustarse a referencias concretas. «Son una coplas acuáticas y sobre ellas saque usted, querido melómano, las conclusiones que tengan por merecer estas coplas, porque no he buscado ni pretendido tener referencia alguna. Tan solo que suene mal, pues me gusta que mis discos tengan un sonido sucio. Solo decirle que este disco es el hijo de esta época porque entre otras cosas, si hubiera hecho un disco con una gran producción, por el coste que ello tiene, sería una falta de respeto para la gente que lo está pasando mal económicamente, que es más de la que nos imaginamos».
Y con esa idea como premisa Juamba ha mezclado y masterizado el disco en los estudios Pancake de Fernando Zambruno con la única ayuda de este, que también ha aportado en un par de canciones unas elegantes notas de teclado Hammond. Antes de eso toda la interpretación y producción corrió por su cuenta de la forma que me describe: «Lo que hice fue grabar en directo con la eléctrica y mi voz, pues así me agotaba menos. Luego, el resto de instrumentos que aparecen en las canciones, los grababa improvisando a la vez que escuchaba los audios que había grabado en directo. Este proceso resultó ser menos tedioso y agotador para mí, y así pude grabar el sonido más rápidamente. Pero encontrarlo no fue tan simple. Me costó creer que lo podía hacer así».
En siete de las diez canciones que componen Enemigo de lo auténtico Juamba se hace acompañar por las voces de maravillosas cantantes que ponen un contrapunto liberador del tormento de la suya propia, y vamos a poder escuchar a Mónica Navarro en una canción aún más densa que las que interpreta con su compañero de Alondra Galopa, a María Guadaña, Ana Béjar, Ale Castillo; también a Mati Pando, a la que tuvimos en nuestra web disonante hace pocas semanas presentándonos a su grupo Tilde; a Laura Arias, que nos enamora con su voz cuando la oímos tanto con Detergente Líquido como con Marylebone; a Elena Setién, la chica de la foto de ahí arriba, que es a la que escuchamos acompañando a Juamba en la canción que te adelantamos hoy.
Cuando Elena Setién regresó a su San Sebastián natal después de un periplo de veinte años de vida nómada que había terminado en tierras danesas, Rafael Berrio dijo de ella: Copenhague se queda sin una gran artista. San Sebastián gana una gran artista. Tanto mejor para nosotros. Para que hablen así de una debe tener unas cualidades grandísimas, y le pido a Juamba que me hable más de ella. «Posee una voz de una tesitura tan amplia que podría atacar cualquier género sin inmutarse. Elena ha colaborado en proyectos de músicos tan influyentes como John Zorn, Fred Frith, Cooper-Moore o Laurie Anderson y con Johanna Borchert plasmó su pulsión experimental en un proyecto a dúo que se llamó Little Red Suitcase. Ha compuesto para el cine Oreina, de Koldo Almendoz, y en su último disco ha musicado al poeta maldito Jon Mirande. Ha creado excelsos trabajos discográficos que la han convertido en una de las innovadoras del panorama de la música contemporánea. Sus discos se pueden encontrar en catálogos de sellos discográficos tanto de música neoclásica como de vanguardia o también en el exquisito sello americano Thrill Jockey».
Hablando sobre las sonoridades de esta canción Juamba me dijo que después de terminar de mezclarla se le vinieron a los oídos reminiscencias del disco A duras penas de Carlos Cano, algo en lo que estoy de acuerdo con él aunque yo establecería el paralelismo mejor con las casidas que componían otro disco de Carlos, El diván del Tamarit. Apreciamos atmósferas de los Family de Un soplo en el corazón, también del Odyshape de Raincoats y cómo no, del folk cántabro de los valles del Pas.
Esa última referencia es muy importante porque con esta canción algo en Juamba alumbró el encuentro de la memoria y el álbum de la familia. «Con las canciones de Elena he sentido algo familiar, concretamente con su voz. Cuando recibí su audio para esta canción y escuché la pista que me envió con su voz, fue para mí toda una sorpresa pues creí volver a escuchar a mi abuela. Mi abuela tenía una voz preciosa, clara y juvenil, apenas la perdió cuando se hizo más anciana. Me acuerdo mucho de ella cuando cantaba con su dialecto de los valles del Pas, que es muy parecido al bable asturiano. Entonces le comenté a Elena lo de mi abuela, porque Elena tiene un vibrato muy peculiar al final de las sílabas de muchas palabras en el audio de voz que me envió; y me dijo que su abuelo era de por allí y que en su infancia iba de vacaciones desde su Donosti natal a veranear a un pueblo que estaba cerca de esa zona. Quién sabe, seguramente Elena y yo seamos primos lejanos».
La portada del disco refleja lo que Juamba nos contaba sobre que contiene coplas acuáticas, y por eso se ha elegido para ilustrarlo esta obra de Ale Jan Dra, que además de ser una artista de la palabra, a través de los poemas que compone y recita, también lo es, en su alter ego de Lacortapega, de las manualidades, porque con revistas viejas, tijeras y cola es capaz de crear collages como los que puedes ver (y comprar) en su página web. El punto de partida de su arte es ella misma y lo que le rodea: sonreír a la vida, las minorías, el feminismo, la naturaleza, la provocación y el sentido común, que es el mejor de los sentidos.
Es a la propia Ale Jan Dra a quien le pido que me hable de esta portada. «En 2017 tuve el placer de contar con la participación de LõBISON en la inauguración de una de mis exposiciones; en aquel entonces Juamba presentaba su disco Solo. Hoy, cuatro años después, repito placeres colaborando con la aportación de mi Pez globo enamorado como portada de su último trabajo. Tal vez al elegir esta imagen para un disco que LõBISON define como un disco acuático esté rememorando sin saberlo la poética cita de Jim Jarmusch: Nada es original, roba de cualquier sitio que te resuene con inspiración o alimente tu imaginación. Devora películas viejas, películas nuevas, libros, pinturas, fotografías, poemas, sueños, conversaciones al azar, arquitectura, puentes, señales de tráfico, árboles, nubes, cuerpos acuáticos, luces y sombras. Escoge solo cosas para robar que le hablen directamente a tu alma. Si haces esto, tu trabajo (y robo) será auténtico. La autenticidad es muy valiosa; la originalidad no existe. LõBISON, al fin y al cabo, es un pez globo enamorado que regresa para cantarnos directamente al alma».
Y después de una frase como esa última a mí no me queda nada mejor que escribir.
