Hace un año, el mundo se detuvo y se partió en dos. Se dividió en interiores y exteriores, como las escenas de un guion, y ya nada volvió a ser como antes… Así comienza la nota de prensa de Interior / Exterior, una canción sobre la que Jorge Naranjo, compositor y cantante del grupo Yorch, incide en que necesitaba un videoclip luminoso, que animara a recuperar las calles y la vida social que nos arrebató la pandemia. Ese video está rodado en todos los lugares de nuestra ciudad que permitieron los permisos municipales y las restricciones, ya que la primera idea era montar un concierto espontáneo, donde se cumpliesen las medidas preceptivas y grabar lo que ocurriese en él, pero no pudo ser y Yorch aparece tocando en los blanquísimos y luminosos estudios de Jesús Aldebarán. Vemos a Jorge cantando y tocando la guitarra acústica; a Gonzalo de Cos con la guitarra eléctrica, Jesús Gutiérrez con el bajo y Alejandro Espadero a la batería. Entre él mismo, Ale, y el operador de cámara Álvaro Soto aka Jopo, han hecho posible la realización del video junto a Jorge Naranjo. La postproducción ha estado a cargo de Mario G. Deco, que ya se había ocupado también del montaje de las tomas de la banda con los videos que se fueron grabando de los invitados durante los meses que duró el proceso y los recursos que Jorge iba grabando con su móvil en el transcurso de sus recorridos en bicicleta por las calles sevillanas.
De todo ese esfuerzo conjunto ha salido esta pequeña obra de arte que se ha presentado hoy mismo, apenas cinco días después de que conocieseis la canción que le sirve de base, de la que ya nos ocupamos ampliamente en esta misma web. El video también podéis apreciarlo ahora aquí en todo su esplendor.
La mezcla de poesía en las frases de la canción, con las imágenes de la película, conforma un todo totalmente homogéneo, en el que parece que cada componente fue creado teniendo ya en mente a todos los demás. Pero Jorge me dice que no fue así. «La canción surgió de forma natural con la idea de seguir un guion y lo de usar los recursos de ese guion en el videoclip fue a posteriori, pero muy a posteriori, ya en el estudio blanco. Bueno, un poco antes en realidad; cuando comenzamos a pensar en el video ya pensábamos en meter referencias al guion, pero no sabíamos cómo hacerlo».
En las líneas que acompañan al video se lee que la primera idea fue la de montar un concierto en alguna plaza de Sevilla para grabarlo… «Cuando casi todo estaba ya hecho teníamos claro que faltaba grabar a la banda, que ni ella ni yo estábamos en el video. Fernando Zambruno, que fue quien grabó y mezcló la canción, me había grabado a mí un poco, pero faltaba toda la banda. Pensamos en un sitio cerca de Coca de la Piñera, en el que se veía muy bien de fondo toda Sevilla; llegamos a plantear incluso la propia Alameda; crear un concierto en el que si alguien pasaba se quedase allí, con la gente guay; pero eran los días en que más confinada estaba la ciudad y los permisos para eso eran imposibles; nos dijeron que no se podía tocar en la calle. Tampoco nos permitieron tocar en la fábrica de artillería. Y me acordé de que hace tiempo quería grabar algo en los estudios Aldebarán, de Jesús, que eran de un blanco impoluto y pensé que todo ese collage de imágenes coloridas de distintas localizaciones, un poco deslavazadas, iban a quedar muy bien contrastando con ese sitio, con esa blancura, con la pureza de ese lugar que te remite a un sitio sin límites, sin restricciones, que también de eso habla la canción. Así que vimos que era el sitio perfecto. Y una vez allí ya pensé que como la canción tiene mucho de guion, aprovechar ese blanco para incluir pequeños retazos de ese guion, con formato y letras de guion, aunque de tamaño mayor que la obligatoria Courier 12 según la composición de cada plano, claro, para que se viese bien. Y Mario, que es el montador, hizo el milagro final con las imágenes que tomó la cámara de Álvaro, que estuvo todo el tiempo con nosotros en el estudio, porque aunque el videoclip es muy sencillo, queríamos que esa parte estuviese grabada en condiciones mejores y de forma profesional».
E insertadas entre esas imágenes profesionales aparecen las de los invitados y las de la ciudad… «Cuando empezamos a grabar la canción, la primera que vino fue Chío Abbad, y como yo tenía el móvil le pregunté si le importaba que la grabase y desde ahí fui grabando a todo el mundo sin saber muy bien qué iba a hacer con esas imágenes. Grabé a todos los que vinieron menos a Pilar Angulo, que andaba con líos; se iba a Madrid y fue la única que se grabó en su casa, con su hermana Paloma, que sale con ella en el video. Como no hubo acuerdo económico con ellos, sino que esto ha sido una cosa solo de amistad y de colaboración, lo que sí intenté fue regalarles un libro como obsequio; siempre libros sobre música: a Chencho Fernández le regalé uno sobre Leonard Cohen, a Alvaro Suite, si no me equivoco, uno de los volúmenes de la autobiografía de Brett Anderson, el de Suede… me falta darle el libro a Pilar, que como nunca vino por el estudio, todavía no se lo he podido dar. Cuando los fui grabando a medida que venían ya empecé a imaginar la posibilidad de grabar cosas de Sevilla, y como me muevo mucho en bici por la ciudad pues empecé a grabar imágenes de ella; si pasaba por el Vizcaíno grababa un par de planos, si pasaba por el río grababa un poco allí, si me encontraba con una amiga también la grababa, por eso aparece Ángela Van Begin al final del video… el móvil tiene un estabilizador muy bueno y con la bici rodaba planos que quedaban bastante chulos».
Se ha referido Jorge a los invitados que aparecen y a mí me gustaría saber qué criterio empleó para escogerlos. «Los invitados fueron elegidos por cercanía, por lo que despiertan para cada estrofa; y tuve la suerte de que dijeran que sí. Para la primera estrofa, que era un poco más romántica, siempre pensé en la voz de Juano Azagra, y para la voz de la chica cuando habla y dice estoy conociendo a alguien, siempre pensé en Ana Chufa, que como además es pareja artística de Juano funcionan muy bien juntos. A Chío siempre la tuve en mente también porque ella y yo vamos mucho al Maravilla; ella además es muy amiga de Luis, su dueño, y esa parte en la que se habla de ese bar y del Vizcaíno me pareció muy bonito que fuese ella quien la cantase. Siempre fui buscando una implicación emocional de los que cantaban con lo que estaban contando. Hay una escena en la que estábamos hablando de los amigos, de la pandilla y coincidió que ese día vino Dani Llamas a grabar; también estaban Juano y Ana y surgió la idea de hacer esos coros, que se le ocurrió a Dani; unos coros que recrean un mundo de pandilla, de disfrutar con más gente, y como además Dani también conoce a Alejandro Espadero, que es el Ale del que se habla en la canción, pues me pareció que estaba bien que Ale participase cantando con ellos. Pilar conoce a Julio, Fran y esta gente, de la que también se habla en la canción, y era la mejor para cantar esa parte. Chencho para el Nocturama, evidentemente, por mil millones de razones, por las conexiones que tiene con el festival, con David Linde y con All La Glory, porque esa parte de la canción habla de ellos. Y me pareció perfecto que Chencho le pusiese el colofón a ese momento porque hay una conexión muy fuerte entre él, Nocturama y All la Glory y le daba mucha magia». Y aquí hago un inciso para haceros observar que en el video hay un plano que atestigua esa unión perfectamente, en el que se ve a la banda respaldando a Chencho en el festival del pasado año. «Y Miguel Rivera es mi amigo y lo adoro; y me parecía el cierre perfecto, porque tiene una voz deliciosa y hace unos coros increíbles que te llevan a los Beatles, a los Beach Boys… hace algo precioso y me pareció que nadie como él para cerrar el tema con esa parte luminosa y brillante en la que ya Juan, el protagonista de la canción, ha superado sus pesadillas. Nadie como Miguel para darle dulzura y belleza a ese momento».
La mitad de la belleza depende de las imágenes. Y la otra mitad de la persona que las mira. Siempre he pensado que entre la poesía y la forma de acercárnosla hay una frontera guardada por el ritmo, la concisión, la precisión, la concreción y esa sensación de que cada palabra, y cada frase, se va irradiando en todas las direcciones para, primero, impregnar la obra y, luego, trascender más allá de la estética. No importa lo que nos llegue a nivel racional viendo este video, el placer de la evocación lo sobrepasa. La forma de coordinar la letra y la música de la canción con las imágenes se traduce en un ritmo que nos desliza por cada frase, sin darnos cuenta. La plasticidad, construida con elementos concretos, de esos que todos hemos olido, tocado, escuchado… la precisión de las imágenes seleccionadas, y la concisión, que no es brevedad, sino densidad de significado. El juego de texturas del pasado y del presente le ha quedado perfecto a Mario G. Deco en la edición que ha hecho del video. «Es que Mario tiene un afinado sentido de la musicalidad y eso facilitó mucho las cosas», apostilla Jorge, que se refiere también a la combinación de clasicismo y contemporaneidad que hay entre las imágenes. «Cuando ya hablábamos de grabar a la banda pensé también que me gustaría que hubiese unas flechas que nos separasen a cada uno, marcando los dos metros de distancia social tan actual; pensamos en cómo hacerlas y hablé con Enrique Romero, que lleva una empresa, DDCreativos, en la que trabajan en vinilo y nos hizo las flechas rapidísimo. Quedan perfectamente esas flechas negras contra el fondo blanco, y es bonita la mezcla de lo moderno con lo antiguo. A las imágenes de Sevilla siempre pensé meterle un filtro de VHS para evocar un pasado que ojalá vuelva, y me remiten a los 80, principios de los 90, que es una época que miro con melancolía. En el video se mezclaron varios conceptos que me gustaban».
Sensaciones tristes, luminosas, profundas, bañadas de recuerdos y añoranza. Interior / Exterior está repleto de sombría dulzura, de marchita alegría pero, sobre todo, de esperanza a la que asirse.