Cuando en el 2008 se cumplieron los 40 años de la edición de aquel mítico disco de los Kinks que fue The Kinks are the Village Green Preservation Society, Jose Casas junto a algunos de los miembros de su banda, por entonces llamada La Pistola de Papá, se autoimpuso la tarea de rendir un fabuloso tributo al disco, grabando un EP con cuatro de las canciones de este, que sacó bajo el nombre de The Village Green Experience. Un músico referente de la escena musical sevillana, sin servidumbres de ninguna clase, haciéndonos llegar una obra maestra del pop inglés, tamizada por su propia forma de verlo y de hacer música a su gusto.
El proyecto tuvo una presentación en directo allá por septiembre de ese año 2008, seguida de una pequeña gira y desde entonces Jose Casas ha ido retomándolo siempre que ha tenido ocasión paseándolo por muchísimos escenarios de toda España e incluso viajando con él hasta Liverpool para sonar en el Cavern Club, dentro de la programación del 15º International Pop Overthrow Festival.
Cuando el pasado año el disco llegó a su redondo 50 aniversario se le quiso hacer un par de grandes fiestas de homenaje de nuevo, pero solo pudo hacerse la de Madrid, porque la noche anterior de su celebración en Sevilla el fallecimiento de uno de los familiares directos de Jose Casas lo impidió. La sucesión de compromisos desde entonces tanto de las salas de concierto como de la banda principal de Jose, Casas y la Pistola, fue haciendo imposible la celebración de la fiesta sevillana hasta esta noche, que tendrá lugar en la sala Even.
Pero The Village Green Experience prometen que harán que la espera haya valido la pena porque van a interpretar en su totalidad el disco de los Kinks, más algunas de sus emblemáticas canciones y para eso van a contar con una gran cantidad de invitados de la flor y nata del pop sevillano, entre los que estarán Álvaro Izquierdo, que deja por una noche la grabación de su propio disco al frente de Izquierdo y los Acoples para unirse a la causa kinkallera; Pacoco, que ya militase en los seminales Helio junto al mencionado Álvaro y al propio Jose Casas; Sión, de nuestra mejor banda local de soul, como son The Bar-Kings; Fran Pedrosa, que parece imposible que haya encontrado hueco para estar aquí con los compromisos que tiene siempre en todas sus bandas: Pinoche Detective, All La Glory y las bandas derivadas de esta última; Jesús Lutero, el elegante bajista de Pecesbarba; Dani Losada, que se ve que no puede vivir sin el resto de sus compañeros de La Pistola y estará también con ellos en este escenario; Agustín Gallardo, que descansa así de lo ajetreado que le tiene últimamente su proyecto de Surpop; Chencho Fernández, del que ya anteayer hablamos maravillas en esta web; Paco Jiménez, el embajador de los Beatles en Huelva; Maleso, nuestro más peculiar y extraordinario cantautor… y algunos más que seguramente se unirán a la diversión que, por las trayectorias personales de todos los invitados, seguro que nos traerá también recuerdos de los Beatles, los Jam, los Pretenders, o las bandas de rhytm & blues más patilleras.
Dios salve a Fu-Manchú, a Moriarty y a Drácula… Dios salve a las tiendecitas, a las tazas de porcelana china y a la virginidad… Dios salve a las casas de estilo Tudor, a las mesas antiguas y a los billares…
Village Green Preservation Society se editó el 22 de noviembre del 1968, casualmente el mismo día en que los Beatles editaban su nueva colección de canciones en su Doble Blanco. Dos años en que las antiguas rivalidades de ambas bandas ya eran historia. Los Beatles vendieron dos millones de copias de su disco en una semana en el mundo entero, y de nuevo eran adorados por la crítica y el público como el más grande grupo de pop de su tiempo, mientras los Kinks eran ignorados y olvidados. Village Green no entró en ninguna lista de ventas del mundo, en todo el cual apenas se vendieron veinticinco o treinta mil copias. Y encima les prohibieron actuar en los Estados Unidos por un supuesto comportamiento ofensivo. Algo bastante penoso para un grupo que solo un año antes contaba siempre por encima de los 200.000 el número de singles que vendía de cada uno de los que editaba, y quien escribía los mismos era festejado como el autor más brillante de todos. Y la humillación era aún mayor porque los pocos que habían llegado a escuchar Village Green tenían plena conciencia de que era el mejor trabajo de Ray Davies hasta la fecha. Y no es solo el mejor disco que hicieron los Kinks, sino que a medida que han ido pasando los años desde su edición, se ve que ha resultado ser el único disco de pop de su época que miraba más allá de los años ’60, y contemplaba lo que iba a pasar después. No marcaron tendencias, pero con este disco los Kinks crearon algo duradero y sin igual, no solo la más perfecta manifestación del inimitable ingenio de Ray Davies, de su tristeza, su rabia contenida, su encanto, sino también un recuerdo intemporal de que todas las fiestas, por muy fantásticas que sean, llegan a su final.
Pero hasta que este final llegue a la de esta noche, ya con algunas horas del mes de mayo dejadas atrás, nosotros podremos volver a disfrutar del genio creativo de Ray Davies interpretado con la generosa forma de relacfionarse con la música de Jose Casas y su banda de kinkalleros.