A veces, demasiadas veces, nos empeñamos en hacer complicada la existencia, fijándonos en cosas aparentemente importantes pero que no nos aportan nada sustancial o tratando de encontrar en otros las respuestas que se hallan delante de nuestras narices o incluso en nuestro interior. La vida casi siempre es mucho más simple y se trata tan sólo de ver –y de querer ver– lo que realmente merece la pena, de aceptar las cosas como son y a uno mismo tal como es, para así poder entendernos y entender lo que sucede en derredor, para continuar adelante sin miedos ni complejos. Es la idea que básicamente transmiten las exploraciones sonoras de Skooma Overdose, el hechizante proyecto personal de Jesús Ramírez, mediante una original simbiosis de sintetizadores ochenteros y guitarras eléctricas.
Un proyecto que te presentamos en el último tramo de 2020, cuando apareció su primer tema titulado New Beginning. Canción que tuvo continuidad antes de que concluyera el pasado año, concretamente el día de Navidad, con el lanzamiento de un segundo sencillo que lleva por intrigante nombre What Dogs Dream About y en el que domina un synthwave enérgico que te lleva a viajar por senderos desconocidos, como de hecho es el mundo onírico de los animales: «El título tiene como referencia literal los pequeños ladridos y movimientos que realiza mi perro a veces mientras duerme, lo cual me llamaba mucho la atención y me llevaba a preguntarme con qué estaría soñando», explica Ramírez, también voz y guitarra en los metaleros Makara. Un tema que tiene un significado detrás: «Así como New Beginnings trata de los comienzos, los finales y los cambios, esta canción trata de los pequeños y simples detalles que se nos cruzan a lo largo de nuestra vida y que tendemos a pasar por alto por centrarnos en cosas que a pesar de que son consideradas de mayor relevancia, al final no nos aportan nada y hasta llegan a hacernos infelices. Como reflejo de ello, la portada esta vez es mucho más simple, conteniendo únicamente el título de la canción», agrega.
Con influencias tan dispares en el tiempo como M83 o Daft Punk, el rock sintético e instrumental de Skooma Overdose resulta evocador y ensoñador a partes iguales; toda una proeza si tenemos en cuenta que Jesús ha aprendido en estos meses, casi sobre la marcha, lo mismo a mezclar las canciones que a diseñar las portadas y el logo del proyecto. Un proceso que desembocará en la próxima publicación de un epé, cuyo tercer y último testimonio dio a conocer el pasado día 5. Soma es el título de este nuevo avance, «un tema con un papel un poco más marcado de las guitarras, siendo el primero en contener un solo al final de la canción. La portada de la canción representa el arte del kintsugi aplicado al corazón humano, un proceso largo y difícil que obliga a interiorizar y aceptar las cosas como son, y que finalmente lleva al entendimiento de uno mismo y de los demás. El título, por otra parte, es una referencia a la novela Un mundo feliz y se refiere a todo aquello que usamos para evitar ver las cosas que nos asustan o nos hacen daño, pero que es necesario que veamos», relata el autor.