- Ruben Wayne lanza el videoclip de Decrépita sirena, el cuarto single de los que conforman su EP de título homónimo, mientras busca una banda estable para llevarlo a los escenarios
Hace unas semanas terminó Ruben Wayne su primer EP, de título homónimo, tras dar a conocer la última de sus canciones, la llamada Cazar al azar. Pero todavía no podía darse por terminado el proceso, porque hasta ahora Ruben venía lanzando un videoclip de cada una de las canciones, aunque con la particularidad de hacerlo cuando presentaba la canción siguiente. Por eso estábamos esperando algún video más. ¿Uno o dos? Ya nos aclaró el propio Ruben en su momento que solamente uno. Y en realidad tiene su lógica, porque para lanzar el videoclip de la quinta canción haría falta una sexta que sacar, para mantener la inercia, y esta no existirá. Por eso ahora sí que podemos decir que el proceso ha finalizado, tras poner a disposición de todos el video de Decrépita sirena, el cuarto single.
Al contrario de muchos músicos, demasiados, que se anclan a sus años dorados, Ruben Wayne busca constantemente su propia identidad y forjar su sonido, aunque siempre en el entorno del hard rock. En esta canción, Decrépita sirena, Ruben nos habla de los estragos que el tiempo causa sobre el brillo antiguo. Y no está hablando solo de música, sino de la vida en general.
Amores y desamores en una historia que el propio Ruben nos define como propia de un culebrón venezolano. «Sin duda es el guion que más he perfilado, y no era fácil contarlo todo en escasos cuatro minutos», nos confiesa; «Hay muchísimo acting, un reparto extenso, animación… te mentiría si no te dijese que probablemente es el video que más trabajo ha tenido». Ruben nos habla también de su labor en la dirección del mismo. «Llevo ya unos años en el sector audiovisual con mi productora Ayest Producciones y tengo la suerte de contar con un gran elenco de profesionales a mi lado, que hacen que el trabajo más duro incluso se disfrute y que los resultados sean siempre los deseados. De ahí la buena acogida que ha tenido el video, por el que estoy recibiendo felicitaciones de forma directa e indirecta».
Ese equipo que Ruben menciona ha estado formado, con el patrocinio de Factory Rock, por Rubén Martín como operador de cámara y trabajando con él en el montaje; Anabel Carrillo se ocupó de los maquillajes, José María Román fue ilustrador, y Eugenio Gil de Montes estuvo a cargo de la producción, además de compartir trabajo interpretativo con las actrices Maripaz Núñez, Julia P. V. y Violeta Cuevas.
Y aunque en las imágenes aparezca Ruben Wayne tocando la batería, precisamente ese no es uno de los instrumentos que haya tocado él en la grabación de esta Decrépita sirena, sino que lo ha hecho Toni Mateos en los estudios Groove Factory de Barcelona. Los arreglos los hizo Gabriel León, así como la interpretación de teclado en su propio estudio de grabación, y ya Ruben lo aglutinó todo, grabando la voz, las guitarras y el bajo, haciendo también la producción y las mezclas, para enviarlo todo a los estudios Kadifornia, donde le dieron forma al master final.
Cuando presenté aquí el EP me dijo Ruben que ahora, una vez terminado el trabajo, iba a centrarse en su promoción y en montar una banda con vistas a comenzar a tocar en directo en los primeros meses de este año. Pero se ha encontrado con más problemas de los que esperaba. «La formación de la banda, honestamente, no va como tenía planificado a estas alturas. Primero probé a hablar con los músicos que conozco, que consideraba idóneos para el proyecto, y todos estaban desbordados con los suyos propios, sumados a sus compromisos laborales». De todas formas, no todo está perdido, porque hay otros caminos para encontrar músicos, aunque hay que hacer trabajo de minero. «Luego estuve hablando con compañeros para que me recomendaran a otros, sumado a una búsqueda muy activa por redes sociales. He hecho alguna prueba a buenos músicos, pero aún no he cerrado la formación. Actualmente cuento únicamente con un bajista, que está involucrado y me encanta su toque, además de que le gusta el proyecto e interpreta de maravilla las líneas de bajo del disco. No quiero dar su nombre aún por prudencia, y porque además me gustaría presentar a la banda al completo».
Quizás esto que apunta Ruben sobre interpretar adecuadamente lo que él ha plasmado en el disco sea también un gran hándicap a la hora de encontrar músicos. «Es muy difícil encontrarlos que apuesten por un proyecto que todavía no ha comenzado a rodar en directo, con el grado de implicación que busco, que como tú das a entender con tu pregunta es el de que interpreten el disco tal como está concebido. También deben ser de un estilo en particular, músicos de corte de rock clásico, pero no influenciados exclusivamente por el metal. Dicho esto, sigo con la búsqueda activa de un guitarra solista y un batería para los directos, y aunque el mío sea un proyecto como solista, mi intención no es que vayan rotando músicos profesionales, sino mantener una formación sólida».
Si las noticias no son muy buenas en cuanto a la formación de la banda, al menos en cuanto a la promoción del EP son más esperanzadoras. «Ha tenido reseñas en alguna webzine, en radios, y sigo moviéndolo con todo lo que está en mi mano. Lo que más curioso me resulta hasta ahora es que le está gustando a un público muy variopinto. Hay gente que me confiesa que solo escucha música pop y sin embargo le agradan los temas del disco. Tal vez sea porque pese al pulso rock de la instrumentación, las líneas vocales son muy melódicas. Pero bueno, tal vez yo sea la persona menos objetiva para pensar en el porqué de esos motivos. También es cierto que me ha influenciado más, por ejemplo, Eric Martin, de Mr. Big, que Barney Greenway, el de Napalm Death…»
Y las risas que provoca esa comparación forman un telón que se baja sobre los problemas que a Ruben Wayne le quedan por afrontar; un telón alegre que al caer rompe el infinito bucle de las miserias de la escena musical actual; pero mientras se mantengan sobre el escenario protagonistas como él, lo que se interpreta no llegará a ser nunca del todo una obra trágica.