United Ghosts. Sala X. 20 de junio de 2019
Hay veces que habría que darle una buena manta de hostias a quien redacta las notas promocionales de las bandas que salen de gira. De United Ghosts decían los papeles que era un dúo de Los Ángeles que hace dream pop ensoñador y electrónica oscura… hubiese sido perdonable que se hubiesen equivocado en eso de Los Ángeles, porque Sha Sabi, la bajista y cantante, es de Atlanta, y Axel Steuerwald, el otro cantante y guitarra principal, es alemán. Y tampoco son un dúo, porque aparte de ellos dos estaban también Michael Deragonen, otra guitarra y unos teclados que solo tocó en un par de canciones, y Joey Ponchetti a la batería. Pero en lo que realmente han estado absolutamente errados ha sido en la descripción de su estilo de música, lo que seguramente ha sido un factor importantísimo en que a la hora de empezar el concierto solamente estuviésemos quince espectadores en la Sala X. Luego entraron cinco o seis más, pero no me cabe la menor duda de que se hubiesen vendido muchas más entradas si la gente hubiese sabido que United Ghosts son una fantástica banda de sonido Manchester de los 90 con canciones estupendas que te hacen bailar como si estuvieses en el Hacienda escuchando música de los grupos de Factory Records…
… o de Sarah Records , porque la primera canción, Holes into the night, sí comenzó con una base electrónica muy suave y motorik, para seguir con una melodía cantada por Sha muy ligera y evocadora. La segunda canción sirvió justamente para lo que dice su título, deshipnotizarnos. Unhypnotized nos despertó del sueño alegre con unos acordes dignos de Joy Division pero como si quien estuviese al frente de ellos en vez del triste de Ian Curtis fuese el majara de Kevin Shields. A la obsesiva voz de Sha respondía Axel con otra voz tan nebulosa como las texturas que sacaba de su guitarra. No llegaron a la profundidad sonora de My Bloody Valentine pero la proyección de sus canciones, sobre todo en esa parte vocal de Axel, mantenida también en el Modern crime que siguió, se nos venía encima como polvo apocalíptico. El electro-indie como apropiada banda sonora para una película de cine negro.
Hasta ahora no habían interpretado nada de su último disco, Saturn days, el que se supone que están presentando; pero Ride baby ride, la primera de las que eligieron de ahí, supuso una bocanada de aire fresco que nos levantó los ánimos. Si hasta ahora la música de United Ghosts había sido nocturna, de pronto el sol se abrió paso en el estribillo de esta canción y ya siguió alumbrando durante Sparks from a cold star, una canción que debería formar parte del set de cualquier DJ que quiera poner a bailar a una sala, y Out of love, en la misma sintonía de la anterior pero con un toque más mórbido que la hacía incluso más atrayente.
Las atmósferas se volvieron fosforescentes y magnéticas con Waves y sus loops golpeándonos el pecho… siento las ondas, siento las ondas… repetía Sha, y nosotros quisiéramos habernos fundido con ella en esas ondas, y no hablo solo de fusión emocional, sino también física, porque es, y en esos momentos se presentaba aún más, atractiva a más no poder.
Ever closer es una canción de glam rock. Sí; luego termina siendo otra cosa, pero al principio parece que estás oyendo la música que daba paso a la voz de Marc Bolan… con ella dio comienzo el tramo final del concierto, ahora ya sí con canciones todas del disco que presentaban. En Melodista se nos volvió a aparecer la Sha más rodeada de divinidad, dulce, sedosa, el glamour no lo ponía ahora la música, sino ella, con pose shoegazer a la que puso punto final con la última nota de la canción, porque después de eso nos miró a todos desafiantemente, como si nos dijese: «Nos vamos, pero antes vamos a dejar caer sobre vosotros el muro de sonido que hemos construido en estos últimos minutos»… y de pronto se convirtieron en los Primal Scream transfigurados en los Stones Roses y nos dejaron un All you sad boys que fue la perfecta definición de cómo nos quedamos cuando vimos que se retiraban sin hacer un solo bis: todos tristes. Si hubiésemos sido más espectadores seguro que ellos se hubiesen quedado más tiempo de los escasos cincuenta minutos que nos dieron de concierto. Pero los pocos que fuimos quedamos impresionados con su inolvidable actuación.