Ramos Dual y Yul Navarro lanzaron ayer el tercero de los adelantos de Arrastramos sombras, el disco que marca el inicio de su carrera como dúo. Esta vez la pieza que han compuesto tiene un carácter industrial en su sonido, más marcado que las dos anteriores, …Igual mi corazón puede volverse oscuro y Estamos llenos de Gracia, y se aparta también de ellas en lo que se refiere a la concepción del video que apoya su lanzamiento; si en las otras piezas imperaba el surrealismo y el minimalismo respectivamente, en el video de esta nueva Somos visita destacan sus imágenes explícitas y realistas.
Aunque era una creencia extendida entre los pensadores metafísicos la de que los animales no tienen conciencia, los pensadores físicos, encabezados por Stephen Hawking piensan lo contrario y tanto Yul como Ramos sin duda están de acuerdo con estos y dicen en su hoja de promo que Somos visita es un canto a la conciencia animal. Le pido a Ramos que me explique mejor esta aseveración. «Es un canto en contra de la industria cárnica y de toda forma de sufrimiento animal en pro del placer humano. Entendemos que por necesidad no quede más remedio que cazar y comer animales si se da el caso. Pero no comprendemos ni respetamos que se haga pasar por un suplicio, sufrimiento y tortura a ningún animal para satisfacer nuestra necesidad de placer».
El videoclip lo ha montado y editado el propio Ramos Dual, empleando en su primera parte la obra fotográfica y plástica de Jon Saunders y en la segunda imágenes rescatadas de los documentales Destrucción del planeta-una triste realidad, Maltrato animal-la cruda realidad de los mataderos y Vidas Invisibles, estructuradas la mayoría de las veces como un tríptico animado junto a imágenes caseras grabadas en el ático de Yul Navarro, con ella cocinando.
La canción Somos visita la grabó y mezcló Ramos junto a David Kano en los Estudios Silencio y posteriormente la masterizó Ludwig Love. En ella, sobre un fondo industrial muy de los 80 que nos lleva al sonido de bandas como Nitzer Ebb, Front 242, Babyland, Ramos y Yul entonan un par de mantras, No nos vamos a quedar, sólo estamos de visita y No hay Principio ni Final, otra vez repitiendo, que sirven para poner en duda el papel del ser humano en nuestro entorno, su influencia tanto en la naturaleza como en las especies que habitan en ella. Y ese pensamiento queda realzado en el video con lo que parece un manifiesto vegano, cuando vemos a Yul preparar un caldo de verduras en medio de imágenes de mataderos, maltrato animal y consumismo masivo de carne. Me intereso por saber si ellos son veganos militantes y Ramos me lo aclara. «Yo llevo siendo vegano desde hace un año y medio. ¿Militante? No, pero le pongo toda la intención que puedo. Yul va caminando por mi sendero pero sin tanta rigidez».
Yul y Ramos quieren hacernos reflexionar sobre si somos conscientes de que estamos de paso, de que somos meros visitantes y, nos pongamos como nos pongamos, aquí no se va a quedar nadie; un pensamiento que no por ser realista deja de ser muy pesimista y que últimamente he observado en bastantes músicos con los que he hablado para estos textos disonantes. ¿Será que esta situación en la que la pandemia nos mantiene les está metiendo mucho miedo? «Para nada. Miedo ninguno», dice Ramos también. «La situación pandémica nos ha influido poco en nuestro estilo de vida. Lo de que somos visita y no nos vamos a quedar es algo que nos muestra el transcurso de la historia. A mí me gustaría llegar a los 900 años, pero la experiencia y observación me indica que seré un visitante más. Ojalá me equivoque y rompa el molde». Y aunque no exista ese miedo espiritual por aquello de irnos más pronto que tarde, ¿tenéis temor a quedaros aquí mucho tiempo, pero privados de los medios para mantener una subsistencia digna porque la situación creada por el virus acabe con gran parte de ellos? «No hay miedo, de veras, sí que hay tristeza, impotencia y desolación como espectadores del panorama humano, social, terrenal… pero que puestos a ser espirituales, somos de los que piensan que nada importa tanto». Todos queremos que sea largo el viaje a Ítaca que hemos emprendido; lleno de aventuras y de experiencias, y por encima de lo duras o placenteras que estas hayan sido, al final lo que importará es en qué hemos gastado el brillo de nuestros ojos.
No sabemos cómo resultará al final el disco que preparan Yul y Ramos, porque cada una de las tres canciones que hemos ido conociendo de él es diferente a la anterior. En esta Somos visita, el marcado ritmo percusivo que la abre la lleva a nuevos caminos que se alejan del techno-punk y la hiperelectrónica de las otras dos piezas; es una experiencia nueva que hace añicos las expectativas. Parece ser que la base la tenía Ramos hace ya casi dos años y la ha ido reformando, retorciendo, reconstruyendo, apartándola de quedar en una mera pieza genérica que no destacase en su repertorio y que asienta perfectamente en la diversidad que está marcando lo que conocemos del nuevo disco. La batería que retumba y el gancho del sintetizador se nos quedan atascados en la cabeza, dándonos una nueva versión de la marca de fábrica del dúo, esta vez golpeándonos con elementos de Electronic Body Music de la más jevi. Sonido oscuro, pesado, temperamental, pero infeccioso y muy seductor.
Tanta diversidad me hace pensar en cómo van a ser los conciertos de Ramos Dual y Yul Navarro una vez que puedan volver a hacerlos, así que me despido de él con una última pregunta sobre si ya tienen pensada la forma de recrear todas estas piezas sobre un escenario. «Si, lo tenemos planteado. Aún no hemos comenzado los ensayos. Supongo que fluimos con las circunstancias y nos aceleraremos cuando las circunstancias nos insinúen posibilidades de dar conciertos en las condiciones que nos gustan». Y cuando esas posibilidades se tornen en realidades nosotros estaremos allí para verlo y contároslo.