El formato de banda de dos miembros tiene evidentes limitaciones, pero también comporta notables ventajas a la hora de fabricar canciones, sobre todo si el nivel de entendimiento es absoluto como en el caso de Antonio Jesús Díaz Cabello (guitarras, coros y teclados) y Antonio Martagón alias Yoghurtu Aepocamraf (voz, batería, bajo y teclados), el inquieto dúo detrás de Hay un ombligo en mí, uno de los grupos más interesantes del panorama local. De esa armonía da fe el hecho de que en apenas dos años de vida han sido capaces de generar un par de álbumes: El suicidio por estrangulamiento cansa en abril de 2019 y Atajos que te devuelven al inicio del camino en abril de 2020. Y al paso que llevan no es descartable que tengan listo su tercer artefacto sonoro para el cuarto mes de 2021. A estos no los para ni una pandemia…
De hecho, la pareja se atrevió a sacar adelante un concierto en estos tiempos arduos el pasado mes de octubre en el Teatro Távora del que te dimos cuenta en su momento, y no pierde ni un momento a la hora de facturar su metal maleable, como ellos denominan a su música. Mientras dan forma a su tercer disco, como te contaremos luego, el dúo ha aprovechado estas últimas semanas para lanzar algunos vídeos, como nos comenta Yoghurtu Aepocamraf: «Andamos en estos días dando forma a nuevos vídeos de las canciones de los dos primeros discos; a finales del año pasado subimos a nuestras redes el vídeo de la canción Endogamia caníbal, incluida en el primer disco, una epopeya alimentaria social no inclusiva, una imagen metafórica de lo sordos que estamos al mundo que nos rodea y de la necesidad de la mayoría de formar rebaño y alimentarse de los restos de los que lo habitan«, resume con su habitual gracejo el cantante.
Tras este, digamos, videoclip al uso, la banda ha seguido dando rienda suelta a su verborragia con otros dos vídeos: «Hace unos días, inmersos en las pruebas de grabación de lo que será el tercer álbum de la banda, grabamos en directo en el local de los estudios Ad Libitum… pero poco dos canciones del repertorio de la banda. El 24 de enero subimos la grabación en directo de la canción Animal inferior, incluida en nuestro segundo disco”, sigue relatando Antonio Martagón.
Y de ese día de pruebas en directo salió el último de los vídeos publicados por los sevillanos, en concreto el pasado 30 de enero. En este caso la canción elegida fue Muerte vertical, la que cierra su segundo elepé. Ambos vídeos contaron con la presencia de Mario Martagón detrás de la cámara y la postproducción y el montaje fueron obra, como viene siendo habitual en la banda, de la productora Pan Tostaito dentro de su serie de producciones Buenas ideas y poco dinero.
Por lo demás, Hay un ombligo en mí continúa procreando sin freno: «Estamos preparando la grabación de nuestro tercer disco, el cual contendrá una veintena de canciones compuestas en los dos últimos meses en una vorágine de creación en el local de ensayo, más metal maleable para los mustios oídos de tanto sordo emocional«, recalca el vocalista y baterista antes de agregar: «Después de las pruebas de grabación que estamos realizando comenzaremos a grabar las nuevas canciones, teniendo en cuenta el ritmo que llevamos de composición y ensayos suponemos que dentro de poco estaremos grabando y podremos tener un nuevo hijo musical a disposición de todos muy pronto. Estamos muy contentos con el sonido de la banda y con el peso que están adquiriendo las nuevas canciones«, concluye no sin antes lamentar que tanta inspiración no pueda trasladarse a los escenarios: «Teníamos algunos conciertos programados, pero este maldito bicho que anda suelto los ha postergado todos hasta un futuro mejor para todos, esperamos que llegue pronto».