No hace mucho tiempo os presentamos aquí el single Hype, con el que Quentin Gas comenzaba su nuevo camino musical basado en un new soul de sintetizadores y bases electrónicas. Después de eso Quentin sacó a la luz un segundo single, Hola mi amor, en el que deconstruía esta canción de Junco, haciendo que el duende flamenco sobrevolase sobre un paraíso mecánico. Esta canción no era nueva para los que asistieron al concierto que Quentin Gas dio en la Sala X este pasado verano, porque la estrenó en su escenario. Y hoy mismo tenemos ya en las habituales plataformas de escucha el tercer single, que se llama Tyler y es una clara muestra de lo que hay en las entrañas de un artista golpeado por el pesimismo de la vida, tal como Quentin se mostró en ese concierto al que me he referido, en el que es posible incluso que ya apuntase algún esbozo de esta letra de ahora… si estoy bien, si estoy mal, qué más da… entre las canciones que interpretó, todavía sin título definido siquiera.
El título de la canción ha salido de Tyler, the Creator, un artista que se mueve en tantos campos creativos e industriales de una forma tan perfecta que sin duda alguna debe ser uno de los mejores espejos que tiene Quentin Gas para mirarse. El propio Quintín Vargas, nombre real de Quentin, es el autor de la foto que ilustra la portada, un cuadro de alguien indeterminado que sigue la línea de la protesta racial y la igualdad entre las personas.
Estas tres canciones formarán parte, junto a otras cinco más, del disco que Quentin Gas tiene previsto sacar muy pronto. En un principio iba a ser un EP de solo cinco canciones, pero al ser un proyecto tan especial y representativo del cambio que Quentin quiere dar, finalmente se optó por ampliarlo a una obra mayor en el que realmente las canciones tienes todas sentido entre sí. Y este cambio se debió sobre todo a la opinión de Enzo Leep, que como artífice de esos sonidos electrónicos que ahora le acompañan, es el otro pilar básico que sustenta el nuevo proyecto de Quentin Gas. Las mezclas y la masterización de todas las canciones han sido obra de Enzo, que además ha producido seis de ellas, corriendo las otras dos a cargo de Tero Heikkinen, al que conocéis por ser parte de Kindata; una fue la ya presentada de Hype y la otra aún está inédita. Esta Tyler que presentamos hoy forma parte de la media docena en las que Enzo ha sido el técnico absoluto y además ha sido construida sobre unas bases electrónicas, algo cañeras, que él le envió a Quentin para que este completase el trabajo.
No sé si esa ha sido la forma habitual de trabajar en todo el disco, por lo que le traslado la pregunta a Enzo. «Durante la primera mitad de 2020 hemos estado metidos en el estudio, afrontando la mayor parte del trabajo, y dejamos el disco casi terminado, a falta de algunos flecos. Y durante los siguientes seis meses lo hemos estado perfilando, hasta que lo dimos por terminado la semana pasada. Dentro de todo este tiempo, debido a las restricciones por la pandemia, cada uno de nosotros iba trabajando en su casa y luego nos juntábamos en el estudio para darle forma a las ideas y crear las canciones que forman el disco. Ha sido un proceso muy gratificante y creativo, muy libre a la hora de expresarnos, que ha dado mucho fruto; hay muchas otras canciones que no han acabado en el disco, pero que son proyectos buenos, con mucho trabajo detrás que para mí ha supuesto un aprendizaje muy grande, porque yo venía del mundo de la electrónica más enfocada a los clubs y esto ha sido una masterclass práctica de todo lo que había estudiado, además de una exigencia máxima. La idea que yo tenía de entrar en la música independiente con un proyecto de calidad se ha hecho realidad gracias a Quentin, y además estos primeros singles me han supuesto un trampolín para comenzar a trabajar con otros artistas que se han interesado por este sonido».
Con este artículo vamos a introducir además la figura de Enzo Leep, que tiene ya tras de sí una contrastada carrera como DJ, pero es una figura bastante desconocida en la escena musical local, así que le pido que nos hable de su trayectoria. «Yo estudiaba periodismo en Sevilla, y empecé a interesarme por la música electrónica a raíz de los buenos tiempos para ella que tuvimos aquí, cuando vinieron artistas de bastante importancia, de la talla de Eduardo Villalobos o James Holden y hubo cosas muy interesantes de la mano de Javy Union y de otros promotores». Estamos, pues, hablando de finales de 2008, principios de 2009, aquellos meses en los que la productora Chroma Events reventaba las costuras del Aduana Club con sus Masters Class electrónicas. Enzo nos sigue contando: «Estuve viviendo esa movida desde dentro y a partir de ahí me interesé por pinchar, por las raves, y tuve mis primeros contactos con la música electrónica. Me interesaba sobre todo la creación de sonidos y cuando eso se convirtió en una pasión muy fuerte decidí dejar la universidad de periodismo y estudiar algo relacionado con la producción musical. Aquí no hay carreras oficiales sobre esto; hay estudios más concretos y técnicos sobre sonido, pero no era eso en lo que yo me quería enfocar, que era más hacia la creación, así que me tuve que ir a Madrid, a estudiar en la escuela Microfusa, donde completé un master de dos años de producción musical, además de otro master en el SAE de ingeniería de sonido. Microfusa de Madrid se cerró y me tuve que trasladar a Barcelona, para seguir en la otra escuela que mantenían abierta allí, y terminar el curso de producción musical. Analizando allí la industria musical y cómo iban las modas y tendencias vi que esto se estaba convirtiendo en algo muy grande en el que importaban más otro tipo de movidas que la propia música, así que decidí centrarme solo en esta y trabajar para intentar conseguir un directo de música electrónica que fuese más exclusivo e interesante, y es lo que hice».
Y una vez de nuevo en Sevilla… «me concentré en mi proyecto, en la creación de temas enfocados a la música de clubs. Y a raíz de ello, poco a poco, tras dos años fraguándolo, empezaron a salirme bolos internacionales; rechazaba aquí cosas pequeñas, cosas de amigos; no me interesaba eso, quería buscar otros caminos y comenzaron a salirme contratos para Inglaterra y Suiza, que fueron los primeros, después para Rusia. Podía mostrar que la música hablase por sí misma en las pistas de baile o dónde fuese, dónde a la gente le gustara más».
Enzo Leep se vio encorsetado por los prejuicios que la gente tiene hacia la música electrónica: que es para la noche, para tomar drogas, para irse de fiesta; pero él tiene un concepto más amplio de ella. «Dentro de la música electrónica comenzó en mí la inquietud y curiosidad por producir otros tipos de músicas. Yo simplemente quería ser productor de cualquier música que me interesase, porque yo escuchaba de todo; soy un loco del flamenco, me encanta el r&b, el hip hop, escucho mucha música americana, también de raíz… pero el de la producción no es un camino fácil de aprender ni mucho menos de entrar en él, porque hay muchos productores grandísimos ya en este trabajo. Tuve contactos con amigos y conocidos a la hora de grabar a algunas bandas y producir temas más orientados a la radio fórmula, o de rock y pop independiente, pero nunca llegaron a buen puerto las cosas por motivos diversos, como que todos estábamos empezando, que no éramos muy profesionales, que no íbamos por el mismo camino…»
Y entonces fue cuando en ese camino de Enzo Leep se cruzó Quentin Gas. «A Quintín le conocí a través de mi hermano Rafa, con el que iba a sus conciertos, porque aunque mirándola desde fuera, pero yo siempre he estado pendiente de la música sevillana, viendo cómo funcionaba todo pero sin contacto directo con nadie; me gustaba el hecho de trabajar por mi cuenta en lo que pensaba y veía, sin ser influenciado por las tendencias que a cada momento iban y venían. Con Quintín comencé a hablar en los conciertos en los que coincidíamos de temas de la industria musical, de cómo veíamos el presente y el futuro de ella. A mí me gustaba mucho la música que hacía Quintín con sus bandas, pero en realidad con él solo hablaba de cosas así».
Pero dos tipos que tienen una visión musical tan cercana están condenados a unirse. Y el paso para fraguar esa unión lo dio Quintín. «Un día simplemente me llamó y me dijo que estaba buscando a alguien como yo que le ayudase en los directos, porque tenía un nuevo concepto más electrónico y quería apoyarse en un DJ que le lanzara esos nuevos sonidos y esas bases en directo. Y que ya tenía una gira prevista con Jägermusic por toda España: Sevilla, Madrid, Valencia y Barcelona, que comenzaría como quince días después. Así que nos metimos en el estudio y tras dos o tres ensayos nos pusimos a hacer los conciertos». Uno de esos conciertos fue el que tuvo lugar en la pista de coches locos del Monkey Week de noviembre del 2019, del que la prensa local dijo cosas como que con los arreglos techno que le ha hecho Enzo a canciones como ‘Mangala’ las hace apenas reconocibles y las convierte en poderosas máquinas de baile, o que el concierto se basó sobre todo en piezas nuevas en las que fusionan el house con un flamenco sintético dando lugar a una arquitectura musical que las hace muy atractivas.
No está nada mal para una sociedad que apenas daba sus primeros pasos. «La verdad es que todo funcionó muy bien y Quintín y yo nos fuimos conociendo y hablando más a fondo sobre como veíamos la música y adonde queríamos llegar con ella. A raíz de esas conversaciones y de la música que escuchábamos en los viajes, conciertos, convivencia, fueron surgiendo nuevas inquietudes en él y nuevos caminos por los que quería abrirse paso. Y como muchas de esas cosas las estaba descubriendo conmigo pues me habló de que produjese su nuevo disco. Y aunque estábamos tocando una música nueva, esta estaba basada en sus canciones anteriores, así que la dejamos en stand-by y comenzamos a trabajar en otra, enfocada en su nueva carrera».
Y así dio comienzo un nuevo proceso creativo que nos ha llevado a estas canciones últimas que habéis conocido, que ha abarcado todas las opciones posibles: «A veces yo hacía bases muy simples, rítmicas, sin ningún tipo de melodía en el que él introducía sus acordes y algunas letras que tenía escritas. Otras veces él me ha traído un acorde, un estribillo, una estrofa, y partiendo de ahí hemos construido la canción. Ya he contado antes como hicimos Tyler, y en cuanto a la anterior, Hola mi amor, él tenía la idea de con esa letra crear una canción, me comentó lo que pensaba, que me encantó, y creé un beat para ella; al principio era mucho más electrónica y más movida, pero poco a poco evolucionó hacia algo más épico y al final se quedó como la conocéis».
Cuando en un artículo anterior Quintín nos habló de esta canción, en la que versiona al Junco, nos dijo que surgió como una especie de broma mientras trabajaban en el estudio, pero que al final optaron por editarla. Enzo nos cuenta también este proceso. «Él no tenía claro tocarla en directo pero le apreté para meterla en el disco porque es una canción que conecta perfectamente con el público, muchísima gente conoce su letra y habla de un proceso sentimental por el que todos hemos pasado y nos sentimos identificados fácilmente. Además me parecía un buen gancho para conectar con la nueva música que está haciendo Quentin Gas, porque tiene ese punto de conexión con el flamenco y esas raíces de las que estamos día a día mamando».
Las canciones están introduciéndose en las plataformas de escucha a pelo, por así decirlo, sin soporte físico ni videoclip que las apoye. «Es que este proyecto es totalmente independiente, no hay dinero por detrás, no tenemos conciertos y por tanto tampoco pasta; hemos hecho pequeños clips rápidos y caseros para acompañar en las RRSS la salida de las canciones, pero de forma muy residual y poco trabajada; de momento no va a haber videoclips oficiales, aunque intentaremos acompañar audiovisualmente las canciones de forma visible, grabando algún concierto quizás. Es fundamental, pero hay que hacerlo muy profesional».
La palabra profesional implica que hay que manejar un presupuesto de gastos. Y Enzo nos dice que no lo hay. ¿Cómo se ha grabado, pues, este disco? «Todo el disco está hecho en mi habitación, con mi estudio y unos medios súper básicos: un micro de condensador muy básico, un piano midi y algunas melodías y sintetizadores virtuales que hemos buscado, sobre todo derivados de sonidos dream pop, de los más ensoñadores del pop, adaptándolos a la música que queríamos hacer. Para los beats he mamado mucho del trap y el hip hop americanos, de Dr. Dre, Kendrick Lamar, Frank Ocean, el new r&b de Solange; ese tipo de sonidos para la elección de las baterías me ha parecido siempre muy interesante y es lo que he intentado plasmar dándole también nuestro toque un poco flamenco, un poco breakbeat, muy presente en la cultura musical andaluza en la que nos hemos criado… de toda esa amalgama de sonidos, ideas y conceptos han salido las canciones y nos hemos esforzado por conseguir niveles potentes de calidad de sonido; a la hora de la mezcla y la masterización hemos intentado llegar a niveles profesionales y de industria. No es fácil, pero la tecnología hoy te permite acercarte mucho».
Enzo Leep nos ha completado hoy la paleta de colores que comenzamos a conocer con la extensa entrevista que Quentin Gas nos concedió allá por finales de noviembre, cuando presentamos Hype. Paulatinamente hemos conocidos dos obras más salidas de este dúo de artistas, que completaremos de forma global en cuanto salga el esperado disco, puede que incluso en este mismo mes de enero. La salida del mismo verá ya a Quintín y Enzo trabajando en el nuevo material más electrónico y potente para el disco que seguirá a este. Pero hablar de ese disco es hacerlo de un futuro lejano, así que mejor nos centramos en un futuro mucho más a corto plazo, que pasa por la edición de este próximo disco, que aunque nos hemos referido bastante a él aún no te he dicho que se llamará Nada ni nadie, al que seguirá poco después un EP de remixes por parte de diferentes artistas de los que ya podemos adelantarte los nombres de Ortiga y del gran DJ Karpin, una de las máximas figuras de la escena break andaluza. Manteneos a la escucha, nosotros seguiremos informando.
