- El jueves, día 21, tendrá lugar en la sala Malandar un concierto en el que Los Quetedije mostrarán el inicio de su nuevo camino musical
Han aparecido en nuestra web con asiduidad, pero hasta ahora no habíamos hablado en profundidad con ninguno de los componentes de Los Quetedije y creo que el de ahora es el mejor momento para hacerlo, dos días antes de la celebración del concierto que van a dar en la sala Malandar. Un concierto este, que tiene muchos factores para convertirlo en una ocasión especial, porque la banda está afianzándose en un nuevo camino, porque presentarán muchas de las canciones inéditas que poblarán su primer disco largo, porque será el primero que den con la banda completa en las condiciones que teníamos antes de la pandemia… «Dimos otro anteriormente en la sala Even, pero todavía en formato de confinamiento, por así decirlo: con la gente sentada, con las mascarillas, con aforo reducido, aun así salió bastante bien; pero este de ahora es el primero que hacemos tal como deben hacerse los conciertos».
Quien me cuenta esto es Dámaso Serna, voz y guitarra de la banda; que me sirve también de conductor para mostrarme los nuevos horizontes que quieren alcanzar. «El concierto de pasado mañana es especial ya desde el momento en que no era de pasado mañana, sino del 14 de enero, en que no pudo hacerse realidad. Llevamos bastante tiempo con un formato de banda muy amplio, con tantos integrantes que hemos llegado a ser hasta ocho, y llevamos también mucho tiempo trabajando en un sonido que todavía apenas hemos podido mostrar a la gente. Lo empezamos a hacer el 4 de enero del 2020 en la sala Hollander, en el que fue nuestra presentación como banda completa, y a partir de ahí íbamos a comenzar a girar por las salas con ese formato; pero no se pudo».
Desde aquel momento en que celebraron con un día de anticipo la noche de Reyes junto a Scoff y Soulmorejo Funkdation, Los Quetedije han ido mostrándose con formaciones reducidas por diferentes puntos de la ciudad, siendo una de sus últimas apariciones la que hicieron en el Sofar Sound, de la que fui testigo y os conté aquí, o la que harán esta misma noche en la sesión de micro abierto de La Sala. Dámaso me cuenta cómo esos conciertos le han servido de escuela. «Hemos hecho conciertos en salas grandes y también en bares y pubs, siempre adaptados a los requerimientos del sitio en el que tocásemos. Guardo especial recuerdo a lo que me gustó llamar el cannabistour, una gira que hicimos hace poco por los clubs de cannabis de Sevilla, que son espacios que se prestan mucho a este tipo de cosas: conciertos, proyecciones de películas, espectáculos de magia, stand ups comedies, ha sido una experiencia que me ha proporcionado una forma diferente de encarar los conciertos, porque siendo con un público reducido y distinto, que está más atento que en un concierto convencional a todo lo que dices, a la forma de llevarlo como frontman, como director del show, me ha enseñado cómo hablar y cómo decir las cosas. Además, son conciertos que no tienes que publicitar; no tienes que vender entradas, son sencillos de formar y al final nos gusta hacerlos porque la gente que nos llama es muy agradecida y nos sirve para tener un flujo constante de ingresos para pagar el alquiler del local de ensayo».
Hemos incidido de nuevo en la conversación sobre los diferentes formatos de la banda, que en nuestra ficha -que tendremos que actualizar- consta con siete miembros; pero como sé que actualmente son ocho y además ha habido algún que otro cambio en la formación, le pido a Dámaso que me diga quiénes la componen, además de él mismo. «Pues está Pablo Mezzo a las guitarras, coros y teclados; su hermana Laura, poli instrumentista como él y también en los coros; Alejandro Gálvez en las percusiones, Simón Pérez al bajo, Alejandro Moreno al violín; Lolo Díaz era el batería, pero ha tenido que dejar la banda por diferentes motivos y Juan Rodríguez, el batería de Sevilla Distorsión, nos echará una mano en este concierto y probablemente también en los próximos, y si puede y nos entendemos será quien grabe la batería en el disco; y el octavo miembro es Antonio Peñalver, un trompetista de Alicante que está estudiando música en nuestra ciudad desde hace tiempo».
Y ya hemos introducido en la charla el tema del disco que Los Quetedije están preparando, algo sobre lo que me interesa mucho que Damaso me hable también. «Todavía no está grabado; llevamos la mitad de las pistas grabadas y pre producidas, con guías de guitarras y voz, mapas de tiempos, todo lo que da forma al esqueleto de las canciones. Lo hemos hecho en el Home Studio de Pablo, que es técnico de sonido y se dedica al cine y la producción musical. La grabación final la haremos con Curro Barroso en Variedub, que es con el que hicimos el reggae de El despistao. El estudio está en Almensilla, en el campo, que es un factor vital para nosotros porque esa grabación ya fue diferente a todas las demás que habíamos hecho; Curro nos abrió las puertas de su casa y, además de grabando y trabajando, estuvimos allí conviviendo, escuchando todos la parte que grababa el compañero, dando nuestras opiniones, viendo que las cosas cambian de un día para otro; estuvimos dos fines de semana y recibimos más cariño que en un estudio alquilado por horas, que sería más frío aunque pueda tener más nombre y fama. En la grabación de ese single encontramos algo que queremos imprimirles a las grabaciones que vienen, sobre todo la tranquilidad que nos falta últimamente, que estamos haciendo las cosas con la fecha en la cabeza en vez de con el resultado».
El disco también mostrará un cambio de dirección en la mezcla de rumba, cumbia y reggae con la que comenzamos a conocerlos. «A mí personalmente el reggae no me gustaría dejarlo nunca», me confiesa Dámaso. «Porque además es una especie de seña de identidad del grupo. Los puristas del reggae a lo mejor me tirarían los trastos a la cabeza, pero para mi es una herramienta, un estilo musical que utilizamos mucho porque yo me siento cómodo cantando sobre él y porque es lo que más consumo, así que va a estar siempre ahí. Lo que vamos a dejar atrás no son tanto los estilos como los sonidos; va a ser un cambio en el color, no en la forma. No es lo mismo, pero vamos a hacer lo nuestro en un envase diferente». Una muestra de ello podemos apreciarla en el concierto en streaming que hicieron no hace mucho para Vackstage. «Una experiencia muy novedosa. Un concierto muy profesional, en estudios muy profesionales, los de Tempo, en los que estábamos solos; terminaban las canciones y teníamos que ser más continuativos para que la gente que estuviese viéndonos en su casa no perdiese mucho el hilo».
Me interesa también conocer las razones que han llevado a la banda a este cambio. «Ha sido debido a que nosotros también somos diferentes, a que hemos evolucionado como personas y como músicos. Aunque probablemente nos metamos a grabar a principios de verano, tenemos como objetivo sacar el disco para invierno, o principio del 2023 siendo más realistas, pero todo ese tiempo lo vamos a dedicar con mucho cariño a grabarlo sin prisas y a ver los temas desde otro prisma; no a grabar lo que ya tenemos, sino que vamos a ver cómo son las canciones y a la hora de producirlas vamos a intentar que den todo su potencial. En el ultimo EP que hicimos, aparte de que éramos mucho mas inexpertos y de otra serie de circunstancias que influyeron en su grabación, teníamos como un poco de ansia, un poco de prisa en sacar cosas y sobre todo hacerlo también de una forma fiel que pudiésemos defender en directo; ese EP está grabado bajo la premisa de que no hubiese arreglos o partes que no pudiésemos tocar en directo. Y en este primer disco que vamos a sacar vamos a hacer todo lo contrario; vamos a intentar ir con todo y luego en el directo hacerlo lo mas fiel posible; pero no es indispensable, sino que si a mí en esta canción me inspira que haya un acordeón, y ninguno toca el acordeón, pues buscamos a quien lo toque, que lo grabe y ya veremos si en directo lo puede tocar también o esa parte la hace Alejandro con el violín. Pero queremos sacar un contenido que cuando lo escuches en tu casa de verdad te despierte lo que nosotros queremos transmitir».
Cuando les escuché en el Sofar Sound comenzaron su concierto con la primera canción de su carrera, Si me buscas me encuentras, que habla de una habitación sucia, que somos nosotros mismos, en realidad, y nos cuesta trabajo dejar pasar a nadie a nuestro interior, porque no lo tenemos muy presentable; después siguieron con Vente, su último single, en el que decían todo lo contrario, que hemos conseguido que alguna persona nos ayude a sacar toda esa basura interior y dejar un sitio bonito para convivir con ella. ¿Esa evolución personal se refleja en las nuevas canciones del disco, son autobiográficas? Dámaso me lo aclara. «Todo tiene un germen; se basan en la realidad y en vivencias personales, casi siempre mías, pero no es algo evolutivo, sino que va por etapas. En esas canciones que citas, yo me siento a veces como Si me buscas y en otras ocasiones me siento como Vente, pero no son etapas que se van quemando, más bien son cíclicas; todos pasamos por eso, por veces que estás más contento contigo mismo y otras que menos. Y además es sano también saber que nada es eterno y que al final las emociones, más que propias, pasan por nosotros, las sentimos, y se van y llegan otras. Y son positivas o negativas según cómo nosotros hayamos manejado esas emociones. A mí me gusta que las canciones de una época tengan su desenlace en las de otra época posterior, que se vayan contestando y se vayan cerrando círculos. En esas canciones de las que hablamos, con nosotros como una habitación sucia y desordenada, en la que luego nos sentimos con la libertad de compartirla con alguien que nos ayude a limpiarla… si después se vuelve a ensuciar tampoco me importa».
Cuando el disco esté terminado habrá que editarlo. Le pregunto a Damaso si recurrirán a la forma tan actual del crowdfunding para hacerlo. «Es algo de lo que todavía no hemos hablado. Hay bastantes ideas porque somos muchos e intentamos que la opinión de todos tenga importancia. El crowdfunding está ahí, es una opción que a muchos compañeros les ha funcionado bien. Yo soy de los más reticentes porque creo que una opción de financiación como el mecenazgo es una bala de una sola vez, no puedes hacer un crowfunding cada vez que vayas a sacar un trabajo; y al final nosotros estamos haciendo muchos conciertos, estamos vendiendo mucho merchandising y tenemos muchas formas de autogestionarnos y pagar nuestro alquiler de local de ensayo, equipo, desplazamientos, de forma eficiente. Porque nosotros no cobramos nada de la música, de momento; todo lo que ganamos se guarda en una cajita con llave y lo reinvertimos en el proyecto. Espero, aunque no lo he hablado todavía con ellos, que sigamos siendo autosuficientes al menos para sacar este disco; si no tampoco tendría problema en hacer el crowdfunding, pero creo que eso lo dejaría para un disco posterior; creo que este todavía se puede sacar con nuestros medios».
Alguien le dijo a Dámaso una vez que las canciones no se terminan, sino que se abandonan; porque el individuo sigue evolucionando y quiere seguir arreglando las canciones. Como individuo vas aprendiendo cosas, quieres ponerlas en la canción y de ese modo no terminarías de sacar el disco nunca. «Si nosotros lo hubiésemos hecho así, el Si me buscas me encuentras no hubiese salido nunca», dice él. De ese modo, canciones abandonadas, que no terminadas, en su momento, ahora se van a retomar de una forma diferente. «En este concierto vamos a interpretar El pirata de una forma absolutamente nueva; reconocible, pero distinta. Seguirá existiendo el riff, la melodía es la misma, la armonía también, pero las dinámicas y los cambios nuevos que le hemos implementado van más acorde con los que nosotros somos ahora y con cómo entendemos nuestra música. Muestra lo que podemos hacer sobre una canción tan simple y sencilla, pero que a la vez es la que mejor se sabe la gente de todo nuestro repertorio. Es un riesgo que asumimos».
Un riesgo, añado yo, que además va a marcar su futuro, del que el concierto del jueves es el primer paso. «Aunque parezca que no, pero tenemos una actividad frenética últimamente; aunque no estemos haciendo grabaciones, ni creando contenido, estamos dando más conciertos de los que se ven. Por eso quiero parar y afrontar la grabación del disco con el máximo beneficio, porque estoy preparado para hacerlo, aunque me afecte la presión. Para el concierto de pasado mañana estamos ensayando mucho porque es muy importante; porque se ha retrasado mucho y porque van a venir a él muchos compañeros que van a ver y escuchar el concierto con un prisma distinto y nos gustaría demostrar que seguimos ahí después de todos estos años. Han venido grupos que se han ido, que han pegado un subidón y han vuelto a caer, que han salido de la nada y lo están reventando; nosotros también tendríamos que estar ahí. Tenemos que mirar más a esos que saben transmitir sus proyectos de forma personal y profesional, porque para conseguir la excelencia hay que fijarse en los que lo están haciendo muy bien, no solo en los que tienes al lado. Ni dejarte llevar por celos con esa gente que tiene diecisiete fechas cerradas cuando nosotros hemos tocado en Sevilla y Algeciras y ahora tenemos que parar para grabar el disco, porque a lo mejor esa gente que ahora tiene diecisiete fechas paró para grabar su disco hace un año. Para compararse hay que saber muy bien con quién y cuándo, porque al final todo el mundo tiene su proceso propio».
Y aunque nuestra escena local y la manera de hacer las cosas en ella tiene muchos detractores, Los Quetedije tienen muy claro que estar en Sevilla les proporciona una posición estratégica. «Aquí hay movilidad, hay conciertos en un sitio y otro, el que era batería de una banda ahora saca cosas en solitario y mucha gente se está animando a sacar todo aquello que tenía guardado o a retomar su actividad, porque está viendo que el de al lado se está atreviendo a hacerlo. Nosotros tenemos la suerte de ver todo eso desde nuestra barrera, aunque no hayamos terminado todavía de saltarla. Este concierto es vital para seguir dando toques de atención; estamos aquí y vamos p’arriba, no solo tocamos en bares y sitios pequeños, sino que estamos aquí y a partir de ahora vamos a estar también allí». Y a esa aseveración no es necesario añadirle nada más.