Hace justo siete días, el pasado viernes 11 de diciembre, vio por fin la luz el segundo disco de los sevillanos Balsa de Piedra, que lleva por título Soror Tenebrosa y del que ya habían adelantado tres sencillos: a principios de verano Gólgota, en septiembre Hineni y a finales de noviembre Soror Tenebrosa, que llegó en formato videoclip. Estas tres canciones y otras cinco conforman el álbum que da continuidad a Et in Arcadia ego (2018) y que ya está a disposición de los seguidores de su rock oscuro en las principales plataformas (Spotify, YouTube, iTunes…), si bien el formato físico no saldrá hasta 2021.
Se trata de un largo compuesto por ocho temas que se mueven entre el rock y el metal, con un aura de oscuridad y una lírica existencialista que son señas de identidad de la banda. Una de las temáticas que más resalta entre las canciones del disco es la religión, la compleja relación entre el ser humano y la fe (o la falta de ella) desde distintos puntos de vista. La canción que da título al álbum habla desde la perspectiva de un personaje que se siente perdido tras perder la fe, y de la frustración que le produce la imposibilidad de recuperarla. La fe es para él una aliada necesaria pero inalcanzable, una hermana que se oculta entre las sombras, es decir, algo que en latín podría traducirse como Soror Tenebrosa.
Así, esta enigmática Soror Tenebrosa es una personificación de la fe perdida, siendo elegida por su gran fuerza simbólica como protagonista del álbum. Enigmática y fantasmagórica, Soror Tenebrosa ha sido, además, representada en la portada del disco, que ha sido realizada por el artista Vanderkrul, captando a la perfección las características y la esencia del personaje.
Para quienes deseen conocer más acerca de este proyecto, cabe recordar que Balsa de Piedra nació en 2016 por iniciativa de Manuel Juskar (batería) y Moisés Hidalgo (guitarra), inspirados por grupos como Paradise Lost, Anathema o Moonspell. Mientras se parían las primeras composiciones, Daniel Parra se sumó como vocalista a un combo que quedaría apuntalado con la llegada de Raúl Schilperoort (bajo) y Chema Torres (guitarra). Ya con una formación cerrada y un rumbo bien definido, el grupo entró en el estudio en 2017 para grabar lo que sería su primer álbum, Et in Arcadia ego.
Tras casi dos años presentando su trabajo en distintas salas y festivales, y una vez metidos de nuevo en el estudio de grabación, Daniel Parra decidió abandonar el proyecto, por lo que la banda sufrió un parón en su actividad y se vio obligada a buscar un nuevo cantante. La búsqueda acabó unos meses más tarde cuando Juan Ríos se sumó a la formación como nuevo vocalista y frontman de Balsa de Piedra, comenzando un nuevo periodo de intenso trabajo en el que la banda retomó la grabación de su flamante segundo álbum.