- LVL1 inyecta ritmos de baile a la música urbana en su single de debut, FVN!, con el apoyo de un divertido videoclip en el que muestra su múltiple personalidad
Puede que LVL1 no sea sevillana, pero por sus venas corre sangre como la nuestra y tiene los genes de uno de los guitarristas de más largo recorrido de la escena musical local de los años 80, Toni Barea, al que pudimos escuchar en bandas como Ley Seca, Dulce Venganza, Cruella De Ville, Parapléjico y los Monos o Ansia y los Fugitivos. Y en realidad la propia LVL1 debió nacer sevillana; así lo tenían previsto sus padres, pero los giros de la vida hicieron que tuviesen que cambiar de planes y finalmente ella nació en Algeciras.
Pero no solo viene a nuestra web disonante por sus antecedentes sevillanos, sino porque en un clima de política cultural absolutista y pautas rígidas de marca personal, LVL1 se arriesga apostando no ya solo por la dualidad, sino por una doble dualidad que, inventándonos una palabra, podríamos llamar tetralidad, sin importarle lo aparentemente opuestas que sean unas identidades a otras. Y con esta base acaba de lanzar hoy mismo el single con el que comienza su nueva carrera, como una expresión de multiplicidad, explorando las muchas capas de su personalidad con estilo, incluso con vulnerabilidad, y a nosotros nos llena de orgullo y satisfacción presentártela con el video que apoya la salida de su canción, de nombre FVN!, descarada, despiadada y, sobre todo, divertida. Y esos adjetivos se pueden aplicar tanto a la canción como a la cantante.
La canción FVN! aparece escrita de esa forma para seguirle el juego al nombre artístico de la Luli, ese LVL1 en el que la U es también sustituida por una V. Y supone la carta de presentación de una artista que en el video muestra cuatro alter egos de su propio personaje, que ella misma me enumera. «Aparece mi versión macarra, líder y punki, que es la del bar japonés; una versión mía que es una parodia de lo hiper femenino, que es la de la peluca rubia; mi versión camp y kitsch, que es la de la gorra y la última, que es mi versión fiestera autodestructiva. Son dimensiones de mi personalidad, de las muchas facciones de mí misma distintas que albergo dentro de mí, porque no consigo entenderme como una sola».
El videoclip ha sido realizado por Jorge Parejo y Laura Cortés, una pareja que LVL1 conoció a través de un amigo común y que a pesar de ser tan jóvenes como ella misma ya atesoraban cierta experiencia en la realización de videos, basada sobre todo en el trabajo que Jorge ejerce en el cine como director de fotografía. La combinación de música e imagen que han conseguido es agilísima y su estética colorista forma parte esencial del contenido narrativo.
FVN! es una canción vivaz y con un ritmo muy marcado, un complemento muy bienvenido a los sonidos urbanos de otros intérpretes igual de jóvenes que apuestan por las facetas más serias y graves de este estilo, aunque sigan teniendo en común la plena consciencia de sí mismos y de su entorno. «En la canción hablo sobre pasarlo bien, atreverse, plantar cara y no tomarse demasiado en serio las cosas», me dice LVL1 sobre el fondo de FVN!, y le pido que me hable también de su forma. «La base musical está principalmente producida por Trillfox, que es Luis Alonso Caranza Vergara. Grabé la voz en el Home Studio de Toscano, otro ex Queer Mafia como yo, que realizó también la mezcla principal del tema. Finalmente, mi mejor amigo Emilio Martín, aka Cerescente, se encargó de añadirle algunos efectos y de llevar a cabo un máster casero. La composición de la letra y la melodía es mía, haciendo un guiño en el estribillo a una de las canciones más emblemáticas del pop de los 80, el Girls just wanna have fun de Cyndy Lauper».
En la canción escuchamos a LVL1 decir ya dejé la mafia pero sigo siendo queer, y que también se haya referido a sí misma como una ex Queer Mafia me da pie a preguntarle sobre su anterior recorrido musical y nos pone en antecedentes con mucho detalle. «A finales de 2018, junto con dos viejos amigos algecireños, fundamos desde Granada un grupo de música urbana llamado Queer Mafia. Empezamos casi como una broma pero poco a poco fuimos llegando a oídos de la modernidad granaína, que nos acogió en sus fiestas, locales y escenarios. Nuestro estilo era básicamente una parodia del fenómeno trap. No hacíamos nada que realmente sonase a lo que de verdad es el trap de EEUU, ni nuestras letras ni formas de vida lo representaban, pero la descontextualización de este género en España hizo que quienes nos escuchara diera por hecho que eso es lo que hacíamos. Es más, le aportábamos una dimensión LGBT ya que los dos vocalistas y frontmen, Mauro y yo, la Luli, formamos parte del colectivo y no teníamos ningún reparo en cantar sobre ello. El tercer miembro del grupo, Toscano, se dedicaba a la producción instrumental y, en los directos a ejercer tanto de técnico de sonido como de DJ».
La carrera música de Queer Mafia fue tan corta como intensa y de ella queda constancia en una mixtape informal que está disponible en Soundcloud y puedes acceder a ella a través de este enlace, además de dos singles aislados y el EP de nombre Muchas curvas, que está publicado en Spotify y reproducimos también ahí más arriba..
LVL1 sigue contándome cómo fueron aquellas primeras experiencias. «Toda la música que hicimos tenía una cosa fundamental en común: se grabó en el apartamento de estudiante de Toscano con el micrófono profesional más barato que pudimos comprarnos y, casi la mayor parte del tiempo, borrachísimos. Esta actitud totalmente informal y macarra fue la que nos abrió las puertas de eventos en los que nos ganamos los corazones del público inmediatamente, así como el del Patrón de Bellas Artes de Granada. También llegamos rápidamente a oídos de algunos medios enfocados a la música urbana, como El Bloque TV, que nos dedicó un pequeño espacio en su programa sobre Granada. Pero lo que muy rápido sube, más rápido baja. Se pasó la novedad, nuestra amistad se enfrió y dejamos de tener el combustible creativo que nos había sobrado todo ese tiempo. No quedó otra que tomar caminos separados y esto ocurrió recién comenzado 2020. Meses después me encuentro en medio de una pandemia de vuelta en Granada, estudiando Diseño de Moda y con un bloqueo creativo que parece que no se va a recuperar. Pero se recuperó, y parí la canción que estoy compartiendo hoy con el mundo, así como este nuevo personaje que interpreto y que me va a ayudar a defender todo el proyecto musical que estoy poniendo en marcha».
El inicio del proyecto es brillante; trapero y ravero. Esta FVN! posee todas las señas de identidad de las piezas que tienen en su set los DJs que revitalizarán las pistas de los locales de aires más contemporáneos cuando amainen las tormentas de la pandemia.