No hace mucho tiempo os presenté aquí el disco en solitario que Rocío Guzmán había lanzado. Se llamaba Sonada y estaba lleno de improvisaciones con la voz que ella realzaba sobre una base de música electrónica en la que sobresalían los drones y la percusión de mecánica digital. Ya por entonces, una de sus piezas, Chándal, era un caos en su mente y Rocío sentía que le hacía falta meter algo de piano a esos arreglos electrónicos, así que le envió el tema, ya bastante elaborado, a Alejandro Rojas-Marcos. El arreglo que le devolvió a piano era tan impresionante que se pasó dos noches exaltada pensando que tenía que grabarlo solo a piano y voz.
Le pregunto a Rocío sobre las diferencias de la canción entre la instrumentación electrónica que en el disco le daba Manu Prieto y esta otra que le da Alejandro solamente con un piano: «En el origen, el álbum Sonada iba a ser una compilación de versiones de canciones andaluzas en la que ya iba a colaborar Alejandro Rojas-Marcos. Pronto entendí que no quería hacer más versiones sino cantar mis propias canciones y ahí empezó el viaje hacia el disco de Sonada y el encuentro con Manu Prieto. En cuanto a la versión de la que hablamos ahora sentía la necesidad de llevar al límite la propuesta del arreglo, sin concesiones de melodías amables. Quería que el tema fuera a cuchillo. De ahí la duración tan breve del tema. Preferimos la intensidad, la fuerza de la concisión sin concesiones». Y les ha salido una recreación en esta Chándal piano versión que tiene una pretensión más expresiva que musical.
Esta versión de Chándal la grabaron en los Estudios Trafalgar, en la playa de El Palmar, donde aprovecharon el día para improvisar ideas para el futuro además de grabar entre los dos esta pieza con el acompañamiento del maravilloso piano de cola del que disponían allí. Se vio cumplido así el obsesivo deseo de Rocío. «No suele estar bien visto insistir en la emoción, en esta ocasión de la obsesión, pero el tiempo en que vivimos me pide esa intensidad. Siento la necesidad de crear experiencias radicales en la creación musical y sonora tanto para músicos como para público. Crear auditores que vivan y escuchen profundamente, como decía la gran compositora y teórica Pauline Oliveros. Crear un compromiso con la escucha es mi búsqueda tanto en Sonada como ahora en esta versión de Chándal estilo zarzuela histérica, como me divierte llamar a este tema. Porque hay que tener humor en esta vida…». Ya solamente quedaba preparar una portada virtual con la imagen que le ha hecho el músico y pintor Ricardo Rocío Blanco y darla a conocer.
¿Y después de esto, qué? «Tengo en mente dos proyectos musicales nuevos», me cuenta Rocío. «El primero y que será el próximo trabajo discográfico se llama TransHumores, y me planteo hacer un viaje geográfico por los estados de ánimo. No sé muy bien donde acabará todo esto pero seguro que en lugares desconocidos. Ahora mismo me enfrento al misterio y todo lo que me invade son imágenes, figuras y acaso algunos sonidos y melodías. El segundo es un trabajo de polifonía vocal en el que me planteo, en la medida de lo posible, hacer un trabajo de pre-producción más casero donde tenga más control a nivel de programación y grabación. El reto es conseguir más herramientas y control para que lo que oigo en mi mente y lo que suena en el ordenador se parezcan cada vez más. Esto es, ser más autónoma a la hora de terminar los arreglos y poder volar más libre y alto».
El trabajo de Rocío es desafiante, emocionante y no evita cualquier elemento aunque pueda resultar peligroso o poco placentero para el oyente de su obra: instrumentaciones depresivas, tratamientos sombríos, átonos, impulsos que solo muestran el interior de las melodías; pero siempre su voz, entre escalofriante y conmovedora, por todas partes. «Me interesa muchísimo centrarme en la voz, que es mi herramienta esencial y a través de la que construyo y entiendo la música y llevarla al máximo de mi potencia. He estado reflexionando sobre qué me interesa hacer a nivel musical y aún creo en el proceso de composición de un disco. De la creación madurada y reflexiva que da crear algo que aparentemente no es coherente pero que se une por cuestiones armónicas, de temática o lo que quiera que sea».
Cantante iconoclasta, compositora, poeta, autora, actriz y colaboradora en serie con una gran cantidad de artistas que habitan en los márgenes del arte y la música alternativos, Rocío Guzmán se ha ganado una reputación de ser intransigente en su actitud y en el enfoque de su trabajo. Siempre serán bienvenidas sus muestras de brutalidad sónica, y espero que no se me malinterprete al definirlas así; aunque tendremos que esperar para tener algunas más. «Reservo los singles como primicias o avances de trabajos, o versiones o temas colaborativos por el momento».