Después de avanzar en los últimos meses tres temas, Cuerpo ligero, Lágrima en la arena y Hoy verás, la banda sevillana de rock callejero Los Tiestos dio a conocer por fin en diciembre su primer disco largo, de título homónimo y que incluye trece canciones, entre ellas asimismo las que habían ido apareciendo desde que arrancaran allá por los albores de 2019, caso de Casapuerta, Sin patria o La calle. El disco ha sido grabado, mezclado y masterizado en Estudio Bakteria por Dani González, baterista de la banda, e ilustrado y maquetado por Estudio Kepler.
La nota promocional presenta el trabajo en estos términos: «Para quienes los conozcan y los que no, nos presentan recopilados en este long play trece canciones de las que vienen haciendo en sus directos fumático-festivos, mucho más perfiladas, mimadas y con todo el cariño tanto de los propios componentes de la banda como de todo el elenco de artistas que ha colaborado dejando su impronta frescura». Los componentes, amén del citado González, son Peele Pagarc (voz y guitarra), Mateo Amieva (voz y guitarra), también en La Tomatera, y el bajista Ale Ramírez, también en La Tribu del Caracó y Luttopía.
El disco empieza con La calle, segundo single que lanzaron antes siquiera de que se plantearan la grabación de este LP, y quizás la más representativa canción de este grupo fresco, sin complejos y, por qué no decirlo, sin vergüenza. En el segundo corte nos sorprenden con un 3/4 que te puede recordar desde Triana hasta a Chambao, con protagonismo de las programaciones y guitarras flamencas. En el tercer track, titulado Sinsusol, nos llega la segunda sorpresa y aparece El Canijo de Jerez cantando con Peele y coreado por el resto de la banda, dando un melancólico placer a los oídos que lo escuchan. Oda al profundo sentir por la tierra andaluza. Un tema pop con guitarras eléctricas grabadas por Pequeño Carlos y que va desde los Maná hasta los mismísimos Extremoduro, del amor al odio y del monte a la playa. Para el cuarto tema, Sin patria, vuelven a otro tema ya publicado en marzo de 2019 en formato videoclip en directo, aunque esta vez lo resuelven con un momentazo punk, que te puede recordar a Gérmenes, Poncho K, Reincidentes o cualquier otro grupo de la escena punk española de los 90.
Podríamos seguir deshilachando cada una de las canciones tan dispares como equilibradas en cuanto a producción, sonido y personalidad pero a grandes rasgos quien escuche este disco sentirá que pasea por el Carnaval de Cádiz, por la Norteamérica de los años 60, se tostará en la playa bebiendo botellines, se sentirá un vaquero en el Oeste, bailará una marchosa batucada y para rematar se acabará tomando un cafelito esperando a que venga María en cualquier bar de la sevillana calle Feria.
Sin virtuosismo, pero con alma, frescura, gracia y mucho sentimiento, tanto en la pena como en la alegría, Los Tiestos te acompañarán por su universo terrenal. Si algo queda claro en este disco, es que estos cuatro tiestos han llegado a la escena musical para echar raíces y hacer que florezca con su música la alegría, la amistad, el amor, el compañerismo, la lucha, la igualdad… en estos momentos tan surrealistas que nos está tocando vivir.