- Ruben Wayne lanza hoy mismo el single Medalla de latón, segundo adelanto de su próximo EP, unos días después del videoclip de Sin nota de despedida, su single anterior
Ruben Wayne es el nombre con el que graba sus canciones Rubén González y de él ya os presentamos en nuestra web disonante la primera de las que lanzó, aquella Sin nota de despedida vivaz, vulnerable y viciosa. Hoy volvemos a traerlo aquí porque acaba de sacar la segunda de sus canciones, Medalla de latón, que incluso supera a la anterior en su mezcla de pasión, nervio y agudeza, algo que se deja ver no solo en la envergadura y potencia de su melodía, sino también en unos versos que van más allá de la primera lectura. «Es un tema con más mensaje del aparente, me gusta mucho jugar con la metáfora en mis composiciones», me cuenta Rubén, cuando le pregunto por esta canción dedicada a los que consiguen premios de consolación, que en realidad deberían llamarse de desconsuelo. «Tal vez en el videoclip, que ya tengo escrito, haga un guiño a varios de los posibles mensajes que el oyente pueda encontrar. Soy más que consciente de que a priori parece una oda a la derrota, y también me gusta ese posible enfoque».
Medalla de latón es la segunda de las canciones que Rubén nos adelanta del EP que está preparando, de título homónimo, que él mismo está produciendo, grabando y mezclando en su propio estudio de Ayest Producciones y masterizando posteriormente en Kadifornia. Además de poner la voz, Rubén interpreta las partes de guitarra y bajo, llegando la batería, que toca Toni Mateos, desde los estudios Groove Factory de Barcelona; una batería acústica sin refuerzos de samples en la mezcla, porque Rubén huye del uso de plugins para recrear amplificadores, buscando el sonido orgánico y puro, clásico del rock de los 90, usando solo amplis y previos analógicos, de vávulas.
Sin dejar de mostrar las influencias de Aerosmith o Ben Harper que ya dejaba traslucir la canción anterior, esta Medalla de latón muestra unas marcadas diferencias que le pido a Rubén que me explique. «La estructura del tema es casi la de un rock’n’roll clásico, con cambios que imagino están sujetos inconscientemente por mi cóctel de influencias. Tal vez el enfoque de producción ha sido más sobrio, esto sí de una forma premeditada; en este tema, por ejemplo, no hay arreglos de teclados ni de cuerdas. Eso sí, mi amigo Gabriel León y músico colaborador en este trabajo tocando las partes de teclado, no estaba en el banquillo, estaba calentando en la banda, pues acabo de terminar el tercer single, y ahí sí he necesitado de nuevo de su talento; ha grabado unos arreglos fantásticos. El otro día recibí el mastering que trabajó Mario en Kadifornia, donde se está masterizando todo el EP, y estoy bastante contento con el resultado».
Esa falta de teclado en la canción era una de las diferencias, la principal incluso, a las que me refería al preguntarle a Rubén, porque en Sin nota de despedida me habían llamado particularmente la atención los acordes de guitarra y los de piano, que brillaban tanto solos como inmersos en la mezcla instrumental. Ahora, en Medalla de latón, las protagonistas instrumentales absolutas son las guitarras, de las que en mi anterior charla con Rubén me confesaba que cuando se siente limitado para interpretar unos arreglos piensa en otros músicos que lo hagan mejor, y eso es lo que ha ocurrido precisamente en esta canción que presenta hoy, para la que buscaba un solo con mucha fuerza, que conservara las raíces de rock clásico. «En la grabación de Medalla de Latón, como te anticipé en su día, cuento como particularidad con la colaboración del maestro Lolo Ortega, presente concretamente en el solo de guitarra que cierra el tema. Lolo no sólo es un grandísimo guitarrista, sino que en su faceta de músico de sesión es también un gran arreglista; esta era la segunda vez que trabajaba con él, aunque era la primera que grababa en mi estudio de Ayest. Estoy muy contento con su trabajo». Algo que no me extraña que Rubén me diga, porque Lolo Ortega ha conseguido plasmar en el estudio justo lo que aquel buscaba.
La siguiente pregunta a Rubén en realidad viene rodada, porque además él mismo ya me ha dado pie antes para preguntarle por la marcha del resto de las canciones del disco que prepara. «En cuanto a mi EP homónimo, como te comentaba, ya tengo terminado el tercer single y estoy comenzando a maquetar el cuarto. Mi idea sigue siendo que lo compongan cinco temas, aunque estoy planteándome meter a modo de bonus track un tema instrumental acústico; estoy enamorado de ese sonido y siempre me ha encantado ese enfoque como cierre de un disco, independientemente del género de este. Tengo varios temas instrumentales compuestos, y creo que sé cuál podría encajar como broche final».
Me interesa también conocer si habrá más canciones de adelanto o el próximo lanzamiento será ya el del disco completo. «Saldrán más canciones antes, de las que espero publicar el último tema entre noviembre y diciembre. No estoy usando el método del pintor, en el que suele manchar varios lienzos y terminar todos los cuadros a la vez. En este caso, mi planning es más el del niño consentido: trabajo independientemente cada tema, lo produzco y grabo prestándole atención exclusiva, y así puedo intuir de forma más clara, en mi rol de productor, qué necesita cada tema, qué enfoque y sonido me pide a gritos…»
En nuestra charla, Rubén dijo antes que tenía ya en su cabeza el videoclip para esta Medalla de latón. En su proceso creativo, primero lanza las canciones y después graba el video correspondiente para editarlo algunos meses más tarde. De esa forma, pues, el video de la primera de las canciones que le conocimos allá por el mes de febrero, Sin nota de despedida, no vio la luz hasta el pasado día 21, así que es posible que todavía no hayáis tenido ocasión de degustarlo como merece, por lo que os lo presentamos también aquí mismo. «Estoy muy contento con el resultado», me dice Rubén cuando le pregunto por él. «Confiaba plenamente en la capacidad creativa del director, Joaquín Ortega, y no quise, por tanto, condicionarlo en su enfoque, su visión ni su idea del videoclip. Creo que la propuesta final tiene un toque vintage, lo veo muy noventero, con lo cual me encanta; adoro esa década en la escena musical internacional así como toda la propuesta estética característica de esa época».
El video de Joaquín muestra perfectamente el contraste entre la aridez desértica del corazón, ahora solitario, de Rubén, con el entorno cálido y arty de la coprotagonista, Ainhoa Paule, que él había perdido… aunque, spoiler mediante, sin nota de despedida no puede haber ningún adiós. «Su experiencia como cineasta también la veo presente en su enfoque», ratifica Rubén. «La mayoría de sus planos parecen extraídos de un largometraje; como le suelo decir: le sale cine por los poros, algo que particularmente me encanta, como admirador que soy del séptimo arte. El rodaje fue una gran experiencia, el equipo técnico y humano de Noidentity Films fue fantástico y el trabajo de postproducción me ha parecido asombroso, gracias a la magia de Manuel Duarte y al propio Joaquín Ortega».
El Proyecto de Ruben Wayne no es en realidad un asunto unipersonal, porque con él colaboran algunos otros músicos, pero el hecho de que unos sean de Barcelona, como el batería Toni Mateos y otros sean colaboradores puntuales, como Lolo Ortega, me hace pensar que cuando Ruben quiera llevar su música a los escenarios se va a encontrar con un problema. Supongo que se lo habrá planteado alguna vez. «Lo de llevar este trabajo al directo me lo planteo, sí; aunque de momento estoy concentrado exclusivamente en la producción. Tengo un par de movimientos de tablero que me gustaría hacer cuando este trabajo esté terminado o casi terminado, confío en que me salgan… También resuenan nombres de músicos en mi cabeza del panorama local sevillano, músicos a los que admiro y que veo idóneos para defender mi proyecto en solitario, pero como todos los buenos músicos están ya en varios proyectos y no sé si sería viable. También me gustaría que mi proyecto en sí les llenara de alguna forma. Los músicos en los que pienso, son viscerales en el escenario, aparte de técnicos; tocan con el corazón y eso es lo que personalmente me cautiva entre otras cosas».
Esperamos poder verle en directo lo más pronto posible, arropado por esos músicos de gran talla en los que piensa. Hasta que eso ocurra procuraremos seguir disfrutando de sus próximas canciones y videoclips, de los que os daremos cumplida cuenta cuando vayan apareciendo.
