Es vivaz, vulnerable y viciosa; con la clase de sentido intuitivo del mejor rock de siempre. Sin nota de despedida tiene el misterio lírico inherente a las buenas canciones; una mezcla de pasión, nervio y agudeza en grandes frases… se agotan tus máscaras y ya no puedes ocultar que es en mí en quien piensas… sus caricias no pueden de tu piel borrar mi olor… y tiene la envergadura y potencia de las melodías accesibles.
Sin nota de despedida es el single con el que se presenta Ruben Wayne, de nombre real Rubén González, pero como él mismo me informa, con apellido cambiado al de Bruce Wayne, alter ego de Batmán, personaje de ficción al que admira. Y de la vida real también me cita algunos nombres admirables que le han influido: «Megadeth, Mr. Big, Ben Harper, Aerosmith, Guns N´Roses… este proyecto en solitario que comencé en 2020 nace de la necesidad de plasmar mis nuevas composiciones con mi concepto personal de producción. Tengo muy claro cuál va a ser la estela en el estilo, sé que este EP homónimo con el que me voy a presentar, será Rock influenciado por las bandas que te he citado, con letras en castellano. Consciente de que es un género que se ramifica mucho en sub estilos, dejaré, pues, otra posible etiqueta adicional en manos del público y/o la crítica».
Me llaman particularmente la atención los acordes de guitarra y los de piano, que brillan tanto solos como inmersos en la mezcla instrumental. La guitarra corre por cuenta de Rubén, al igual que el bajo y la voz, mientras que los teclados los grabó Gabriel León en su propio estudio. La batería también llegó de fuera, por parte de Toni Mateos desde los estudios de Groove Factory. «Para los arreglos he contado con la labor del compositor Gabriel León, músico al que admiro, y con el que tengo muy buena relación personal, desde que nos conocimos en un proyecto musical anterior». Esta Sin nota de despedida, al igual que las otras cuatro canciones que tendrá su EP, de título homónimo, que no tardará mucho en salir, ha sido producida, grabada y mezclada por el propio Ruben Wayne en Ayest Producciones y masterizada en Kadifornia.
A Rubén le ha quedado un sonido muy natural, resultado de sonidos extraídos del pasado pero que llegan con algo nuevo que les hace encajar perfectamente en el presente. Sus ideas son de calidad. Y su forma de materializarlas también, y por eso quiero saber cómo lo ha logrado. «A veces me sorprendo durante el proceso de composición, ya que nacen riffs que podrían considerarse influenciados por la old school, de hecho, estoy rescatando también riffs que tenía compuestos desde hace años, y estaban aparcados en tierra de nadie. En cuanto a la producción, de la cual me he hecho cargo, quiero que suene orgánica, muy a disco de los 90. No quiero recrear amplificadores con plugins, ni reforzar las baterías acústicas con samples en la mezcla. Busco ese sonido puro, clásico del rock, que considero es más característico de lo analógico, por eso uso amplificadores y previos a válvulas, buscando ese calor y color característicos de este género, ya que creo que lamentablemente se está perdiendo en algunas producciones contemporáneas».
Rubén lo tiene todo muy claro, pero el proyecto no es estrictamente unipersonal, por eso le pido que me hable también de los papeles que tienen sus colaboradores. «El EP lo estoy grabando íntegramente en mi estudio Ayest Producciones, excepto las baterías. En la producción estoy grabando todos los bajos, guitarras eléctricas, salvo alguna colaboración que ahora te comentaré, y vocales. Pese a que soy también baterista para este trabajo estoy contando con el gran baterista de sesión Toni Mateos, que ha colaborado con Alejandro Sanz, Antonio Orozco, Jarabe de Palo, entre otros; trabajamos en remoto, él graba en su estudio Groove Factory, situado en Barcelona, y me envía las pistas online para yo poder trabajarlas en la mezcla. No sólo es un gran baterista, sino que conceptualmente siempre da en el clavo con las directrices que le marcas; es sin duda uno de los mejores bateristas de nuestro país. También estoy asumiendo casi toda la grabación de guitarras, pero a veces ejerciendo más en mi rol de productor que de músico, me doy cuenta de que busco un arreglo para el cuál estoy limitado y pienso en otros músicos. Concretamente para el segundo single, Medalla de latón, que probablemente salga al mercado en mayo, he contado con la colaboración del maestro Lolo Ortega. Buscaba un solo con mucha fuerza, que conservara esas raíces de rock clásico, y ha conseguido plasmar en el estudio justo lo que buscaba. He de decir además que en el trato personal, destacaría su humildad, algo que me hace admirarlo aún más si cabe; es un crack el maestro».
Rubén se nos muestra como un músico y técnico tan completo que me resulta extraño no haber sabido nada de él mucho antes de ahora, por eso es indispensable que me hable de su carrera previa. «Pues mi trayectoria musical comenzó hace bastantes años, en la década de los 90´s concretamente, cuando el panorama local estaba muy activo y el Fun Club y el Malandar, o Salamandra, como se llamaba por aquel entonces, eran las tablas perseguidas para asentarse en la escena local. Nosotros formamos una banda llamada Mosh, entre cuyos componentes estaba Sergio Aguilar, guitarrista ahora en activo en la banda Kernun, con el cual conservo amistad hoy día. Mi rol en esta banda era el de cantante y guitarrista. Mosh tenía influencias fundamentalmente de trash metal… Megadeth, Metallica, Pantera, Korn…con la particularidad de que las letras eran en castellano. Llegamos a grabar una maqueta, con una cuestionable producción, y estuvimos unos años en activo, llegando a tocar en Salamandra. Pero tal vez en el mejor momento de la banda comenzaron a nacer conflictos internos y tras perder al bajista nos fuimos desinflando como un globo al sol. Después de esta experiencia me aparté de los escenarios y comencé a componer música de autor, contactando con editoriales e intentando colocar mis composiciones a artistas asentados en la industria discográfica. He estado, y estoy hoy día todavía, inmerso en la producción y música de proyectos audiovisuales. Durante esta aventura de estudio he estado involucrado también durante los años 2008 al 2014 en algunos proyectos de covers en directo, en los roles de bajista y baterista».
Y teniendo ya perfectamente entendido el pasado de Rubén, enfoquemos el presente y el futuro. «Actualmente sigo involucrado en el proceso de composición, maquetación y grabación. Consciente de que actualmente se estila más publicar singles, me amoldo pues a esta situación, ya que cada vez es menos habitual publicar el trabajo íntegro. Es un enfoque distinto, te permite promocionar mejor cada tema; de hecho ahora que estoy en plena promo de Sin Nota de Despedida comenzaremos a grabar el videoclip a finales de este mes de marzo con el director Joaquín Ortega, de Noidentity Films. Conozco ya su planteamiento para mi rodaje, y también sus obras anteriores, y tengo la certeza de que hará un enorme trabajo. Me considero afortunado pues, de que sea él quien lleve la batuta de mi primer video musical. Y siendo este el planning de trabajo, confío en publicar mi EP durante el transcurso del 2021 y mi intención inicial es que conste de 5 temas».
Tendremos que escuchar esas cinco canciones, de las que ya conocemos la primera y me ha causado una inolvidable impresión, con esos familiares ritmos de rock que ha elegido Rubén para sacarla adelante. Hay también algo en su sonido que te apresa y rehúsa dejarte escapar. Ruben Wayne es un intérprete que se merece tu inmediata y completa atención.
