Con Ya no estoy por ti, la cuarta de las canciones de adelanto de Nada ni nadie, su próximo disco, Quentin Gas ha dado un paso para introducirse en el nivel superior de los conmovedores trovadores de dormitorio de los años 70. No vamos a hacer odiosas comparaciones con Isaac Hayes, Marvin Gaye o Barry White, claro; sobre todo porque los dos primeros, además, introducían dimensiones sociales o espirituales en sus trabajos y aquí Quentin se mueve más en el camino del tercero de ellos, feliz de rumiar exclusivamente sobre el tema del amor… o del desamor, en este caso. Pero la atmósfera soul está presente por todas sus esquinas y, aunque puesta al día por el gran trabajo de producción y arreglos electrónicos de Enzo Leep, es totalmente reconocible en una hermosa apertura instrumental que acompaña durante los primeros veinte o treinta segundos a la voz de tono break, que da paso a la perfección del pop comercial del siguiente minuto y medio, para desembocar en la sinfonía de boudoir del minuto que ocupa el tramo final instrumental. Apenas tres minutos de música en los que Quentin muestra su amplio registro y se sale de nuevo por la tangente del encasillamiento.
A raíz de esta manera tan espléndida de desprenderse de etiquetas he tenido una buena charla con los implicados para que me expliquen este acercamiento al soul que ahora le apreciamos a Quentin. Y comienza él mismo a detallármelo. «Cuando escuches el disco completo verás que tiene mucha mezcla, hay electrónica, pop y mucho soul, sobre todo new soul. Me baso en las referencias antiguas del soul, en aquella forma de cantar y de expresarte; lo que pasa es que no lo hago de forma clásica, sino fijándome más en el soul que se hace ahora, que tiene mucha mezcla con el pop y la electrónica. La verdad es que tenía ganas de hacer un cambio y me salió de forma natural porque siempre, desde que era pequeño, el soul ha formado parte de mi vida. Siempre he tenido una relación muy cercana con él. Mis proyectos musicales nunca lo plasmaron, si acaso en los News hubo una etapa, al principio, en la que sí hacía yo un poco más de rock-soul, en que metía rock y un poquito de soul, pero nunca de forma muy directa. Una de mis frustraciones es la de no haber nacido con una voz potente como la de los cantantes de este género, así que este es mi homenaje a ellos y a todas esas horas que he echado escuchando soul de Al Green, Marvin Gaye, toda la Motown, e incluso de Babyface, que me encantaba; de hecho uno de mis discos favoritos de siempre y el primero que me compré en mi vida fue el Unplugged en directo de Babyface, que sale con un montón de gente. Se puede decir que Ya no estoy por ti es un acercamiento al soul, pero fíjate como está cantado, no hay ninguna floritura, porque como ya te digo que no tengo una voz espectacular lo hago a mi manera, acercándome más al pop».
La canción está producida por Enzo Leep, su socio actual a la hora de grabar y cantar en directo. Le pido también que me hable de su relación artística. «Álvaro, o Enzo, que es el nombre que usa en el entorno musical, ha sido el productor de seis de las ocho canciones que componen mi disco Nada ni nadie, que saldrá el próximo día 26; las otras dos las ha producido Tero Heikkinen, al que todos conocéis del dúo electrónico Kindata. Todas las canciones son mías, tanto en letra como en música. Todas compuestas por mí en mi casa, al piano, maquetadas por mí. Así trabajo siempre, construyendo su estructura, melodía, versos… después trabajo con Álvaro en la producción. Cuando se las llevo para que la produzca, él mete todas las baterías, los arreglos de producción electrónica y, en suma, toda la mejora de la canción, porque yo siempre la llevo en maqueta, a piano y voz».
Y es a Enzo Leep a quien le pido que me desarrolle más la idea de esta grabación de Ya no estoy por ti. «Durante los últimos años me he estado interesando muchísimo y prácticamente estudiando el nuevo movimiento R&B que se está generando en Estados Unidos con nombres como Frank Ocean, Solange o ahora también Tyler The Creator; todo esto regado con el hip hop americano y toda la influencia del West Coast y de los principios del hip hop. De esa amalgama de sonidos en los que nos hemos movido y por conectar con el movimiento actual con un punto de vista trap, que no influencia, es de donde nace esta canción; y en realidad también el disco entero, pero sí que es verdad que esta canción en especial es un reflejo más claro de la idea que teníamos. La parte instrumental, en cuanto al beat, es absolutamente una canción de trap, lleva un hi hat marcado en ese estilo y el ritmo se asemeja más al hip hop y tiene influencias de ese tipo de ritmos llevados a su parte más lenta, que por ahí es por donde anda el soul, el blues y los sonidos negros que nos resultan más interesantes. A esa idea de partida Quentin le acopló unos acordes más soul, más suaves, más bonitos y a partir de ellos construimos la canción, que intentamos que fuese sencilla, directa a la cara; un tema corto, sin darle muchas vueltas, lo que hay que decir musicalmente lo decimos rápidamente, por eso la estructura resulta bastante interesante; es cortita y da lo que promete: su estrofa al principio, el estribillo, el puente, otro estribillo y fuera. La melodía principal que suena al final y en algunos otros momentos salió en cuanto Quentin se acercó al piano; le dimos al botón de grabación y todo fue caer su mano sobre las teclas y salir esas tres primeras notas de la canción, y el arreglo ya estaba hecho; a partir de esas tres notas, construimos la melodía a través de MIDI en el ordenador, añadimos un sintetizador interesante y unos procesos para asemejarlos a una guitarra distorsionada, consiguiendo así el efecto final, que nos encanta. A mí es una de las canciones que más me gustan de todo el disco».
Ya no estoy por ti estaba disponible para su escucha desde hace ya algunos días, pero no fue hasta ayer cuando se dio a conocer el videoclip que se ha realizado para la canción. Producido por el propio Quentin, ha sido grabado en el cementerio de La Almudena, de Madrid, editado y dirigido por Ana López, que se estrena así en el mundo de los audiovisuales relacionados con la música.
¿Cómo es la primera experiencia de rodar un videoclip…? Le pido a Ana que me lo cuente. «Ha sido una primera experiencia que me deja con muchísimas ganas de aprender mucho más y seguir practicando, y qué mejor que hacerlo con Quintín, que se presta a todo los movimientos que le sugiero para llevarlo a cabo. La experiencia de poder formar parte de este video ha sido una unión casi necesaria, ya que Quintín necesitaba material fotográfico y vídeos para la promo del nuevo disco al igual que yo necesito aprender y practicar muchísimo para perfeccionar técnicas y sobre todo coger soltura profesional. Pero es cierto que es mi primera experiencia de cara al video. Quintín me ánimo muchísimo a que lo hiciera, algo por lo que estoy super agradecida. Le habían encantado las últimas fotografías que le estuve enseñando y siempre me dice que le gusta mucho mi forma de plasmar y observar las cosas; así que sin ninguna experiencia y desde la mayor humildad hemos construido juntos este pequeño video de Ya no estoy por ti, que ha sido una simpática aventura al igual que todo un reto».
Y la verdad es que le ha quedado muy bien, demostrando además que cuando hay imaginación no se necesita mucha parafernalia para desarrollarla, a juzgar por lo que Ana me ha dicho que utilizó para realizar el video. «Con respecto al material utilizado te puedo decir que sólo hemos contado con la ayuda de mi teléfono móvil, que es un Samsung de gama baja, el modelo Galaxy A90, y un estabilizador de la marca Osmo Mobile comprado la noche antes de empezar a grabar».
Me llama la atención el lugar escogido para grabarlo y quiero saber si había alguna razón especial para su elección. «Decidimos hacerlo en el cementerio de La Almudena, entre otras cosas por esta época tan simbólica que nos ha tocado vivir y que de una manera u otra nos ha salpicado a todos. Siempre hemos querido llevarlo a cabo desde el mayor respeto, ya que para nosotros no es un lugar al que tenerle miedo o algo tabú, sino un lugar donde descansan y solemos visitar a nuestros seres queridos y normalizarlo está acorde con nuestros tiempos. Además me parece una localización que invita a innumerables planos, gracias a sus colores y sus formas y que nos regala una fotografía diferente a otro medio urbano; y es un lugar más que interesante, en el que incluso se abre la vida, como se puede ver en los planos de Quintín bajo el almendro. Fue todo un espectáculo visual que nos regaló este característico mes de febrero con sus flores rosas y blanquecinas que cubrían el suelo y las tumbas de la parte oeste del cementerio».
El propio cementerio es un protagonista del video, que luce muy bien en ese tercer tramo instrumental de la canción. Y Ana ha sabido captar su atmósfera de decadencia, el ocaso… «He intentado utilizar un lenguaje cinematográfico con planos largos de traveling y movimientos steady para alejarnos un poco del videoclip comercial en el que todo aparece muy rápido con planos ráfaga. Con este video quería expresar todo lo contrario y así poder mostrar las cualidades innatas de Quintín a la hora de ponerse delante de una cámara y captar su esencia. En definitiva queríamos rodar un video elegante, pausado y nutrido de la paleta de colores que nos ofrece el cementerio».
Y, como decían en un antiguo programa de la televisión más familiar: prueba superada.
