Desafiando a unas previsiones meteorológicas que dejaron en Sevilla este fin de semana el 20 por ciento del agua caída en todo el año 2019, Monkey Week SON Estrella Galicia ha superado todas las expectativas y celebrado su edición más exitosa hasta el momento. Sus cifras así lo avalan: más de 10.000 asistentes, más de 1.400 profesionales acreditados, más de 80 ponentes y conferenciantes procedentes de 30 países y más de 160 actuaciones en directo de 128 artistas llegados de 30 países diferentes. Y un impacto económico en la ciudad superior a los dos millones de euros.
Fiel a su espíritu valiente, Monkey Week ha vencido en su undécima edición, celebrada desde el pasado miércoles 20 de noviembre hasta el amanecer del domingo 24 de nuevo en la ciudad de Sevilla, a las inclemencias meteorológicas que azotaban gran parte de Andalucía. Ni siquiera la alerta amarilla decretada en la jornada del viernes 22 pudo con una nueva entrega de este singular festival 100% urbano que se ha consolidado, un año más, como el punto de encuentro indispensable para la industria musical de nuestro país. Y de gran parte del extranjero.
Porque esta no ha sido sólo la edición más exitosa del festival hasta el momento, con unas cifras apabullantes: también ha sido su edición más internacional, con más de 80 conferenciantes llegados de 30 países diferentes y 128 artistas con veinte nacionalidades distintas. A estos números hay que añadir otros, que ratifican la identidad del festival como punto de encuentro indispensable para la industria musical: más de 1.400 profesionales participantes, más de 190 periodistas acreditados y más de 10.000 personas como asistentes a los 14 espacios escénicos que convirtieron Sevilla, un otoño más, en la Ciudad de la Música.
Monkey Week ha contado, como viene siendo habitual, con los espacios de la Alameda de Hércules y alrededores, que durante el resto del año apuestan también por la música en directo y el ocio nocturno: Monasterio (donde se ubicaba el Escenario Tomavistas), Discoteca Ítaca (que albergarba el Escenario Festival Marvin), Sala FunClub (con su Escenario AIE), Holiday by Obbio, Kafka, Sala X, Sala La Calle y Sala Even. Además de destinar el Teatro Alameda a ofrecer los conciertos de los artistas principales en el Escenario SON Estrella Galicia, y concentrar su actividad profesional en el Espacio Santa Clara, antiguo palacio almohade que acoge entre sus paredes otros dos escenarios: el Escenario INES en colaboración con el Instituto Cervantes y el Escenario Fundación SGAE. Sin olvidar los tres escenarios gratuitos diseminados en pleno bulevar de la Alameda de Hércules: el Escenario Alameda, el nuevo Escenario ICAS y ese ya clásico Escenario Jägermusic y su concurrida pista de coches de choque.
A todos ellos concurrió un caudal de público –profesional o no– que ha podido disfrutar de noches tan celebradas como la que el sábado cerraba esta undécima edición del festival y que vivió su momento de mayor afluencia de público con los conciertos casi simultáneos de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba (en el Escenario SON Estrella Galicia), Belako (en la Party & Showcase Live Nation celebrada en la Sala Even), Quentin Gas (en el Escenario Jägermusic) y Bosco (en el Escenario Alameda). Y que finalizaría en esa traca final protagonizada por Camellos en la Sala X.
Son apenas cuatro conciertos de los más de 160 celebrados en el festival, y que han dejado para el recuerdo nuevos y múltiples descubrimientos (la transgresión de RomeroMartín, la mordida de La Tiguerita, el encanto de Mengansito El Guapo, la elegancia de Manola, la vitalidad de Jessiquoi, la fiereza de Side Chick, el desparpajo de Compro Oro, el arrojo de Los Mejillones Tigre…) y certificaba el inmejorable estado de salud de promesas devenidas ya en realidades como Ortiga, Baiuca, Alberto & García, María Guadaña, Monterrosa, Amparito, Colectivo Da Silva, Uniforms, Bronquio, María Yfeu, Zulu Zulu, Los Saxos del Averno o Yana Zafiro, por citar solo un puñado de nombres. Sin contar, ojo, con los directos de artistas ya tan consolidados en nuestra escena como Carolina Durante, Cariño, Neuman, Núria Graham, Los Punsetes, Le Parody, Texxcoco o I am Dive, entre otros. Mención especial para Los Jaguares de la Bahía: Paco Loco y compañía llegaron al festival in extremis para suplir la ausencia de Tropical Fuck Storm, que nos privaron de su concierto por culpa de una gastroenteritis aguda.
Pero como comentábamos al principio de estas líneas, ningún contratiempo –ni climático ni por ausencia– ha podido empañar la edición más exitosa del festival hasta ahora, que ha arrojado en Sevilla un impacto económico superior a los dos millones de euros y que ha consolidado, un año más, su naturaleza de festival urbano multitudinario y feria profesional de proyección internacional. Cabe destacar la importancia de esto último: las Jornadas Profesionales Eventbrite Monkey Brain, que contaban de nuevo con la colaboración de instituciones tales como Fundación SGAE, Acción Cultural Española (AC/E), Extenda-Agencia Andaluza de Promoción Exterior y AIE, entre otras.
No sólo han propiciado negocio y nuevos contactos para los más de 1.400 profesionales asistentes, sino que también han servido de debate sobre temas tan candentes en la actualidad como los retos de la industria musical ante el cambio climático, la transformación en el consumo cultural en la era digital, los riesgos de salud entre los profesionales del sector, o la posibilidad de una escena musical paneuropea en los tiempos del Brexit. Unas jornadas que contaron con invitados de excepción, incluyendo nombres tan respetados como Dave Rowntree, batería de Blur y miembro del Partido Laborista británico, la psicoterapeuta Cristalle Hayes, o los supervisores musicales responsables de éxitos como Stranger Things, El Embacadero, Élite y Black Mirror.
Asimismo, y un año más, Monkey Week SON Estrella Galicia ha extendido su programación oficial con numerosas actividades paralelas en diferentes rincones de la ciudad, con especial mención al concierto que Rocío Márquez ofreció, en colaboración con la ONG Solidarios, en el Centro Penitenciario Sevilla 1 para el disfrute de los internos. Una prueba más también del compromiso social del festival, patente también en las medidas puestas en marcha en pos de la sostenibilidad del mismo, como el uso de vasos reciclables y una campaña de concienciación sobre limpieza (actividades ambas en colaboración con Lipasam), o la colocación en plena Alameda de Hércules de plazas extra de parking para bicicletas, que elevaban la oferta por encima de las trescientas. Además, y otro año más, los horarios de actividad musical en los espacios públicos ha sido de lo más respetuoso, finalizando todos los conciertos a las 23.45 horas.
Fotos: Javier Rosa