- Veinte años después de su comienzo en la escena sevillana, Manuel Vázquez reactiva a Puercospines con nueva formación, editando el disco Así habló Zappatustra
Manuel Vázquez Rico es un músico sevillano, que pasa ya un poco de los sesenta años, al que siempre se le ha asociado a la figura de Silvio, aunque ha tenido bastantes más proyectos musicales a lo largo de su vida. Pero es que la sombra de Silvio es más alargada incluso que la del ciprés de la novela de Delibes y si a eso unimos que Manuel formó parte de Los Diplomáticos, el grupo que acompañaba al mítico rockero sevillano en el último tramo de su vida, se entiende perfectamente esa asociación de nombres de uno y otro.
Pero hace unas semanas Manuel ha vuelto a salir a la superficie musical local al frente del grupo Puercospines con la edición del disco Así habló Zappatustra, disponible en todas las plataformas de escucha habituales. En realidad Puercospines es una banda que ya dio sus primeros pasos en 1999, con una formación que además de Manuel a la guitarra y la voz tenía a Nani Conde en el bajo y a Marcos Gamero en la batería, músicos los dos de contrastada trayectoria profesional en la ciudad. Durante los cuatro años que estuvieron funcionando grabaron dos trabajos, más en formato maquetas que discos, y desaparecieron en 2003. El nombre de Puercospines volvió a ver la luz en 2019, rodeándose Manuel esta vez de Enrique Rivas, aka Kique Duckieboy, en otra guitarra; Mani Zamora al bajo y Javier Tovar a la batería; siendo esta la formación base que ha grabado el disco que te presentamos hoy en nuestra web disonante: Así habló Zappatustra, autoeditado por el propio grupo.
Para darle un adecuado contexto a Puercospines me pongo en contacto con Manuel y le pido que me hable un poco de la historia de la banda, de las diferencias entre aquella primera formación y la actual, de cómo funcionó y de por qué llegó a su final. «La primera formación fue una apuesta por la autoproducción; un experimento en el que Marcos y yo nos empeñamos con lo mínimo de lo que disponíamos, porque no teníamos ni escuchas profesionales, solo unas columnas Peerless de un equipo HiFi heredado de mi padre y un Pentium 200, además de unos cuantos programas de audio piratas. Nani llegaba cuando podía y nos tocaba los últimos slaps que había sacado y con eso me las ingeniaba para ir dándole forma a los temas. La segunda maqueta fue un poco más elaborada, con colaboraciones importantes como las de Nacho Collado, Víctor Gaitán o El Pechuga, pero también con muy escasos medios: algún previo para la voz, un micrófono un poco mejor, algún programa nuevo… La verdad es que entre el Nani, que ya entonces no paraba de trabajar, y nosotros con nuestros jaleos con Silvio con sus Diplomáticos, hicimos unas pocas actuaciones en directo y aparcamos el proyecto. Yo, aunque no he parado de hacer música, me enfrasqué en el sindicato, porque me liberaron en CCOO y al poco tiempo me dieron una responsabilidad gorda, y me limité a mi grupo de versiones, The Rest, con Alberto Parra, conocido por haber sido parte del grupo Charol; además de Roberto Alda y Marcos. Formé parte también de la reaparición de Luzbel, que duro un par de años, y una formación de jazz rock, por llamarlo así, que evolucionó a partir de un repertorio instrumental que, en principio, montamos los Diplomáticos. Cuando Pedro G. Mauricio se bajó del carro probamos suerte con Manolo Leria, con el que formamos Los Invasores, proyecto con el que también tenemos algunos temas propios que lanzaremos antes de final de año».
Y una vez asentado el pasado, volvemos al presente. Y me interesa saber por qué Manuel retoma de nuevo este proyecto de Puercospines. «Porque hace tres años hubo una movida política interna en el sindicato y me echaron. Volví a mi puesto de la Junta bastante confundido y amargao… pasé de recibir hasta cuarenta llamadas diarias a no recibir ninguna; y decidí retomar lo que tenía abandonado hace veinte años, mi música, mis letras, mi manera de expresarme… la banda la monté en paralelo a todo esto hace un par de años. Kique es un personaje peculiar, polifacético, que también pinta y acaba de publicar una novela, que era vecino de local y junto con Mani formaban ya parte de la vasca con la que me juntaba. Ante la dificultad de contar con Marcos, mi batería de cabecera, llame a Javi Tovar, con el que trabajé unos cuantos años con Reciclados, otra de mis apuestas de música propia». Una forma de ser y de relacionarse con la sociedad y la gente que le da forma, la de Manuel, que queda bien patente en las canciones de Así habló Zappatustra.
Me llama la atención que prácticamente todas las canciones son de tempo suave, o medio, como mucho; solo se aceleran un poquito en la última canción precisamente, Teléfonos con dientes. ¿Significa eso que están todos ya too old to rock’n’roll, o qué? A las bandas sevillanas en las que hay músicos veteranos, como es el caso de esta, les va más el rock urbano, el blues… sin embargo Puercospines no se ajusta a ese canon. «Empecé componiendo con una idea, esa que dices del rock, blues y terminé con el funky, que al final es lo que más me pone. He tocado muchos palos y sigo con Los Diplomáticos dando caña con los temas más rockeros de Silvio, pero para expresarme y que se entendiera bien el mensaje opté por no forzar la máquina. De todas formas para el directo hemos recuperado algunos de los temas con más tralla del primer álbum».
Este recuerdo de Manuel al primer álbum, unido a que en el disco hay dos canciones, la que le da título y Dime con qué, en la que aparte de algún coro solo toca con Marcos y Nani, los Puercospines primitivos, me lleva a preguntarle si el disco se ha grabado muy a salto de mata; porque además los músicos varían mucho de unas canciones a otras y aparecen muchos colaboradores también, como Emilia Pinzón, Félix Roquero… «Después de recuperar y reciclar algunos temas de la primera formación y de grupos anteriores escribí varias letras nuevas y comencé la ardua tarea de composición, arreglos, diseño sonoro, etc. Tuve la suerte de contar con algunos amigos como Paco Transido, con el que colaboro asiduamente en sus trabajos, o Marcos, que me grabó las baterías y me ayudó con la definición del sonido del grupo. Cuando los temas estuvieron claros empezó la fase de colaboraciones, las guitarras de Félix Roquero y Manolo Lería; Emilia Pinzón, Paco Transido o Guille Romero, llamado Doc por ser médico internista en el Valme; también Ibu Diabate, Alberto Parra y Asen López. Para la mezcla y la masterización, que fue cuando nos cogió la pandemia, me puse en contacto con Edu Ruiz Joya y sin conocernos de nada empezamos a trabajar. Gracias a su paciencia en mayo del año pasado estaban terminados los nueve temas que en un principio pensábamos incluir. Pero teníamos tanto tiempo por delante, ya que era absurdo hacer el lanzamiento entonces, y habíamos aprendido tanto de Eduardo que en paralelo íbamos haciendo nuestras propias mezclas y masters, por lo que al final añadimos dos temas más al disco. Seguimos con los nueve temas y terminamos teniendo dos masters diferentes. Al final hemos optado por utilizar el de Edu para el CD en formato físico y el nuestro para internet».
Otra de las cosas que diferencia a Puercospines de las bandas de corte añejo sevillano es que las letras de estas hablan de conceptos antiguos, cuando no completamente desfasados, o que forman parte de la iconografía del rock más clásico, pero las de este disco hablan de pobreza… nadie busca en la basura caviar, jamón o gambas, en Nadie ya no es nadie; de maltrato a la mujer… loca por espantar la pesadilla donde nadie te auxilia y el infierno es tu familia, en Rota; de la guerra… vendrán de nuevo taimados charlatanes con banderas de muerte a gritar, en Mil y un millón de veces; de ecologismo… ¿qué haremos luego si se muere el mar?, en Dime con qué; de postureo… no te bajes de tu tren, siempre dices que estás de vuelta, en La misma historia; de acomodarnos a todo… acostumbramos a vivir infiernos desde un sofá, en Muérdeme; de ombliguismo… si entre nosotros machacamos al disidente, cómo esperar que encima se sume la gente, en Divididos; de religión… todos dicen ser profetas del auténtico y único Dios, en Así habló Zappatustra…
Pero sí que tienen un detalle común a todas esas bandas mencionadas antes, que es la referencia a Silvio. «Pero en nuestro caso la referencia a Silvio era obligada», me dice Manuel. «Durante los veinte años que se cumplen en octubre de que se fue, no he parado con diferentes formaciones de interpretar los temas del primer y del último disco. De hecho llevamos desde 2016, aunque el año pasado se tuvo que suspender por razones obvias, organizando Va por Silvio! con invitados como Gautama, Felix, Jose Maria Sagrista o Emilia Pinzón. Últimamente, además, hemos integrado en la banda a Emilia que interpreta la parte de Sacramento del repertorio silviano y refuerza los coros del resto».
De todas formas, las referencias a Silvio de estos Puercospines están muy cuidadas y hechas muy bien, de forma que, como podéis observar en el video anterior, la canción que le dedican, Tito Silvio, tiene una letra tan discreta en la que ni siquiera lo mencionan. Le pregunto a Manuel por qué esta canción no está en el disco, aunque doy por hecho de que es por ser posterior a su grabación, y así me lo corrobora. «La letra de Tito Silvio la escribí cuando murió pero la he terminado y compuesto la música el año pasado». Pero sí es un gran detalle haber metido en el disco Esta noche no, que se la acreditan al propio Silvio, así que le pregunto a Manuel de dónde ha salido esta canción y cómo es posible que la escribiese Silvio, si todos sabemos que él solo cogía el boli para tocar la batería con él sobre la mesa o la silla. «Esta noche no fue una canción que se quedó colgada del disco A color, to Africa from Manchester del 99; estaba dedicada a la discográfica pero pensaron que ya había suficiente material y nunca se grabó. El boli lo cogí yo durante un chorro de años pero con él yo solo apuntaba y ordenaba las ideas, que eran casi todas de Silvio. Y aprovecho para anunciarte que estamos terminando una versión a capela de esta canción para un video que tenemos en mente».
Y este anuncio de Manuel, tan inesperado como agradable, pone un broche de oro a este artículo que sería difícil superar. Así que ni lo intento siquiera.
