- Sentencia Records edita Sorcery Anomalies, una casete que recoge la sesión de metal extremo y experimental que ofreció el trío Dronespell & The Omega Chord a finales de 2021 en Holländer
19 de noviembre de 2021. Aquella noche de viernes la Sala Holländer –ese lugar cada día más imprescindible del underground sevillano– acogía el concierto en el que Fran Sánchez se disponía a presentar las nuevas canciones (Visions) de su proyecto Holy Hex acompañado nada menos que por los enormes Orthodox, en la senda de culminar su nuevo trabajo, ese genial Proceed que se publicaría unos meses más tarde. Un cartel más que atractivo que, sin embargo, se alteraba a dos días del evento. Cambios de última hora: Orthodox eran reeemplazados por Dronspell & The Omega Chord, nombre ignoto hasta la fecha aunque se anunciaba integrado por miembros de los propios Orthodox y de Doce Fuegos.
Nada más se ha sabido de ese misterioso combo hasta el viernes pasado, cuando el sello Sentencia Records lanzaba Sorcery Anomalies. Una referencia que recoge precisamente la sesión de metal extremo e improvisación que ofreció la banda en la citada sala del polígono Calonge y que se puede escuchar en el bandcamp del sello. Ricardo Jiménez (guitarra y sintetizador), Miguel Palou (violín y mandolina) y Borja Díaz (batería) son los responsables de este ejercicio improvisado que transita desde el avant-garde y lo experimental hasta el black metal y el drone y que resulta hechizante aunque a la vez perturbador y casi se diría mortificante, vesicante incluso. Sufrir o gozar es sólo cuestión de dónde se tenga el umbral.
«Iban a tocar Orthodox con Holy Hex y por aquellos días Marco [se refiere a Marco Serrato, bajista y voz en Orthodox] pilló el covid. Fran me dijo que si me quería apuntar y le dije que sí, aunque me cogía un poco apurado», nos cuenta Miguel Palou, uno de los artífices, antes de añadir: «Más tarde Ricardo me preguntó que si iba a hacer alguna impro y que Borja y él se querían apuntar. A partir de ahí le pusimos un nombre y tal, fue algo planificado a propósito para ese día pero también algo medio improvisado porque fue cuestión de diez días; de hecho no ensayamos ni nada, fuimos fieles a la filosofía impro libre y del tirón, a lo que surgiera». Y lo que surgió es justo estas anomalías de brujería o hechizo ahora editadas, tal y como nos confirma: «Lo de la casete es lo que grabamos ese día, la verdad es que es una grabación casera pero la verdad es que salió sorprendentemente bien«, dice satisfecho.
La nota promocional explica que «el sonido de Dronespell & The Omega Chord fluye sin pausa, buscando grietas donde adentrarse, pero sin llegar a solidificarse. Construida pacientemente, cambiante, Sorcery Anomalies materializa la pulsión conjunta de los tres músicos llevada hasta agotar las posibilidades de la instrumentación». Entrando más al detalle en cuanto al estilo del conjunto y de las piezas que lo componen, Sentencia describe este trabajo en los siguientes términos: «Inspirados por los King Crimson del 73-75, el metal extremo disonante en boga actualmente y la improvisación libre, el trío construye formas abiertas que mutan espontáneamente, de manera dinámica, pero siempre oscura y pesada. Los momentos de apertura y búsqueda (The Howling In Seconds, Defiled Are The Heliocentric Children…) contrastan con torrentes rítmicos y abiertos a la vez (PainHead Is Torchlit, A Wellspring In Seven Steps), explorando una cartografía de lo absoluto, regiones sin límites que flotan antes de desaparecer». Y cita como bandas de referencia para entender este trabajo a Abruptum, Plasmodium, Nurse With Wound o Sumac.
Palou nos ayuda a desentrañar mejor de lo que estamos hablando: «Hay un juego de arqueología por así decirlo. Jugamos mucho con conceptos, con ideas de lo que concebimos nosotros como el metal y la improvisación y cómo se convierte en algo mágico, algo espontáneo. Hay algo de mágico pero también de críptico a la vez, no sabes cómo va a terminar aunque tienes una mínima idea de cómo va a empezar. A veces da la casualidad de que hay una inercia y sale lo que sale. Nos gustaba esa idea de lo críptico y de lo místico, y eso se refleja a la hora de darle nombre a los temas y al disco, darle ese sentido de la magia y de lo antropológico, llevarlo un poco al terreno de lo épico y lo oscuro del black metal. Se trataba un poco de recuperar a nuestra manera toda una serie de elementos estéticos: la portada en blanco y negro, las letras, esos títulos relacionados con lo ritual pero dándole también una pátina que te he comentado de ese black metal antiguo o doom death. El nombre del grupo mismo no deja de ser la suma o la concentración de todo lo que nos inspira en el metal tanto actual como histórico», reflexiona.
La elección del formato casete obviamente ha sido intencionada: «Es también recuperar en cierta medida esas grabaciones a primera toma del metal extremo, de sacar las demos en un local de ensayo o algo así». El sello ha lanzado una edición limitada de apenas 50 copias de la casete más el álbum digital, es decir, incluye un código de descarga, aunque advierte que el envío de los pedidos no comenzará hasta el 14 de abril. Como cabe imaginar, los propios componentes de Dronespell & The Omega Chord se han encargado de todo, o casi todo: la grabación y diseño de portada son del mismo Miguel Palou, que se ha basado en la fotografía titulada Man en hond bij het hunebed van Rolde, bij Assen, que data de 1900 y procede del Rijksmuseum de Ámsterdam; por su parte, Borja Díaz ha realizado la mezcla y máster. Para el diseño general, eso sí, han contado con Gonzalo Santana, habitual en los trabajos de las bandas de este círculo.
Sobre la similitud o coincidencia estilística de este trabajo con los de tales grupos, Palou argumenta lo siguiente: «No considero que sean temas satélite o que puedan aparecer en un disco de PYLAR o de Orthodox. Obviamente similitudes puede haber porque al fin y al cabo somos músicos de ese círculo, tenemos nuestra mochila de influencias, también nuestras manías de tocar… somos músicos con una firma y un background importante y por tanto ya cuando tocamos puede sonar a tal cosa o tal otra en cuanto al sonido, tipo de melodías… cosas del estilo que reconoces de cada músico», explica antes de matizar: «Pero esto es algo que espontáneamente salió una vez que dijimos que queríamos hacer improvisación que suene a metal. Sin más salió así, por eso tiene a mi modo de ver una entidad propia porque es un encuentro entre músicos que juntan sus sinergias, su pasión común por el metal». ¿Y se volverán a juntar en el futuro o esto es algo fortuito y puntual sin ánimo de continuidad?: «Le queremos dar un poco de vida al asunto, y de vez en cuando tocar si surge la ocasión», nos confiesa. Pues que así se y haya nuevas ocasiones, aunque se improvisen de un día para otro.