- El de nuevo trío Orthodox imprime una nueva vuelta de tuerca al doom metal más experimental en su flamante álbum titulado Proceed
Para decidirse a lanzar un álbum el último día de junio, con el verano en puertas, se tiene que estar muy seguro de lo que se hace o quizás muy al margen de las ridículas imposiciones de la industria. Probablemente ambos supuestos sean válidos y confluyan en el caso de Orthodox y su nuevo disco, bautizado Proceed y auspiciado por su sello de confianza, Alone Records. Un trabajo que marca el regreso de la banda al formato trío original merced a la vuelta del guitarrista Ricardo Jiménez y que de alguna manera representa una recuperación de la prístina esencia de la banda, pero en ningún modo supone un retroceso sino más bien, como sugiere el mismo título, un continuar adelante, un avanzar, un asimilar todo lo vivido en los últimos años por unos –Marco Serrato (bajo y voz) y Borja Díaz (batería)– y otro para seguir imprimiendo una vuelta de tuerca al doom metal gracias a su afán por la experimentación y a su permanente ambición por explorar los límites de los géneros, ahora con más presencia de la voz y de las enseñanzas aprendidas y aprehendidas de estilos como el thrash y el death. Más aguerridos y agresivos, tan (o más) valiosos y valientes como de costumbre, los sevillanos se han marcado uno de esos elepés imprescindibles ahora y para el futuro.
Aunque en el último mes ya habían advertido de sus intenciones con el lanzamiento de un par de adelantos, Past Seers y Rabid God, fue el pasado jueves 30 cuando apareció esta media docena de composiciones –para un total de 42 minutos, eso sí– que nos devuelven a los Orthodox en estado de gracia dando continuidad a Kréas (2018) cuatro años después. Y ese lapso temporal es el que llevaba trabajando la formación como trío, pues aunque Ricardo Jiménez no participaba en un disco desde Baal (2011) –luego llegarían Axis (2015) y otras referencias en formatos diversos–, el terceto llevaba trabajando en estos temas desde entonces, como nos confirma y detalla Serrato: «Aunque han pasado casi once años entre lo último que grabamos y esto, Ricardo sólo ha estado fuera unos cuatro años, ya que en 2014 fue cuando nos separamos y en 2018 empezamos a tocar otra vez juntos. Su regreso se gestó básicamente porque cuando lo dejamos y tocábamos en Sevilla él siempre estaba ahí, sí él tocaba con algún otro proyecto nosotros solíamos ir y, en fin, nos resultaba un poco raro estar tocando y verlo en el público», reflexiona antes de concretar: «Hubo una fiesta privada en el local de Lead Coffin, a la que nos invitaron y allí tocamos los tres juntos Gran Poder para unos amigos. Y la verdad es que lo disfrutamos, dimos otros conciertos y la sensación que teníamos los tres es que el grupo estaba por encima de las partes y que era una pena que eso no siguiera. Las diferencias había que trabajarlas y en eso ha consistido también este disco, que nos ha costado más trabajo, hemos tenido que negociar más ideas pero hemos mantenido una actitud positiva en ese sentido sabiendo que íbamos a tener una tensión en lo creativo que afecta también a lo personal pero que merecía la pena. Sentíamos que seguía funcionando la cosa e hicimos un esfuerzo por todas las partes, que tampoco es que haya sido un trauma, lo normal de cualquier trabajo entre comillas. Ha sido un proceso creativo muy interesante y productivo», remarca el vocalista y bajista.
Con esa tensión, siempre positiva, y con lo absorbido por el camino, el resultado no puede ser más satisfactorio. Basta con oír –en este caso leer– la pasión y detalle con que describe el proceso Marco: «Durante la etapa que nos quedamos Borja y yo solos vimos muchas ideas e hicimos lo que nos dio la gana a nivel creativo. Luego tanto Ricardo como nosotros tenemos otros proyectos e inquietudes que antes de Baal solíamos probar en Orthodox, pero ya después cuando regresamos quisimos volver a la fórmula bajo, guitarra y batería y añadiendo todas esas inquietudes e influencias de forma más sutil, centrándonos más en lo que es el sonido del trío, aunque se nota todo lo que hemos hecho por medio, todo lo que hemos ido escuchando… Es imposible volver al punto de Baal o de Gran Poder«, afirma convencido.
Y en este punto recalca las aportaciones que ha realizado el nuevo-viejo miembro en el proceso: «Se nota mucho en comparación con lo anterior la mano de Ricardo, pues a su vuelta Borja y yo le hemos dado mucho espacio para que trajera todas las ideas que se había quedado con ganas de llevar a cabo, así que tiene mucho protagonismo en su papel como guitarrista». Serrato aprovecha para anotar asimismo las contribuciones a este Proceed que han sobrevenido en lo meramente estilístico: «Hay también quizás una intención que igual no fue tan deliberada pero que siempre ha estado ahí de reivindicar algunas influencias que parece que son menos palpables. Siempre se habla de doom, de drone o de stoner o lo que sea y aquí quizás hayan salido más a la luz las influencias de grupos de thrash metal, de death metal, de bandas algo más técnicas como Confessor y toda esa línea que parte de Voivod, con ese punto a lo mejor más progresivo, con los acordes con algo más de disonancia, con los tiempos un poco más complejos… todo eso incorporado a nuestro terreno».

Como se palpa, para bien obviamente, la mano de Billy Anderson, quien viajó ex profeso a Sevilla en noviembre de 2021 para grabar el álbum. El productor de bandas como Sleep, Melvins, High On Fire, Neurosis o EyeHateGod voló a los estudios La Mina y, con la ayuda de los ingenieros asistentes Raúl Pérez y Nacho García, grabó unas canciones que luego mezcló en Everything Hz (Portland, Oregón), después de lo cual se las envió a Justin Weiss en Trakworx (San Francisco, California) para que masterizara el disco. El arte e ilustraciones de Fernando Rivas y la maquetación y diseño de José Postigo dieron realce al trabajo. Pero volvamos a Anderson, toda una leyenda, que por fin ha podido coincidir con Orthodox tras una larga relación, como explica Marco Serrato: «Cuando ya sacamos el segundo disco [se refiere a Amanecer en Puerta Oscura] en 2007 Billy Anderson nos escribió interesado en el tema, pero en aquella época para nosotros era inviable costear todo esto. Él se desplaza de vez en cuando, trabaja habitualmente en Estados Unidos pero nos consta que va a veces a Inglaterra, Suecia… Es un productor con una gran trayectoria pero que tiene la condena de no haber pasado nunca al mainstream. Es como un número uno del underground y esta vez era relativamente asequible para nosotros si contábamos con la ayuda de Alone Records como hemos contado. Tanto el sello como el grupo estábamos de acuerdo en que necesitábamos dar un salto cualitativo en ese sentido. Habíamos contado con gente como Alfonso Espadero o Raúl Pérez de La Mina que a veces opinaban pero no se involucraban de una forma más creativa en el proceso, y teníamos muy claro que si alguna vez contábamos con un productor tenía que ser Billy Anderson. Para nosotros era el ideal porque muchos de nuestros discos favoritos y muchos de los discos que teníamos como referentes cuando comenzamos con el grupo los había grabado él. Así que contactamos con él y nos lo trajimos, estuvo una semana por aquí con nosotros y se llevó las pistas y ya lo mezcló, que también ha sido complicado en la distancia. Y ese ha sido más o menos el proceso», resume.
El álbum se erige, por tanto, en un inmenso y exquisito trabajo que el sello malagueño ha editado en formato vinilo en dos variantes limitadas a 500 copias, así como CD digipack y otros formatos digitales y que se puede obtener contactando con Alone.
La banda sevillana, que ha actuado en festivales internacionales como Hellfest, Roadburn, Supersonic, Amplifest, Primavera Sound y muchos otros, ha colaborado con artistas tan dispares como Julian Cope o el bailaor flamenco Israel Galván, y ha abierto para Voivod, High On Fire o Corrosion Of Conformity, tiene previsto realizar una amplia gira de presentación de Proceed, con intención de visitar incluso otros países de Europa, pero de momento está todo por cerrar y no se puede avanzar ninguna cita en concreto: «No puedo adelantarte fechas aunque empezaremos la gira a partir de octubre, pero sí que habrá alguna cosa en Sevilla en otoño y de momento algunas más por la península. Supongo que saldremos en algún momento también, pero para eso estamos esperando una oferta de algún festival o algo parecido», nos cuenta Serrato. Aguardaremos ansiosos, ávidos de vivir una experiencia que promete emociones fuertes y riffs pesados y contundentes a cargo de este amenazador monstruo de tres cabezas que vuelve a ser Orthodox. Como debe ser.
Fotos: Ana Cáceres