Por fin llegó el Día de Andalucía y con él también La Contraçeña, segundo álbum de la banda sevillana Califato 3/4, en el que descifra un nuevo código para resignificar el folclore y la música moderna. Sólo catorce meses después de la irrupción de su impactante doble disco de debut, Puerta de la Cânne, una de las grandes sensaciones de la música nacional en el pasado 2020 vuelve a poner la escena patas arriba con un trabajo de nuevo editado por el sello Breaking Bass Records y que llega «repleto de mundos sonoros en cada canción, un menú degustación de trece canciones que hablan desde una Andalucía imaginada e imaginaria; pero que levanta una bandera firme que se clava en la tierra».
Había un Santo Grial en las profundidades del río Guadalquivir, y a Califato ¾ no le hizo falta ni echarse al agua ni convertirse en Indiana Jones para dar con ello: el Santo Grial de un sonido en el que convive la idiosincrasia cultural e historiográfica andaluza y la música de vanguardia más avanzada. Y es que el sexteto integrado por Manuel Chaparro (capataz y voz), Esteban Espada (bajo), Curro Morales (guitarra y voz), Sergio Ruiz (teclados), Lorenzo Soria (electrónica) y Diego Caro (proyecciones) ha conseguido descifrar el código definitivo en su nuevo álbum, llamado a convertirse en uno de los hitos musicales del año.
Tras ir desvelando en los últimos meses algunas de las claves y canciones que formarían parte de su nuevo álbum, con canciones como Fandangô de Carmen Porter, Çambra der Huebê Çanto, La bía en roça y Te quiero y lo çabê; La Contraçeña, con una espectacular portada realizada por Rorro Berjano, ya está disponible en todas las plataformas digitales y formatos físicos.
Con mucha menor presencia de samples y tirando por un trabajo mucho más orgánico, de auténtico ensamblaje y arquitectura sonora, Califato ¾ reinicia su método de trabajo para dar un paso adelante en la búsqueda no sólo de todas las Andalucías que caben en Andalucía, sino también alumbrar algunas Andalucías imaginadas: tanto inéditas como históricas, tanto psicodélicas como polifónicas, tan raciales e impredecibles como universales.
El disco ha sido grabado por ellos mismos, con el mismo espíritu que los anteriores: retiro de campamento y magia en un home-studio en Ronda (Málaga) produjeron trece demos en cuatro días del pasado mes de junio. Y tras meses de trabajo, en los que las canciones han sido masterizadas por Jordi Gil en Sputnik Recording Studio, llega un disco poliédrico pero asentado: asimétrico y retorcido como un tronco de olivo y que propone un nuevo código para resignificar el folclore y la música moderna.
El álbum cuenta con colaboraciones de la talla de, entre otros, Kurt Savoy, Queralt Lahoz o Andrés de Jerez, que coadyuvan a crear un repertorio que se alza como una suerte de ensalada heterogénea, de mezcla de razas sonoras en la que caben desde zambras western hasta un acid house de corte jondo, desde una guajira flamenca que deviene en himno tropical a un reggae flamencófilo; en un marco de referencias que incluye, hasta ahora, cruces impensables entre Genesis P-Orridge y Los Sobraos, entre Prodigy y el Omega de Enrique Morente o entre Antonio Molina y Public Enemy.
El código que ha conseguido descifrar Califato ¾ no está al alcande ni de Da Vinci.